Tres camionetas la esperaban en la losa del aeropuerto Aerocardal, mientras una van blanca obstaculizaba cualquier atisbo de la reina del pop. Madonna llegó anoche al país, a las 22.14 horas, desde Buenos Aires, para presentarse esta noche en el Estadio Nacional.

La cantante fue trasladada a bordo de tres camionetas Chevrolet Suburban. Subió a la segunda de ellas junto a su  novio, el bailarín francés Brahim Zaibat, casi 30 años menor, quienes serán parte del show. Se tapó con una boina negra y partió escoltada hacia el Hotel W, donde ingresó por el subterráneo.

Mientras, en el recinto de Ñuñoa, la gira ya afinaba los últimos preparativos. "Siempre es algo, un pequeño detalle", explica Jake Berry, director de producción de la gira MDNA de Madonna (la más rentable del año, según un ranking publicado por la revista Billboard), frente al armatoste en el que esta noche cantará la diva. El británico ha estado al frente del montaje del escenario durante toda la gira sudamericana. "Todo debería ser igual, todas las noches", comentó, pero son los pequeños imprevistos los que han puesto la alarma sobre las últimas escalas sudamericanas, con atrasos que, en Brasil y Argentina, han superado las tres horas. "A veces es por alguna razón técnica, otras simplemente ocurre. En otras ocasiones, sólo miramos el clima del público, esperando a que el show se adecue", dijo el ingeniero, que también estuvo a cargo de U2 360°. Para los fanáticos, ese no es problema. Cerca de 50 personas esperaban ayer en el acceso de Pedro de Valdivia del Estadio Nacional para ver a la cantante. El show de Madonna tiene hora fijada para las 21.30, pero Francisco Goñi, director de la productora T4F, llamó a "contemplar un posible atraso de una media hora, como siempre puede ocurrir con eventos de esta magnitud". Para Berry, sin embargo, la preocupación es otra: terminar un escenario que suma casi 800 toneladas, por donde pasará un staff de cerca de 30 bailarines, otros 45 artistas y el círculo más cercano de Madonna, conformado por unas 20 personas. "Es un escenario hecho a la medida. El escenario abierto más grande que haya girado nunca", dijo. También habrá una gran pantalla curva, que se armaba ayer. Entre los que desfilarán por esa tarima, también lo hará su hijo , Rocco Ritchie.

La lluvia pronosticada para hoy en Santiago no intimida al equipo. "Este escenario ya se ha probado bajo esas condiciones", dijo, a propósito del próximo final de la gira. T4F asegura que "bajo ninguna circunstancia se va a cancelar". Ya ha pasado por 29 países desde el inicio, el 31 de mayo en Israel. Para sobrellevarlo, cuenta Berry, hay que mimar a la reina: "Intentamos hacer un hogar fuera del hogar para ella. Le encanta entrenar y vamos siempre con un equipo de gimnasio en los camarines". Según él, la prueba de sonido será "entre las 16 y las 19 horas", mientras que las puertas abren a las 16.30, con lo que es probable que se repita la postal de 2008, cuando Madonna realizó una prueba frente al público.