¿Por qué no debemos apoyar la mano en la palanca de cambios?

A continuación te entregamos una serie de consejos para cuidar la caja de cambios y así prolongar su correcto funcionamiento.




Pese a que cada vez se venden más autos automáticos, aquellos equipados con caja manual continúan siendo los más populares. En 2022, según datos de Anac, correspondieron al 65,79% del total de vehículos nuevos comercializados en Chile -incluye pasajeros, SUVs, camionetas y comerciales-.

De ahí, que hoy nos damos a la tarea de entregarles algunos consejos para el cuidado de esta pieza fundamental del auto. Y es que seguir unos buenos hábitos y evitar prácticas perjudiciales, puede prevenir averías en la transmisión y optimizar su correcto funcionamiento al máximo.

“Lo primero que debemos tener en cuenta, es que la caja de cambios -ya sea manual o automática- va conectada con otros elementos móviles que permiten que un vehículo se mueva, por lo que es ahí donde las malas prácticas que tenemos en nuestro estilo de conducción, podrían dañarla”, argumenta Juan Barichevich, director del área mecánica de Inacap.

A continuación enumeramos cinco de estos malos hábitos...

1.- Andar en marchas demasiado largas

Tener claro el régimen de revoluciones en el que trabaja el motor del auto es vital. Los diésel, por ejemplo, empujan con energía desde muy abajo, al igual que los bloques a gasolina con turbo, mientras que los atmosféricos exigen que nos movamos en un régimen más alegre.

Ahora bien, si empleas una marcha demasiado larga y te encuentras con que tienes que acelerar a fondo para que tu auto se mueva, y aún así tarda en ganar velocidad, evidentemente necesitas reducir una o varias cambios para evitar un esfuerzo innecesario en el motor. No seas perezoso, y juega con el cambio, el motor de tu auto te lo agradecerá.

2. Revolucionar el motor en exceso

Igual de peligroso que forzar al motor a trabajar a un régimen de revoluciones muy bajo, con una relación de cambio no apropiada, es revolucionarlo en exceso, especialmente en frío. Muchos cambios automáticos cuentan con sistemas de protección que, primero, evitan que el motor llegue al corte de inyección subiendo de marcha automáticamente y, segundo, adelantan ese cambio de marcha en frío para evitar que llegue a un régimen de revoluciones muy alto.

Para que los componentes del motor de tu auto trabajen correctamente es necesario que estos estén bien lubricados. La capacidad de lubricación del aceite dependerá directamente de su viscosidad, y por ende de la temperatura a la que se encuentre. Si el aceite no ha alcanzado una temperatura apropiada, su viscosidad no será la adecuada para lubricar bien el motor, y por lo tanto el estrés de trabajar a un régimen de revoluciones alto será muy superior.

3.- Apoyar la mano en la palanca de cambios

Un hábito muy común, pero no por ello menos dañino, es el de apoyar la mano en la palanca de cambios cuando no vamos a cambiar de marcha. Ya sea sin darse cuenta, porque resulta cómodo, o porque así se ahorra que la mano se mueva del volante a la palanca de cambios cada vez que se quiere engranar una marcha.

Ese hábito no es recomendable, ya que genera un desgaste prematuro en los elementos que intermedian, en varillados, engranajes y rodamientos. Ese estrés, a la larga, puede hacer que nuestra caja de cambios no funcione correctamente, pierda precisión, aumente las holguras, nos cueste engranar algunas marchas, o incluso que éstas se salgan solas cuando las consecuencias de la avería se hayan agravado.

4.- No controlar el “punto de embrague”

Una de las averías más temidas en un conductor es romper el embrague. De ahí, que es sumamente importante ser cuidadoso y evitar algunos errores muy comunes, como no pisar a fondo el pedal del embrague cuando cambiamos de marcha.

Soltarlo demasiado rápido también es dañino, o incluso mantener la marcha engranada y el pedal del embrague pisado cuando nos detenemos en los semáforos, o no controlar el famoso “punto de embrague” al detenernos en una pendiente pronunciada.

The manual transmissions are distinguished by their high levels of efficiency.

Para desembragar y cambiar de marcha hemos de pisar a fondo el pedal del embrague, pisándolo a medias estaremos generando un desgaste prematuro del embrague, o incluso podremos llegar a destrozarlo en pocos kilómetros si somos muy bruscos y poco cuidadosos.

Tampoco deberíamos mantener pisado el pedal del embrague en paradas y detenciones largas, por ejemplo en un semáforo en rojo. Incluso con el pedal pisado a fondo se genera un estrés innecesario en cableados y muelles y cualquier movimiento que alivie la presión de nuestro pie sobre el pedal puede generar una fricción innecesaria en el embrague.

5.- Apoyar el pie izquierdo en el pedal del embrague

Así como debemos evitar que nuestra mano derecha se apoye sobre la palanca de cambios, también deberíamos evitar reposar nuestro pie izquierdo sobre el pedal del embrague.

Apoyar el pie en el pedal, aunque sea mínimamente, introduce fricciones en el embrague. Resulta sorprendente la cantidad de embragues que han sido destrozados por un conductor descuidado que ha mantenido el pie apoyado, incluso haciendo cierta presión, sobre el pedal del embrague. En cualquier auto con cambio manual hay espacio más que suficiente para que nuestro pie izquierdo descanse, cuando no lo utilizamos para accionar el pedal del embrague, en un reposapiés.

BONUS TRACK: “En pendientes o cuestas, se recomienda no mantener el vehículo frenado con la caja, para esto está el sistema de frenado. Esto ocurre debido a que cuando estamos en pendiente y frenados, al salir de la inercia, el auto se nos puede ir para atrás; para evitar esto y como tip, levanten o accionen el freno de mano hasta que sientan que el vehículo ya está empujado hacia delante”, recomienda Barichevich.

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