Histórico

Los mejores héroes de película según Martin Scorsese

El autor de Taxi driver, que mañana cumple 70 años, seleccionó para NewsWeek a sus héroes. Aquí explica por qué.

Los Mejores Años de Nuestra Vida

Esta es una película acerca del heroísmo de regresar a casa desde la guerra, enfrentar a tus seres amados y tu trabajo, mientras el mundo nada sabe de lo que has tenido que soportar. Fue dirigida por William Wyler, que había servido en el frente. La bienvenida; el piloto representado por Dana Andrews, que es tranquilizado luego de una pesadilla por Teresa Wright; y Harold Russell (un veterano real con manos ortopédicas) llamando a su padre desde la cama para que lo ayude, están entre los más conmovedores pasajes del cine americano.

Ladrón de Bicicletas

Al final de este clásico del neorrealismo italiano, dirigido por Vittorio De Sica, un joven (Enzo Staiola) ve a su padre (Lamberto Maggiorani) desdeñado, humillado, a punto de ser enviado a prisión, y entonces toma su mano y camina orgullosamente a su lado. En un momento hermoso, el hijo comprende que sus roles deben invertirse y así, al menos por ese instante, tiene que preocuparse por su padre. Ganó el Oscar honrario en el año 1950.

La Promesa

De los hermanos Dardenne, es otra historia de un muchacho (Jérémie Renier) que debe madurar rápido. Sus lealtades están divididas entre su padre (Olivier Gourmet) y la esposa (Assita Ouedraogo) de un hombre que ha sido asesinado en su "hotel" para inmigrantes ilegales. Es la historia de despertar moral, de suspenso espiritual, en donde un alma joven reniega de aquello que le es familiar y se alza en defensa de la humanidad: la del hombre muerto y la propia.

Rescatando al Soldado Ryan y La Delgada Línea Roja

Dos películas muy diferentes acerca del heroísmo en combate, aparecidas el mismo año. Ambas abordan el problema del heroísmo desde distintos ángulos (como el momento, en el filme de Malick, en que el capitán rechaza valerosamente una orden de su oficial superior), y ambas muestran terribles asaltos contra bastiones enemigos, en donde cada soldado sabe que debe avanzar y que podría estallar en pedazos en cualquier momento. Dos grandes epopeyas de guerra.

Más Corazón que Odio

Cerca del final de este ahora canónico western épico de espacio y tiempo dirigido por John Ford, John Wayne encuentra a Natalie Wood, su sobrina, en cuya búsqueda ha pasado los últimos 10 años. En el intertanto, ella ha hecho su vida entre los indios y se convierte a sus ojos en objeto de odio. La alza por los brazos, la mira a los ojos, su odio desaparece y la acuna entre sus brazos como a la niña que fuera cuando la vio por última vez. Es uno de los más asombrosos giros del cine.

Espía por Mandato

Siempre he amado esta película, realizada por George Seaton y su productor asociado William Perlberg, basada en una historia real sobre un petrolero sueco-americano (William Holden), reclutado por los británicos para espiar a los alemanes. Para hacerse creíble, debe fingir que desconoce a su mejor amigo, que es judío: la escena es casi tan dolorosa como el espeluznante momento en que su contacto alemán y amante (Lilli Palmer) es ejecutada frente a sus ojos.

Los Puentes de Toko-Ri

Otra película con William Holden (dirigida por Mark Robson), esta vez abordando los horrores del combate y la materialización de la muerte. Hay un momento en que el piloto interpretado por Holden camina hacia el extremo de la cubierta del portaaviones y contempla el océano: el encuadre, la música, el aura monumental de la escena y, sobre todo, la angustia y soledad de Holden diciéndote que es un hombre que sabe que va hacia una muerte segura, y que simplemente tiene que aceptarlo.

Río Bravo

Este western de Howard Hawks es una tensa confrontación entre el sheriff (John Wayne) y la banda que intenta sacar al asesino de la prisión, pero es también una maravillosa película sobre la amistad y la redención. Dean Martin es conmovedor como el borracho ayudante del sheriff, y hay un gran momento cuando casi se da por vencido por la presión de la situación y el malestar físico de la abstinencia, antes de devolver a la botella la copa de whisky que se había servido.

Es la adaptación de Robert Bresson de la novela de Georges Bernanos, que trata sobre un enfermizo cura (Claude Laydu) que se acaba de hacer cargo de la pequeña parroquia rural y es un estudio de la fortaleza espiritual: escena tras escena, el cura tiene que soportar las burlas de sus feligreses, abrirse paso entre sus defensas y miedos, y apelar directamente a su condición espiritual. En esencia, es un cura tratando de hacer su trabajo.

El Gatopardo

RR Esta magnífica epopeya de Visconti, sobre un príncipe siciliano en los tiempos de la unificación italiana, es un tipo diferente de heroísmo. En la última parte de la película, el príncipe (Burt Lancaster) comprende que su aristocrática forma de vida y todo lo que ello implica (costumbres, la sensualidad, el expansivo sentido del tiempo) deben abrir paso al futuro, a un nuevo mundo con diferentes prioridades. Es la historia de un hombre que da un paso al costado por la historia.

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