Columna de Max Colodro: Punto neurálgico



Sin que todavía estén claras las razones, se abrió un sumario en contra del fiscal que puso los antecedentes sobre presuntas narco-casas en manos de la municipalidad de La Florida. Con o sin intención, el efecto de ello será inhibir a cualquier otro persecutor que intente entregar información para perseguir al narcotráfico.

Esta decisión ocurre 48 horas después de que un narco-funeral fuera escoltado por Carabineros en Valparaíso, y que una decena de escuelas y un par de sedes universitarias tuvieran que cerrar para que dicho funeral, con homenajes, disparos al aire y fuegos artificiales, no tuviera impedimentos. El propio ministro de Educación dijo que había sido una buena medida no exponer a los estudiantes y profesores al rigor de las balas.

Hechos y circunstancias que son la sinopsis perfecta del nivel al que ha llegado la normalización cotidiana del narcotráfico y del crimen organizado en Chile. Con fiscales que arriesgan ser sumariados si colaboran con las autoridades edilicias que intentan impedir que los narcos ocupen sus territorios con total impunidad. Con carabineros escoltando y garantizando la seguridad de los narcotraficantes, que pueden concurrir tranquilos al funeral de uno de los suyos, sin ocultar sus rostros ni sus identidades, ya que el Estado los protege y asegura sus homenajes, mientras obliga a la comunidad escolar y universitaria a evitar los riesgos suspendiendo clases y quedándose en casa.

¿Resulta lógico todo esto? ¿Tiene el país conciencia de las implicancias de esta locura colectiva? No, al parecer no la tiene. Pero afortunadamente la comunidad internacional nos ayuda a visualizar dónde estamos.

Porque la misma semana en que estas cosas ocurrían en Chile, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) entregaba un informe que señala a San Antonio como un “punto neurálgico” del tráfico de estupefacientes a nivel mundial. Así es: según este documento en los últimos años un puerto chileno se ha convertido en pieza clave para facilitar el desplazamiento de drogas desde América Latina al resto del mundo. Un engranaje decisivo en un sistema global, cuya envergadura implica toda una logística interna, con intermediarios residiendo y operando desde nuestro país, haciendo no sólo su aporte al consumo de narcóticos en Chile, sino también a la espiral de delincuencia que se observa todos los días.

En breve, San Antonio es hoy un referente a nivel mundial en materia de narcotráfico, noticia que aquí pasó casi inadvertida, teniendo como contexto un funeral narco escoltado por la policía, con clases suspendidas en escuelas y universidades, y a un fiscal sometido a sumario por entregar información sobre la residencia de presuntos traficantes al alcalde de La Florida.

Signos y evidencias de nuestro fracaso en el combate al flagelo de la droga y, también, de nuestra ingenuidad e indolencia; factores que sólo vienen a reforzar la sensación de que esta será una batalla cada día más difícil de ganar.

Por Max Colodro, filósofo y analista político

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