A principios de la década de los '80 se consideraba que Ingeniería Comercial estaba saturada y que no tenía mucho futuro. Hoy, pese a que cada año se titulan más de tres mil 500 profesionales del rubro, es una de las carreras con las mejores proyecciones del mercado.

De 60 universidades, 45 imparten este programa, con una matrícula total de 26.360 alumnos durante 2009, un 20% más que hace cuatro años. De este número, casi dos tercios son hombres. Uno de los aspectos que inclina a miles de jóvenes a estudiar esta ingeniería son sus altas remuneraciones. Según indicadores de Futuro Laboral, después de cinco años de egresado, un profesional percibe en promedio $ 1.370.080. Mientras que en toda su vida laboral podría ganar hasta $ 248.527.262, incluso más que un ingeniero civil industrial o un médico. Una inversión fructífera por donde se mire, puesto que su rentabilidad supera el 30%.

También está entre las carreras con más dispersión de salarios: mientras los peor pagados pueden recibir apenas $ 270 mil al primer año, los más cotizados superan el 1,8 millón de pesos. Es decir, pese a sus altos sueldos, no todos tendrán el mismo futuro.

De allí que uno de los puntos a los que se debe prestar atención es  la calidad de la oferta. Son claves la composición y calidad de sus profesores, cuántos tienen jornada completa, sus publicaciones y su experiencia, y la infraestructura de la facultad o la sede.

LA CLAVE ESTÁ EN EL ENFOQUE
Uno de los detalles a tener en cuenta para estudiar esta carrera es que las universidades ofrezcan un enfoque multidisciplinario que permite que sus egresados, si optan por mención en Administración, puedan desempeñarse en áreas de marketing, finanzas y gestión. O si escogen Economía, que estén  capacitados para trabajar en multinacionales, realizar asesorías a empresas, gobierno y otras organizaciones, además de liderar proyectos de políticas públicas e investigación.

También cada plantel ofrece ramos de gran capacidad analítica  como economía, estadística y matemáticas. Además de potenciar las habilidades de liderazgo, capacidad de trabajar en equipo y emprendimiento  de sus alumnos, con materias de sociología, comunicación estratégica y psicología.

Por último, en una profesión donde los negocios internacionales son cada vez más importantes, es recomendable también informarse sobre los programas de intercambio y convenios de prácticas en el extranjero. Esto permite a los alumnos aprender a actuar en diferentes escenarios, perfeccionarse en otros idiomas y trabajar con gente de culturas diferentes, todas capacidades muy apreciadas, sobre todo por empresas multinacionales. El requisito para matricularse en esta carrera en las mejores universidades es tener, por lo menos, 600 puntos.