Argentina se une al resto de países y también cierra sus fábricas automotrices debido al coronavirus

A los fabricantes trasandinos no les quedó otra alternativa luego de que el presidente de ese país decretara la cuarentena nacional total hasta fines de marzo. Solo está permitido que las personas se movilicen a comprar comida o remedios.




El martes pasado, la Asociación de Fabricantes de Automotores de Argentina (ADEFA) anunció que no estaba dentro de los planes detener la producción de vehículos en territorio trasandino. Pese a ello, en este panorama de poca certeza, todo cambió rápidamente. Este jueves por la noche el presidente de Argentina, Alberto Fernández, emitió un decreto que prohíbe a todos los ciudadanos abandonar sus casas hasta el 31 de marzo, con excepciones como comprar alimentos o remedios.

Horas previas y después del aviso del presidente Fernández, los fabricantes argentinos avisaron del cierre de los planteles dedicados al ensamblaje de autos. Entre los comunicados difundidos, destaca el de Volkswagen Argentina, en el que anuncia que, tras la normativa dictada por el Ejecutivo, suspenderá “todas sus actividades de producción para sus centros industriales en Pacheco y Córdoba desde el 20 hasta el 31 de marzo de 2020”.

Agrega que su personal administrativo continuará con sus labores a través de teletrabajo.

Por su parte, Ford anunció el cierre de todas sus operaciones en Sudamérica en respuesta al COVID-19. En ese contexto, será afectada la planta de Pacheco, localidad ubicada al noreste del Gran Buenos Aires.

A lo anterior, se suman las plantas de Brasil, en Camaçari, Taubaté, y la de Troller en Horizonte.

“La máxima prioridad de Ford es siempre la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y socios. Esta acción ayudará, también, a reducir el riesgo de propagación del coronavirus, maximizando al mismo tiempo la salud de nuestro negocio durante este momento difícil para toda la economía”, Señaló Lyle Watters, presidente de Ford en Sudamérica.

En Brasil, la suspensión de los planteles entrará en vigencia el 23 de marzo y se proyecta retomar las actividades el 13 de abril, mientras que en Argentina el reinicio sería el 6 de abril.

“Continuaremos trabajando junto con el sindicato y otros socios locales para explorar protocolos y procedimientos adicionales para ayudar a prevenir la diseminación del virus y definir nuevas prácticas de trabajo para nuestro plan de reanudación de la producción basado en lo que hemos aprendido”, declaró Watters.

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