Apuesta temeraria



SEÑOR DIRECTOR:

Es de esperar que la pertinacia evidenciada por el Presidente Boric al mantener la designación de Sebastián Depolo como embajador de Chile en Brasil, no termine arrojando los magros resultados que tuvo la obstinación del subsecretario Ahumada con las mentadas “side letters”.

En todo caso, parece quedar de manifiesto que en la visión del Presidente Boric su amistad con Depolo sobrepasa la importancia que le asigna a la relación bilateral entre Chile y Brasil, lo que se deduce del hecho de haber mantenido acéfala nuestra embajada en Brasilia por casi 10 meses, a la espera de ganar una arriesgada apuesta sobre un eventual e incierto triunfo político de Lula da Silva. De haber perdido Lula, Chile estaría hoy en una muy incómoda y delicada posición bilateral con la principal potencia latinoamericana. Grande y temerario fue el riesgo que corrió el Presidente al ignorar la tradicional práctica diplomática en materia de negación de solicitudes de beneplácitos de embajadores.

Las amistades personales o políticas de un jefe de Estado nunca deben estar por sobre los intereses y vínculos permanentes de los países. Solo cabe esperar que después de todo lo acaecido, Depolo responda con creces a la extrema confianza que el Presidente ha depositado en él.

Eso sí, y a todo evento, Chile necesita urgente de una política exterior con menos dogmatismo y amiguismo, y con mucho más pragmatismo y profesionalismo.

Ricardo Concha Gazmuri

Embajador de Chile

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