Iglesia: las cuatro causas que acorralan al exobispo Francisco Cox

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Francisco José Cox fue arzobispo de La Serena entre 1990 y 1997.

Dos denuncias están en la justicia civil, ambas de eventuales víctimas chilenas, por abusos sexuales. Nuevo caso que analiza el Vaticano ocurrió hace más de una década en Alemania y habría sido denunciado en EE.UU.


"Sería ideal que empezara un proceso y Cox enfrentara, por fin, a la justicia. A lo mejor no va a ir a la cárcel, pero al menos me deja tranquilo que esto se sepa, que me hayan tomado declaración y se lo conozca como una persona depravada".

Así se manifestó Hernán Godoy (46) respecto de los presuntos abusos sexuales cometidos en su contra por Francisco José Cox, exarzobispo de La Serena y quien actualmente reside en Vallendar, Alemania.

Godoy declaró este martes, en calidad de víctima, ante el magistrado de la Corte de Apelaciones de La Serena Christian Le-Cerf, luego de que la fiscalía recibiera su denuncia el pasado 19 de junio. "Es difícil hacer estos trámites, uno queda muy cansado (...); en 1985 yo era acólito, tenía 13 años. Mi familia se sentía súper orgullosa de que participara en la misa. Él (Cox) era una persona grande, muy simpática, carismática; nos encandiló al grupo de muchachos que estábamos con él. Pero tenía cosas raras. Sus juegos eran bruscos. Nos apretaba los dedos de las manos al extremo de que uno gritaba y él seguía", contó Godoy.

Agregó que "siempre estaba rodeado de niños. Le decían el Michael Jackson (...). Un día yo abrí la puerta (de su despacho) y estaba besándose con un muchacho. El cabro estaba sin polera y él lo tocaba, fue chocante. Me hice el tonto, cerré y me fui a mi casa, sin saber que era lo mismo que me iba a pasar a mí".

El relato de Hernán Godoy forma parte de una de las cuatro causas -dos civiles y dos canónicas- que actualmente existen en relación el prelado emérito Cox.

Indagatorias

Francisco José Cox (84) fue obispo de Chillán (1975-1981), secretario del Pontificio Consejo para la Familia en Roma, arzobispo de La Serena (1990-1997), secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de la Visita de Juan Pablo II y funcionario del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), hasta que en 2002 se retiró a un convento en Alemania.

Si bien en diferentes momentos existieron denuncias periodísticas en su contra, sobre eventuales abusos, nunca hubo ningún proceso civil ni canónico que las avalara. Hasta ahora.

"Hay un tema muy grave que se está viendo de él en el Vaticano", señaló una fuente de Iglesia.

Este año, tanto Hernán Godoy como Abel Soto Flores (49) han declarado en su contra en la justicia penal. La Fiscalía Regional de O'Higgins tiene en su poder los antecedentes contra el obispo emérito, los que serán analizados por uno de los persecutores del equipo del fiscal Emiliano Arias. Según cercanos a la indagatoria, se estima que la próxima semana y subsiguiente se analizarán cada una de las denuncias, anticipando que las causas no prescritas tienen prioridad.

Además, hay un tercer caso de denuncia, de un adulto de iniciales E. G., que también se acercó al grupo de laicos Juan XXIII, de La Serena, que apoyan y asesoran a las víctimas. Felipe Barraza, vocero de esta entidad, dijo que "nos ha costado mucho avanzar, que la Iglesia chilena nos crea. Cox debería ser extraditado y juzgado en Chile. Pero se está comenzando a conocer quién era realmente".

El denunciante Abel Soto señaló que "yo declaré en la fiscalía el pasado 16 de agosto, porque estuve cerca del exobispo Cox en dos momentos de mi vida. Entre 1975 y 1981, en Chillán, cuando yo era acólito, y entre 1989 y 1990, cuando estudiaba en La Serena. Y dije que mucha gente vio y supo lo que hacía esta persona, cuando daba besos en la boca a niños y jóvenes. Todo fue muy traumático. Yo solo se lo pude contar a mi familia hace muy poco".

Agregó que "cómo es posible que a nadie le pareciera raro que un cura anduviera rodeado de menores".

Soto también indicó que "yo viví con Bernardino Piñera (arzobispo emérito de La Serena) en el mismo arzobispado, comía todos los días con él y veía cuando Cox me manoseaba y me daba besos en la boca. Piñera lo encubrió, lo protegió y permitió que tantos cabros como yo siguieran ese camino".

Actualmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe maneja una denuncia contra Cox por hechos que habrían ocurrido entre 2004 y 2007, en Alemania, pero que fueron dados a conocer por la presunta víctima en Estados Unidos.

Además, una fuente de Iglesia señaló a La Tercera que la denuncia de Abel Soto también fue enviada recientemente al Vaticano desde el Arzobispado de La Serena.

Contactado el actual arzobispo de La Serena, René Rebolledo, descartó referirse a la situación de Cox: "Yo no conozco a monseñor Cox. Llegué a La Serena hace cuatro años y no tengo mucho conocimiento sobre los años previos".

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