Comunicación y coherencia



Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom

No han sido fáciles los últimos días del ministro Paris. Esto, porque la autoridad sanitaria ha buscado cuadrar dos elementos contradictorios y que no encajan entre sí: por un lado, un alza de los contagios por sobre los 8.000 casos, alta cantidad de fallecidos y un 95% de tasa de ocupación de camas UCI; y, por otra, la promoción del Pase de Movilidad que elimina algunas restricciones para quienes hayan recibido dos dosis de vacuna y hayan esperado 14 días, lo que significa mayor posibilidad de desplazamiento. Así, en un arranque de ira y nerviosismo, el ministro llamó a los adultos mayores a “abrazar a su familia, visitar a sus hijos, a sus nietos”, en un contexto de recrudecimiento de la pandemia que sugiere lo contrario.

Son varias las voces que exigen que se ponga en práctica la comunicación de riesgo, que no es sino la entrega de informaciones, recomendaciones y opiniones que permitan que toda persona expuesta a un riesgo sea capaz de tomar decisiones informadas para mitigar los efectos de la amenaza y adoptar medidas y acciones de protección y prevención. Es evidente que la ciudadanía necesita cada vez más que sus autoridades de manera didáctica ocupen en lo sustantivo esta cadena nacional para orientar, precisar y despejar toda duda posible frente a una pandemia que ataca y mata si no se toman los resguardos adecuados.

El ministro Paris suele comenzar sus alocuciones agradeciendo al equipo comunicacional de La Moneda y del Minsal por el apoyo a sus puestas en escenas. Lo curioso es que ni las autoridades ni esos equipos profesionales parecieran tomar nota de que el uso y empleo del lenguaje está determinado por la interpretación más probable que puede hacer un destinatario del mensaje, dependiendo del contexto de la situación comunicativa que se enfrente. De esta manera, si el peor escenario del contagio desde abril del año pasado recomienda extremar resguardos, un pase que permite salir y compartir a millones de personas comunica exactamente lo contrario y solo alienta a quienes se resisten a acatar las medidas de resguardo y los protocolos. Ahora, si el Presidente busca capitalizar la oportunidad dando el anuncio del pase para provecho comunicacional, enturbia aún más la comprensión del mensaje.

Las autoridades de La Moneda deberían tener presente que la pragmática es una rama de la lingüística, también estudiada por la filosofía del lenguaje, la comunicación y la psicolingüística, que se interesa por el modo en que el contexto influye en la interpretación del significado. Esto obliga a considerar los factores extralingüísticos a la hora de determinar el mensaje que se quiere dar, cuál es el estado de la situación, quiénes son los destinatarios del mismo y el estado de la opinión pública en ese momento.

Sin el Colegio Médico en la Mesa Social, con un ministro desgastado, con nuevas cuarentenas desde este jueves y con cifras que no bajan, el gobierno debería replantearse la estrategia general para enfrentar una pandemia que lejos de declararse en retirada, ataca hoy con particular crudeza.

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