Covid-19: Los cuatro meses de la pandemia en Chile

Los pacientes de Covid-19 son tratados en áreas aisladas para prevenir la transmisión del virus. Foto: Andrés Pérez

Traslados de Santiago a regiones, disminución de la actividad médica no relacionada a la pandemia y violentos brotes en recintos como cárceles y residencias de adultos mayores han marcado los cuatro meses de Covid en el país. Con una cifra que bordea los nueve mil fallecidos, entre confirmados y sospechosos, el ministro de Salud, Enrique Paris, ha hablado de una “leve mejoría” en las cifras de contagios. Estas son algunas de las consecuencias que ha dejado el virus en el país.


Casos en Gendarmería suman 1.800

Los penales, por los niveles de hacinamiento y las dificultades que implica practicar el distanciamiento social, son uno de los sectores más delicados en relación al coronavirus. Por eso, desde que se registró el primer contagio en la Cárcel de Puente Alto el 29 de marzo, Gendarmería ha impulsado una serie de medidas para prevenir un mayor número de contagios. De todos los modos, la cifra de afectados por Covid-19 en la institución llega a los 1.800 casos. De estos, 827 corresponden a internos privados de libertad y 973 a funcionarios penitenciarios. La entidad, además, lleva su propio conteo de fallecidos. Hasta el miércoles eran 10: ocho reos y dos trabajadores.

Entre las medidas que ha tomado Gendarmería, y que han sido informadas al Parlamento, se encuentran los traslados de reos para evitar niveles críticos de hacinamiento y, como se han restringido las visitas, se autorizó que los internos puedan comunicarse vía teléfono celular con sus familiares.

El subsecretario de Justicia, Sebastián Valenzuela, indicó que “a nivel nacional, el tema penitenciario es el que presenta mayores desafíos, por lo mismo, hemos estado enfocados trabajando desde febrero en diseñar y aplicar medidas, evaluarlas, actualizar protocolos y estar constantemente conversando directamente con la población penal. Con el ministro (Hernán Larraín) hemos estado en terreno, en penales del norte y sur del país, y por supuesto hemos estado varias veces en el CP de Puente Alto, donde tuvimos al inicio el brote más complejo de Covid-19 (...) Respecto de otras iniciativas llevadas a cabo, fuimos el primer país que, de manera democrática, a través de un proyecto de ley, estableció un indulto conmutativo de Covid-19, lo que también ha sido bien evaluado por otros países”.

Sin embargo, también se han registrado situaciones adversas. El ministro Larraín tuvo que explicar a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, en la sesión del 24 de junio, sobre las circunstancias que permitieron que 78 de 99 reos trasladados de Santiago 1 a la Cárcel de Rancagua dieran positivo para coronavirus. Una historia que se repitió en el traslado de internos a La Serena y Valdivia, que recibieron 20 y 17 contagiados, respectivamente.

“Efectivamente, hace 12 días, aproximadamente, se hicieron traslados (de reos) por decisiones administrativas. Precisamente en esos minutos nos encontrábamos estudiando la necesidad de que tales decisiones tuvieran un protocolo sanitario y no lo tenían. Y por eso ocurrió lo que ocurrió”, dijo el titular de Justicia en esa ocasión.

Clínicas reportan 8 millones menos de prestaciones

“En el periodo que va de marzo a junio, en comparación con el año anterior, se registran 2.879.231 (-65%) consultas menos; 5.347.953 (-46%) exámenes diagnósticos no realizados, y más de 68 mil (-65%) intervenciones quirúrgicas que no se han llevado adelante”, sostiene Alfredo Schönherr, presidente de la Asociación de Clínicas de Chile.

Así, por efecto de la pandemia -la priorización de los casos Covid y el llamado a atender únicamente lo urgente-, el sector privado registra una baja de casi ocho millones de prestaciones. “Vemos con mucha preocupación la dramática caída en el número de consultas, exámenes y cirugías. Los pacientes por temor o inseguridad al contagio de Covid-19 prefieren no atenderse o diferir sus consultas en el tiempo”, dice Schönherr.

El representante de las clínicas asegura que se trata de una situación de salud pública delicada. “La falta de consulta o un diagnóstico tardío puede implicar incluso poner en riesgo la vida de las personas. Por ello, es importante hacer el llamado a que las personas consulten”.

El salubrista y médico internista del Hospital Sótero del Río, Juan Carlos Said, plantea que “algunas cirugías pueden dilatarse hasta cierto tiempo, una semana o dos, pero cuando se han dilatado por un tiempo más prolongado tienen un impacto en la mortalidad. Después de la pandemia puede que experimentemos un segundo peak de fallecimientos por otras enfermedades”.

De acuerdo al reporte de las clínicas, un 50% de los pacientes internados por el virus corresponde a Fonasa, y más de un 10% ha sido derivado a través de la UGCC. La cifra no es menor, considerando que la red privada -unificada desde inicios de abril- aporta el 40% de las camas críticas del sistema, tras elevar de 350 a 1.200 sus cupos.

Los cuatro meses de pandemia, sostiene el gremio de clínicas, también han impactado económicamente al sector, con una baja en los ingresos del orden de $ 393 mil millones. Y las derivaciones desde la red pública complejizan la situación, pues “en muchos casos no se logran cubrir los costos con los precios (GRD) fijados por la autoridad”, dice Schönherr, quien explica que los pagos estandarizados asumen una estadía promedio del paciente hospitalizado de seis a siete días, “sin embargo, en la práctica, son más de 10 días los que una persona permanece internada, llegando, en algunos casos, a 20 días o más, con altos consumos de medicamentos e insumos”.

El impacto en hogares de ancianos y residencias de Senama

A fines de marzo, cuando el Covid-19 aún no cumplía un mes en el país, se registró el primer brote en un establecimiento de larga estadía para adultos mayores (Eleam) ubicado en Puente Alto.

Y desde ahí, el virus no ha hecho distinción, afectando por igual a centros destinados a personas vulnerables, como a exclusivos recintos destinados a adultos mayores.

Los casos se sucedieron rápidamente: a mediados de junio, en la Región Metropolitana eran más de 200 los brotes en distintas residencias de ancianos, que dejaban 235 fallecidos y 1.369 adultos mayores contagiados.

El Hogar Jesús Crucificado de Independencia. Foto. Agenciauno

En regiones la situación no es mucho mejor. En el caso de Valparaíso, se han identificado 26 brotes en hogares, 126 contagios y 30 personas fallecidas. En la región existen 231 residencias, donde residen más de 1.500 adultos mayores. En la última semana se identificó un brote en el establecimiento San José de Quillota, donde ya han fallecido nueve ancianos: tres de ellos al interior del hogar y otros seis en hospitales de la red asistencial de la región.

“Es una letalidad del 14%. Senama está testeando más a los adultos mayores en instituciones y al entorno, y con criterio más flexible de casos, a propósito de las estrategias de trazabilidad, por lo que vamos a tener más casos a futuro. La letalidad todavía es baja, si uno compara con lo que pasó en otros lados. Los adultos mayores institucionalizados son los más vulnerables, acá el factor social es importante. Lo que esperamos es que estos números se contengan”, dice Gerardo Fasce, presidente de la Sociedad de Geriatría.

Traslados de pacientes: 3.551 en todo el país

La elevada demanda de hospitalización asociada al coronavirus generó hace dos meses la saturación de las Unidades de Cuidados Críticos de la Región Metropolitana. Así, se hizo necesario el traslado de pacientes a distintos hospitales de gran parte del país.

La coordinación de está labor está a cargo de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas (UGCC) que, en turnos de 24 horas, que comienzan a las 9:00, revisa el estado clínico de los pacientes que es prioritario trasladar por falta de cupos, haciendo la labor de un triage clínico.

Foto: Andrés Pérez

En esas circunstancias, el equipo ha gestionado 3.551 derivaciones a la fecha, registrándose el peak en mayo, con 1.495 reubicaciones de pacientes desde Santiago hacia regiones, y también desde extremos del país hacia la capital.

Así, las regiones que han recibido el mayor número de pacientes Covid-19 derivados desde RM, son O’Higgins, Talca y Biobío.

“Los gestores de camas lo que hacen es recibir el pedido y documentar el pedido de la cama; buscar, en toda la red, las camas disponibles y el regulador lo que hace, que es un médico, es asignar la mejor cama para ese paciente, según los requerimientos de salud”, explica el subsecretario Arturo Zúñiga.

Para esos efectos, la manera más usual es vía áerea en el Hércules C-130, que tiene capacidad para cuatro pacientes a bordo o ambulancias de los hospitales y el Samu.

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