¿En qué fijarse para que nuestra moto apruebe la revisión técnica?

A diferencia de los autos, los vehículos de dos ruedas solo deben pasar solo por cuatro de las nueve estaciones de revisión. Revisa a continuación cuáles son y qué hay que tener en cuenta para aprobar con honores.




Hace unos días hablábamos del tedio que provoca ir a sacar la revisión técnica y que hoy hay quienes ofrecen el servicio de hacer el trámite por ti. Todo ello en el marco de que marzo es el mes para poner al día nuestro vehículo, para antes del día 31 sacar el permiso de circulación.

Con nuestro vehículo nos referimos a todo vehículo motorizado, lo que incluye a las motocicletas, las cuales, según el el Manual de Procedimientos e Interpretación de Resultados del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), solo deben pasar cuatro de las nueve estaciones de revisión. Estas son identificación, inspección visual, luces y emisiones de gases.

En la fase de recepción, deben entregarse el permiso de circulación, el recibo de la última revisión técnica (aunque no esté vigente) y el certificado de homologación. En caso de extravío, pueden reemplazarse por una declaración jurada simple. A modo de complemento, también es recomendable contar con un certificado de anotaciones vigentes.

Luego, la etapa de inspección visual es de las que más inconvenientes generan a los usuarios, pues las unidades inscritas hasta el 16 de junio de 2015 deben tener placas patentes adelante y atrás, mientras que las posteriores a esa fecha únicamente en la zaga.

“La ley es bien clara: toda patente debe ser legible, estar correctamente fijada y libre de accesorios o cualquier otro elemento que dificulte su percepción. Contravenir la normativa es causal de rechazo en la PRT. Por lo demás, circular sin la placa patente es una falta gravísima, que acarrea el retiro del vehículo, la suspensión de la licencia de conducir e incluso el pago de una multa”, explica Freddy Valderrama, instructor de Triumph Motorcycles.

En esta estación también se verifican otros defectos que la autoridad considera como “graves”, pues cualquiera de ellos reviste “un peligro para la circulación vial”. Entre ellos, se cuentan las fisuras y las soldaduras en la estructura.

Para aprobar la revisión técnica, el vehículo “debe presentar elementos reflectantes en ambos costados, que deben ser ámbar (amarillos) en el eje delantero y rojos en la zona trasera, los cuales pueden ser independientes o bien formar parte de la carrocería”, agrega Valderrama.

También pueden convertirse en causal de rechazo la ausencia o mal estado de los apoyapiés (pedalines), los retrovisores y sus espejos. Lo mismo sucedería con la inadecuada fijación del asiento o la inexistencia de correas o elementos rígidos que actúen como asas de sujeción para el acompañante.

La etapa de inspección visual sigue con el chequeo de las luces, por lo que hay que cerciorarse que todos los comandos y ampolletas -de las luces bajas, altas, de señalización, frenos y posición- funcionen correctamente.

Asimismo, verificar posibles trizaduras en lentes y micas de todo el sistema. “El foco principal debe activarse cuando el motor se ponga en marcha y no con un interruptor”, subraya el experto.

Finalmente, se inspecciona el sistema de escape. El análisis de gases verifica que éste no emita más de 4,5% de monóxido de carbono (CO) en ralentí. “Cualquier fuga o rotura podría ser objeto de cuestionamiento, al igual que la ausencia o mal funcionamiento del silenciador”.

“Una moto bien conservada es garantía de un manejo seguro y una mayor vida útil. Como todo vehículo, requiere de aseo y mantenciones periódicas, según lo indique el manual del propietario, en los frenos, la suspensión, la transmisión, la dirección y los fluidos, como el aceite, el refrigerante y el líquido de frenos”, cerró el especialista de Triumph Motorcycles Chile.

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