Crítica al moralismo



SEÑOR DIRECTOR:

Respeto y admiro profundamente al profesor Hugo Herrera. Por eso, y a propósito de su columna del lunes, me deja perplejo su insistente diatriba sobre el moralismo frenteamplista.

Si la crítica fuese contra el moralismo en general, tendría muchos más adeptos. Pero criticar a un solo colectivo por una actitud que se encuentra en cualquier grupo o grupúsculo que pretende acceder o aumentar su poder, parece extraño.

Si entendemos bien el concepto de legitimidad, esto es, como los títulos morales que validan a cualquier candidato al poder, parece parcial criticar dicha pretensión solo a algunos.

En nombre de la moral y ética se justificó el golpe de Estado hace 50 años; en nombre de las mismas, el pueblo decidió que terminara el régimen de Pinochet; en nombre de ellas, el pueblo decidió castigar a los gobiernos de centroizquierda, eligiendo dos gobiernos de derecha; en su nombre (para castigar a gobiernos de derecha y centroizquierda), el pueblo decidió que quería una nueva Constitución Política, escogió a este gobierno, rechazó el proyecto de la Convención Constitucional y seguirá apelando a ellas (pues todo indica que no será posible un gobierno de continuidad del presente). En nombre de ellas, incluso, se han cometido las mayores atrocidades políticas en la historia de la humanidad.

Si, pues, lo que se pretende es acusar que en el Frente Amplio también son moralistas (aunque crean no serlo), vale.

Si, en cambio, se sostiene que ellos son los únicos moralistas, habría que quizás introducir algunos matices en tal aseveración.

Eduardo Salinas Venegas

Abogado

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