A Brasil le preocupa haberse convertido en refugio de espías rusos que se infiltran en Occidente

Estados Unidos busca extraditar a Sergey Cherkasov, fotografiado en 2012, un presunto espía ruso ahora encarcelado en Brasil. Foto: Departamento de Justicia de EE.UU.

Los presuntos agentes que se hacen pasar por brasileños han llamado la atención de EE.UU. y Noruega, y podrían ser candidatos en cualquier intercambio de prisioneros.


La doble vida de un presunto espía ruso arrestado en el extremo norte de Noruega comenzó más de una década antes en Padre Bernardo, un pueblo productor de maíz y soya a medio mundo de distancia, dicen las autoridades brasileñas.

Las autoridades noruegas señalan que un investigador universitario que lleva documentación brasileña es en realidad un agente encubierto de Moscú y lo acusan de espionaje. Los investigadores rastrearon su ciudadanía brasileña a un certificado de nacimiento obtenido de manera fraudulenta en Padre Bernardo, en lo que se ha convertido en un patrón familiar de robo de identidad y espionaje que se origina en este país sudamericano.

Otro ruso que usa una identidad brasileña falsificada está encarcelado en Brasil y enfrenta cargos de espionaje en EE.UU. Las autoridades holandesas lo detuvieron el año pasado cuando supuestamente intentaba infiltrarse en la Corte Penal Internacional como pasante. Un tercer presunto espía ruso que vivió durante años bajo una identidad brasileña en Río de Janeiro está desaparecido.

Los incidentes han provocado una investigación en Brasil sobre si Moscú está utilizando el país como una incubadora para agentes encubiertos que buscan infiltrarse en Occidente, y han puesto a Brasil en un incómodo centro de atención internacional. Los investigadores brasileños han ofrecido pocos detalles públicos sobre su investigación, pero creen que más agentes encubiertos podrían estar al acecho sin ser detectados dentro del país o en todo el mundo, según personas familiarizadas con el asunto.

La embajada rusa en Brasilia no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las acusaciones de espionaje. Moscú ha negado que los agentes rusos estén operando de forma encubierta en Brasil, Noruega o en otros lugares.

Para Estados Unidos, los dos presuntos agentes ahora bajo custodia también presentan una oportunidad para un posible intercambio de prisioneros. Los funcionarios estadounidenses han dicho que están colaborando con países que tienen ciudadanos rusos y están abiertos a incorporar a esos prisioneros en un acuerdo destinado a liberar a los estadounidenses detenidos en Rusia. Eso incluye al reportero del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, quien está detenido por un cargo de espionaje que él, el Journal y el gobierno de EE.UU. niegan rotundamente.

En el caso de Sergey Cherkasov, quien presuntamente intentó infiltrarse en la Corte Penal Internacional bajo la identidad brasileña de Victor Muller Ferreira, Brasil se enfrenta a demandas de extradición contrapuestas por parte de Estados Unidos y Rusia. Cherkasov cumple una condena de 15 años de prisión en Brasil por usar documentos falsos y está siendo investigado allí por presunto espionaje.

Paulo Ferreira, un abogado que representa a Cherkasov, dijo que su cliente admitió el uso de documentos falsos, pero negó que sea un espía ruso.

Estados Unidos acusó a Cherkasov en marzo, señalándolo de ingresar ilegalmente a Estados Unidos con su alias brasileño y actuar como agente ruso mientras asistía a un programa de posgrado en Washington D.C.

Rusia también solicitó su extradición, diciendo que es un traficante de drogas, una acusación que ha despertado el escepticismo de muchos funcionarios estadounidenses y brasileños, pero que el propio Cherkasov ha dicho que es cierta.

Según la acusación de EE.UU., Cherkasov obtuvo de manera fraudulenta un certificado de nacimiento brasileño que lo identificaba como Victor Muller Ferreira, nacido en abril en 1989, y usó ese certificado de nacimiento para obtener otras identificaciones fraudulentas, construyendo su doble vida en Brasil durante varios años.

Esa supuesta estrategia subraya las brechas de seguridad dentro del sistema de documentación de Brasil que los espías encubiertos pueden explotar: los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley dicen que con solo un registro de nacimiento en la mano, una persona puede obtener documentos de identidad brasileños y un pasaporte, siempre y cuando esos documentos no hayan sido ya obtenidos bajo esa identidad.

Cuando las autoridades detuvieron a Cherkasov, recuperaron un mensaje suyo que describía cómo una fuente en Brasil lo había ayudado a obtener documentos falsos y podría ayudar a otros a hacer lo mismo, según la acusación.

“Ella se siente feliz cuando puede ayudar, pedirle ayuda es bastante fácil”, escribió Cherkasov en el mensaje, según la acusación. Escribió que le dio a la fuente un collar por valor de US$ 400 a cambio de sus servicios.

En Noruega, las autoridades arrestaron a un hombre que dicen es Mikhail Mikushin en octubre y lo acusaron de espionaje. En ese momento, trabajaba como investigador en la Universidad de Tromsø bajo la identidad brasileña de José Assis Giammaria y anteriormente había pasado años en universidades de Canadá bajo ese alias.

La abogada de Mikushin en Noruega, Marijana Lozic, afirmó que no podía comentar sobre los cargos en su contra según la sección 122 del Código Penal noruego, que cubre “actividades agravadas de recopilación de inteligencia dirigidas a secretos de Estado” y conlleva una pena de prisión de hasta 10 años.

Las autoridades brasileñas rastrearon la documentación brasileña de Mikushin hasta Padre Bernardo, un pueblo de unas 30.000 personas, en el estado brasileño de Goiás. Los registros en la principal notaría pública de la ciudad enumeran a José Assis Giammaria como una persona nacida en noviembre de 1984 de un empresario nacido en Italia que era ciudadano brasileño naturalizado y una mujer que era empleada escolar de Río de Janeiro.

Las autoridades están tratando de confirmar lo que le sucedió al verdadero Giammaria. Un funcionario dijo que cree que Giammaria era una persona real que ahora está muerta.

Una imagen de Gerhard Daniel Campos Wittich circuló en Facebook luego de su desaparición. Foto: Facebook

“Nací aquí, donde vivo desde hace 54 años. No conozco a esta persona, ni por su nombre, ni por su foto”, dijo Milton Oliveira, que trabaja en el ayuntamiento de Padre Bernardo, refiriéndose a la foto de Mikushin y el certificado de nacimiento brasileño de Giammaria. Otros vecinos de Padre Bernardo, entre ellos personas que trabajaban en las notarías del pueblo, también dijeron que nunca habían oído hablar de él ni de sus padres.

En otro incidente ocurrido a fines del año pasado, el propietario de una empresa de impresión 3D en Río de Janeiro, llamado Gerhard Daniel Campos Wittich, desapareció abruptamente mientras viajaba al extranjero, lo que provocó una campaña de amigos en las redes sociales para obtener información sobre su paradero.

Esa campaña terminó en marzo, cuando los funcionarios de inteligencia griegos identificaron al hombre como un presunto espía ruso con el apellido Shmyrev. Dijeron que huyó de regreso a Rusia con una mujer que identificaron como su esposa, que también era una espía que vivía con una identidad falsa en Grecia.

Las autoridades griegas no han proporcionado más detalles sobre el caso y las autoridades brasileñas se negaron a comentar.

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