Opinión

Etmday: un espejo social

Foto referencial del Etmday.

Los espejos no muestran solo quiénes somos, sino también quiénes podríamos llegar a ser. Esa capacidad de reflejar virtudes y defectos abiertos a transformación es lo que nos permite vislumbrar un futuro, no solo repetir el pasado.

El Etmday, el gran encuentro de emprendimiento, innovación e inversión, fue, hace un poco más de dos semanas, eso mismo: un espejo gigantesco frente al cual 56 mil personas se reunieron para algo mucho más profundo que escuchar charlas. Fueron a encontrarse. A mezclarse. A cruzarse con otros que, de otro modo, jamás habrían compartido una sala.

El verdadero valor de Etmday es justamente ese, su motor secreto: el encuentro entre pares improbables, ese choque creativo entre mundos distintos que, cuando ocurre, cambia destinos.

En un país donde los círculos suelen ser cerrados y los caminos profesionales predecibles, ver a miles de jóvenes, emprendedores, inversionistas, ejecutivos, gerentes, innovadores y soñadores compartiendo espacios y pasillos es una señal que no deberíamos ignorar. Allí, en cada conversación casual, en cada pitch improvisado, en cada tarjeta de contacto, está ocurriendo algo que Chile necesita desesperadamente: tejido social, conexiones reales y oportunidades palpables.

Porque la innovación no nace solo de una idea brillante, sino del roce entre perspectivas diferentes. Y la movilidad social, esa de la que se habla tanto y cuesta destrabar, ocurre justamente cuando alguien accede a un contacto, un mentor, un inversionista o una oportunidad que antes estaba fuera de su mapa. Eso es Etmday, un lugar donde la suerte se construye en red.

Mientras discutimos cómo reactivar el crecimiento, el país muestra de forma espontánea que posee una reserva enorme de energía emprendedora. Lo que falta no es talento, es conectarlo. No es motivación, es ecosistema. Chile podría multiplicar su capacidad de innovación si entendiera que estos eventos no son inspiracionales, sino que son infraestructura social. Y en un país que quiere avanzar, la infraestructura que permite que personas distintas se encuentren es tan valiosa como cualquier carretera que conecta ciudades y centros productivos.

El espejo que dejó Etmday es claro. Nos muestra un Chile que quiere emprender, colaborar y escalar. Un Chile solidario, colaborativo y con ganas de desarrollarse, que sabe que el futuro se construye en colaboración, no en solitario.

La invitación hoy es doble: mirar ese reflejo con atención y honestidad mientras se actúa para que ese reflejo no se empañe hasta el próximo año. Hacer de estos encuentros improbables una política de Estado sin depender del azar es el gran sueño y desafío por delante.

¿Quién dice que no podría ser el gran salto que Chile necesita para transformar talento en oportunidades, innovación en desarrollo y esperanza en bienestar?

**El autor de la columna es fundador de Mapcity y Apanio, advisor y director de startups, autor de “Piensa al revés”, “Hackea tu Mente” y “TÚ”.

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