El milagro de Tomás Barrios

En 2012, la nueva sensación del tenis chileno sufrió una discopatía que lo tuvo cerca de colgar la raqueta. El junior de Roland Garros ha sido la prueba de su recuperación.




Durante esta edición de Roland Garros, una vez más Chile no contó con presencia de jugadores en sus principales cuadros. Sin embargo, en la última semana, Marcelo Tomás Barrios, de 17 años, alcanzó los cuartos de final en juniors, y ya fue incluido como parte del anhelado recambio nacional del tenis criollo.

"Fue una semana excelente, una de las mejores experiencias que he tenido como junior. Llegué a Roland Garros con muy buenas sensaciones, ya que la semana pasada hice final en Bélgica. Eso me dio mucha confianza para jugar en Francia", repasa el joven deportista desde Alemania, donde continuará con su gira europea que terminará en julio.

Es que el próximo mes, el chillanejo, de 1,91 metros, regresará a Chile para  ser parte, como invitado, del equipo nacional de Copa Davis que enfrentará a México en Talcahuano. Ese desafío lo toma como un "halago".

Y pese a que en el país ya se le sitúa como la nueva esperanza de este deporte, y ser comparado con su compatriota  Nicolás jarry por su altura, su gran saque y buen juego de mitad de cancha hacia adelante, tiene los pies bien puestos en la tierra: "Tengo 17 años y no me voy a presionar en algo que recién está comenzando. Falta mucho por delante todavía".

La resurrección

Pero no todo fue alegría en la incipiente carrera del chillanejo. En 2012, sufrió una discopatía y dos desgarros que lo tuvieron muy cerca de colgar la raqueta. 

Su padre, Marcelo, recuerda el duro momento: "Con esa lesión se nos vinieron todos los fantasmas encima, porque fue bastante seria. De hecho, dejó de jugar entre cinco a seis meses, que yo creo que fueron los peores de su vida, al igual que los nuestros", rememora su progenitor, quien lo acompañó en su estadía en París.

"Fue muy complicado, pero gracias a Dios, nos dieron un contacto con una persona de Rancagua, el quiropráctico Jorge Escobar, quien fue quien trató los desgarros iniciales,  y luego de eso, empezó a tratar la discopatía. Bloqueó esa zona afectada, tonificó y potenció toda la zona lumbar y así permitió que después no sintiera dolores. De ahí, nunca más dejó de jugar ni de competir al alto nivel", recalca Marcelo.

Ahora, ya completamente sanado, Tomás apunta a terminar su formación juvenil. Con los cuartos de final en Bois de Boulogne, quedó como nueve del mundo en la categoría ITF, a un paso de estar entre los ocho mejores para disputar el Masters de fin de año, el principal objetivo  según explica su coach, Gonzalo González. "De lograrlo, tendrá muchos beneficios, como obtener wild cards para torneos ATP 250 que se le ofrecen a los mejores juniors del mundo", resalta.

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