Columna de Alejandra Krauss: Escuchar otras voces

Convención Constitucional. Foto: Agencia Uno.


Por Alejandra Krauss, presidenta Fundación Chile21

Han surgido, en torno al debate por la nueva Constitución, temores, incertidumbre e inseguridades. La relevancia y trascendencia de este proceso constitucional es que surge en noviembre de 2019 como la única respuesta a la más grave crisis institucional, política y social que vivíamos desde el retorno a la democracia.

El Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución se suscribió por la mayoría de las fuerzas políticas representadas en el Parlamento y con gran adhesión ciudadana. Era un momento en que el país estaba, perplejo, atemorizado, sin vislumbrar una salida. Pero la convicción de que contar con un nuevo pacto social fortalecería nuestra democracia a través del diálogo, contribuyendo de este modo a la paz social, fue esperanzador.

En dicho acuerdo se establecieron las reglas del juego a las cuales nos someteríamos, regulando sus límites y alcances. Fuimos las y los electores quienes mediante el ejercicio del voto informado elegimos su conformación. El país decidió que se estableciera esta nueva forma de diálogo a partir de nuestras diferencias, reconociéndolas, y desde ahí construir los consensos para responder a una sociedad más diversa y que exigía cambios. Buscábamos, a través de este momento constitucional, renovar, profundizar y actualizar nuestra democracia. Tan al debe en muchos sentidos.

Pero pareciera ser que a nuestra sociedad le ha costado entender que durante este debate debíamos escuchar otras voces. Voces a las que muchos no estaban acostumbrados. También le ha costado hacer lo propio a la Convención. Hemos sido testigos de conductas y declaraciones de algunos constituyentes que claramente no han contribuido al diálogo ni al prestigio de su labor. Pero también es cierto que son muchos más los que han trabajado, de manera seria, responsable e incansable por lograr los consensos necesarios. Tan cierto es lo anterior que el 79% de las normas aprobadas por el Pleno han sido aprobadas por 119 votos promedio, superando los 2/3 requeridos según las reglas del juego que nos dimos como país.

Por ello, resulta incomprensible que, en forma anticipada e incluso antes de la aprobación por parte del Pleno de las normas que las distintas comisiones propondrían, ya se había comenzado a difundir una campaña por el Rechazo como respuesta a un trabajo desconocido y hoy aún incompleto, calificándolo como un “fracaso de la Convención”. Por cierto, es legítimo tener y ejercer una opción frente a la nueva Constitución, pero ello debe ser sobre la base de fundamentos verdaderos y fidedignos.

Las democracias no son tarea fácil, menos en estos tiempos, pero hay que darle sentido para todos y todas. Cada vez que usamos la desinformación para convencer estamos socavando la democracia. Permitamos que la Convención cumpla con su mandato y que la ciudadanía, libremente, en el ejercicio de su soberanía, plenamente informada, elija. Y para el tiempo que queda, en palabras de Winston Churchill, entendamos que “la democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”.

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