James Bond regresa entre autos clásicos y todoterrenos

Los vehículos vuelven a tener un rol protagónico en la 25ª entrega de la saga de 007.




Casi dos años de retraso tuvo la película Sin Tiempo para Morir debido a los problemas derivados por el Covid-19. La espera finaliza hoy con el estreno oficial de la 25ª entrega de la saga de James Bond, filme que también marca el adiós de Daniel Craig en el papel de 007 tras cinco ediciones.

En esta nueva entrega, los vehículos vuelven a tomar papel protagónico, destacando la presencia de clásicos, como el Aston Martin DB5 o los flamantes todoterrenos de Land Rover, como el Defender y el Range Rover Sport SVR.

El protagonista es, sin duda, el DB5. El histórico modelo apareció por primera vez en Goldfinger (1964) y en Skyfall (2012), filme que celebraba los 50 años de la primera película (El Satánico Dr. No) vuelve a asomar en pantalla un DB5, pero es destruido en la persecución final.

Luego, ese mismo Aston Martin DB5 tiene una pequeña aparición en la siguiente película (Spectre, 2015), cuando Bond visita el taller de Q para ver cómo avanza la reconstrucción del auto. Y tras vencer a los villanos, el agente secreto lo pasa a recoger al final.

Extendiendo un puente con ese anterior filme, el DB5 regresa en gloria y majestad en Sin tiempo para Morir, luciendo los gadgets más tradicionales que le permiten defenderse de los villanos, incluyendo ametralladoras que salen desde los grupos ópticos, lanzagranadas, blindaje al máximo nivel y lanzahumo.

Pero Aston Martin no se queda solo con un representante. También tiene una destacada participación el V8 Vantage, modelo clásico que también se había visto en Su nombre es peligro (1987) cuando Timothy Dalton era el agente secreto. En esa entrega, 007 manejaba el V8 Vantage con la misma patente (B549 WUU) que se le ve en esta última entrega.

A los dos modelos clásicos señalados anteriormente, se suman -con menos relevancia- los nuevos Valhalla y el DBS Superleggera, el cual es manejado por Nomi (Lashana Lynch), la superagente 007, quien tomó el relevo de Bond (y su código numérico) cuando decidió alejarse de la división MI6. Pero así como Aston Martin tiene un papel clave en el desarrollo de la película, Jaguar-Land Rover también se hace presente con vehículos que sorprenden por su accionar con unidades estándar.

Los que tienen más minutos en pantalla y que pertenecen al bando de los villanos liderados por Lyutsifer Safin (Remi Maluk) son los todoterrenos de Land Rover, de hecho, al nuevo Defender se le volando y en maniobras que implicaron saltos de hasta 30 metros.

Las unidades de este 4x4 que participaron de las persecuciones son distintos ejemplares del nuevo Defender 110 y fue dirigida por el coordinador de dobles, Lee Morrison, que trabajó junto al ganador del Oscar, Chris Corbould, en su rol de supervisor de efectos especiales y vehículos de acción. Es tal la importancia que le entrega la marca a la presencia en el filme, que incluso ofrecerá versiones especiales llamadas Defender V8 Bond Edition.

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Otro modelo que destaca es el Range Rover Sport SVR, modelo que también intenta perseguir a James Bond. Lo llamativo es que los SVR utilizados en la película cuentan con la misma suspensión especialmente ajustada de los modelos de producción.

Eso sí, el que le permite seguir con vida a James Bond es otro todoterreno. Y no es un modelo británico, sino que un japonés. Se trata de un Toyota Land Cruiser Prado de 1990 que escapa de la caza que le hacen los Land Rover, cruzando montañas y atravesando riachuelos.

Para cerrar el listado de vehículos destacados en el filme, no podemos obviar un Maserati Quattroporte y al Jaguar XF, el lujoso sedán británico que intenta darle alcance al Aston Martin DB5.

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