Opinión

El Síndrome de Peter Pan, Chile pierde

Valparaiso, 1 de junio de 2025. El Presidente de la Republica Gabriel Boric Font realiza la ultima cuenta publica de su periodo ante el salon Plenario del Congreso. Andres Pina/Aton Chile ANDRES PINA/ATON CHILE

Se habla del Síndrome de Peter Pan refiriéndose a la pulsión humana de no querer crecer y asumir las responsabilidades. El líder de los “niños perdidos” es un egoísta, narciso e inmaduro que, movido por sus pasiones e intereses, se pone a él primero por sobre el resto. Los niños perdidos, quienes se cayeron de sus cochecitos en Kensington Garden, terminaron siendo un medio para la diversión de Peter en el país de “Nunca Jamás”. En este país, gobernado por Peter Pan según su voluntarismo, no se crece, ni madura, aunque el tiempo pasa. No se asumen responsabilidades ni se miden las consecuencias de las acciones.

Esta condición, parece ser algo cercano a lo que vemos hoy en el gobierno. El Presidente Boric, previo a la Cuenta Pública, retiró a los agregados militares de Israel como una acción de repudio a la situación humanitaria en Gaza. Lo cierto, es que su animadversión para con Israel venía de antes del recrudecimiento del conflicto y respondía a sus visiones ideológicas. De hecho, no le recibió las credenciales al embajador de ese país, Gil Artzyeli en 2022, simplemente porque no quiso hacerlo.

Tras el ataque a Israel por parte de Hamas, en octubre de 2023, la reacción israelita era evidente y esperada. Sin duda, la población civil de la zona fue expuesta a los horrores que han vivido por el propio Hamas que es quien los gobierna. La situación es de un drama inconmensurable, pero no es un tema simple, por lo que la solución tampoco lo es.

El Presidente de Chile, olvidándose que es el primer mandatario del país y no una persona individual que puede actuar según voluntad, hizo lo que le nació visceralmente, sin sopesar las consecuencias de sus actos para Chile. El retiro de los agregados militares hablaba primero de su animadversión para con Israel, ya que no hizo lo mismo con Rusia en relación a la guerra con Ucrania, ni en otros lugares donde hay claramente atentados contra los derechos humanos. Este hecho voluntarioso fue adornado con la amenaza de quiebre de relaciones, algo que Chile nunca ha hecho en su historia. De hecho, han sido otros países los que han roto relaciones con Chile y no Chile con ellos. La sobreadjetivación del mandatario y del gobierno ha arrastrado a Chile a un conflicto geopolítico indeseable. La reacción de Estados Unidos frente a la amenaza a Israel era también esperable y por cierto, algo que a Chile y a los chilenos no les conviene. El no medir las consecuencias de las acciones por parte del Presidente para con el país es una falta de responsabilidad con la investidura misma.

Ciertamente, el Presidente nunca ha respetado mucho la investidura y constantemente ha denigrado la institución de la Presidencia, incluso desde el vestir. No ha comprendido qué significa ser Presidente de la República. No entiende que ese cargo implica renunciar a muchas cosas. De hecho, son más renuncias que ganancias. Esas pérdidas de libertad, la no posibilidad de expresión de los deseos personales en miras de la nación son parte de las cosas que la responsabilidad y la madurez, cosas que evidentemente el Presidente carece, llaman a asumir.

El “gustito” del Presidente puede costarle muy caro a Chile. Tras anunciar medidas sin sopesar las consecuencias, decidió no enfrentar la tormenta desatada. El mismo secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio llamó al Presidente Boric, quien no le contestó, remitiéndolo a Cancillería, justificando que por protocolo él sólo habla con el Presidente. El protocolo tampoco ha sido el fuerte de La Moneda, de hecho, el acusar al rey de España de llegar tarde a la investidura chilena, tras errores de la organización, le valieron el apodo de “el merluzo” por parte de un periodista español.

En este impasse autoprovocado es probable que con la llamada del secretario de Estado americano recién el gobierno lograra dimensionar las potenciales consecuencias para Chile. El llamado fue antes de la Cuenta Pública y de hecho, ahí no anunció la ruptura de relaciones con Israel, pero sí mandató buscar otros proveedores para Defensa, sin entender que no es un tema simple como cambiar la verdulería. El voluntarismo, la falta de responsabilidad y de sentido de Estado pueden costarle muy caro a Chile. No sólo el perder la Visa Waiver que, de hecho, tenía los días contados a causa de los abusos, sino también potenciales aranceles comerciales adicionales, suspensión de entrevistas para visas de estudiantes, entre otras. Hay estados americanos que gatillan cláusulas por ataques a Israel que podrían afectar las exportaciones de Chile.

Tanta es la costumbre de echarle la culpa al empedrado y a la sociedad que han perdido la capacidad de comprender que las acciones individuales tienen consecuencias. De hecho, si esas acciones se hacen desde un cargo de representación popular y desde la máxima magistratura del país, eso afecta al país. Desde un comienzo justificaban su falta de gestión y malos resultados a la juventud, manifestando que estaban aprendiendo. La primera gran irresponsabilidad y primer acto de corrupción es aceptar un cargo para el que no estás preparado. Pero lo cierto es que no son tan jóvenes como sostienen, simplemente se niegan a crecer, porque eso los exculpa de sus responsabilidades y les evita asumir sus culpas. Sin duda, tanto en la literatura como en la realidad el “Síndrome de Peter Pan” siempre se paga caro y nunca lleva algo bueno. Chile pierde.

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