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Simple y sin pretensiones

Diseñador creativo y autodidacta. Eso se nota con sólo mirar el lugar donde vive Santiago Sahli. En este departamento, lo cotidiano y el trabajo se juntan, se enredan, se viven sin más.

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A pesar de vivir solo con su perro Miguel, el departamento de Santiago Sahli es uno de esos lugares ‘llenos’ de vida, de historias y onda. Aquí cada espacio tiene un uso concreto y por lo general está repleto de amigos y familiares que llegan a trabajar, comer, ver una película o, simplemente, pasar el rato. Es que Santiago Sahli, además de diseñador, es un anfitrión excelente que, gracias a su herencia culinaria, -su papá es dueño del Catedral, su abuelo lo era del Hotel Crillón y su bisabuelo del antiguo café La Novia- siempre está esperando a sus invitados con el horno y los quemadores prendidos y alguna preparación tentadora. Así, de pasada, fotografía sus platos y las sube a su blog gourmet sansabor.cl, donde una leyenda dice ‘cocina fácil, come rico’.

Santiago llegó a este departamento hace casi dos años. Al principio vivía con dos amigas, pero cuando ellas se fueron él no quiso perder este exquisito lugar que ocupa como hogar/ oficina. En una esquina del living tiene su escritorio y ahí, con el ventanal de frente y la luz que entra en la tarde, pasa horas diseñando y escribiendo recetas. “Vivir y trabajar en un mismo lugar tiene sus pros y sus contras. Me da mucho más libertad y la posibilidad de tener a Miguel, mi perro, estar con él, jugar y sacarlo a pasear varias veces al día. El principal ‘contra’ es la soledad. A veces el estar solo se hace un poco monótono y el hecho de no ver gente puede ser poco inspirador. Por eso trato de alternar: a veces voy a trabajar a casas u oficinas de amigos y otras veces ellos vienen para acá. Sin embargo, gran parte de mi rutina ocurre dentro de mi departamento”.

Como buen diseñador, parte del mobiliario fue creado por él, como las sillas de cuero, que fueron inspiradas en unas de lona que tenía su abuela en Concón. Algunas mesas y estantes los construyó con madera de demolición, al igual que el respaldo de su cama. Varios de los cuadros eran de su casa o de la de su abuela y, como dice su mamá, gracias a este ‘robo hormiga’ ha logrado decorar sus paredes con increíbles obras de arte como el Samy Benmayor que se luce sobre la chimenea.

Eventualmente a Santiago le gustaría continuar con la tradición familiar y tener su propio restaurante. Si así fuera, asegura que seguiría la misma línea de su casa: un lugar chico, sin pretensiones, con comida casera y que sea un punto de encuentro para sus amigos. Y aunque todavía no está en sus planes, no se cierra a esa opción.

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