¡Es la educación, estúpido!

JARDÍN, SALAS CUNAS


SEÑOR DIRECTOR:

Con la famosa frase empleada por Bill Clinton en su campaña presidencial de 1992, debidamente parafraseada, quisiera alertar sobre los cambios valóricos en que está empeñado el Ministerio de Educación. Es un hecho que al gobierno no le resulta traumático cambiar unas banderas por otras según las circunstancias, pero en lo que no transa es en el proyecto cultural, porque eso es parte de su ADN.

Su gradual implementación es relativamente sencilla, ya que no se requiere dialogar con el Congreso, los gastos no son sustanciales y basta con algunos instructivos del Ministerio a los colegios. Así, se están distribuyendo cuadernos que promueven una determinada “sexualidad afectica” en los niños que cursan los primeros años de enseñanza.

Los padres son la única barrera para impedir esta desembozada agenda. Ellos, en tanto los primeros educadores, deberían preocuparse respecto del contenido valórico que los colegios están entregando a sus hijos. Lamentablemente, hasta ahora no son muchos los papás inquietos por estos temas.

Miguel A. Vergara Villalobos

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.