Opinión

Cuidar a Codelco

Ivan Alvarado

Conozco a Codelco desde sus cimientos. Como dirigente sindical, recorrí sus talleres y campamentos, escuché a los trabajadores y fui testigo de su aporte al desarrollo del país. Codelco no es una empresa más: es una institución que encarna el esfuerzo colectivo de Chile por administrar con soberanía sus recursos naturales. Es historia viva, pero también futuro.

Hoy estamos ante un momento clave. El mundo avanza hacia una economía más limpia y tecnológica, y Chile tiene algo que decir. El cobre y el litio son esenciales en esta transformación, y el Estado necesita una empresa fuerte para conducir ese proceso. Codelco está dando un paso decisivo al asociarse con SQM para la explotación del litio en el Salar de Atacama. Esa decisión, lejos de ser improvisada, es una respuesta pragmática, estratégica y oportuna.

El acuerdo permite combinar el conocimiento técnico de una empresa con décadas de experiencia en el salar con el liderazgo y la conducción estatal de Codelco. El resultado: una asociación que garantiza control público, beneficios concretos para el país y una entrada directa al corazón de la transición energética global. Así se asegura una participación mayoritaria del Estado, altos estándares ambientales y compromisos reales con las comunidades.

No se trata ahora de una concesión a intereses privados, sino de una fórmula moderna para enfrentar los desafíos de un mercado competitivo. Se evita así un proceso largo e incierto de licitación, que habría postergado nuestra capacidad de respuesta en un escenario internacional que no espera. Y lo más importante: se garantiza que las ganancias del litio no queden en pocas manos, sino que lleguen a todos los compatriotas.

Codelco no se aparta de su esencia al firmar este acuerdo. Al contrario, reafirma su rol histórico como motor del desarrollo nacional. Lo que fue con el cobre, hoy también lo es con el litio. Desde su creación, esta empresa ha generado no sólo recursos, sino oportunidades. Ha sido escuela de trabajadores, cuna de liderazgos y símbolo de lo que Chile puede construir cuando actúa unido.

Asegurar el futuro de Codelco es ofrecer oportunidades reales a los jóvenes que quieren sumarse a una industria moderna, con innovación, con seguridad y con sentido. La minería del siglo XXI no puede seguir siendo la misma de antes: debe ser más limpia, más participativa, más humana. Y para eso, se requiere una empresa pública fuerte, capaz de adaptarse y liderar.

No podemos permitir que Codelco se debilite por mezquindades o desconfianzas. Es justo exigirle eficiencia, transparencia y resultados. Pero también es justo reconocer su valor, respaldarla en sus transformaciones y comprender que está llamada a cumplir un papel protagónico en este nuevo ciclo.

Yo viví las luchas sindicales cuando se jugaba la dignidad de los trabajadores. Y sé lo que significa tener una empresa nacional que no solo extrae riqueza, sino que la redistribuye. Hoy, más que nunca, cuidar a Codelco es cuidar a Chile. Porque, más allá del cobre y el litio, lo que esta empresa produce —día a día— es confianza en que un desarrollo más justo y soberano es posible.

Por Rodolfo Seguel, ex diputado y ex dirigente sindical.

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