La unidad necesaria

Las primeras fricciones entre los pactos del oficialismo que tensionan la campaña de consejeros


El desafío de generar unidad política entre actores con visiones y trayectorias diversas no es nuevo en la política nacional. Dicha unidad ha sido fundamental para hacer avanzar los cambios, aguantar chaparrones en tiempos difíciles y hacerle frente a la derecha conservadora que ante la desunión siempre sale ganando.

Cuando se trata de escribir un nuevo pacto social, tanto más importante es proyectar la unidad con que trabajamos a todo nivel y promover su ampliación. Trabajar juntos y no divididos debe ser un principio para impulsar un nuevo pacto social sobre la base del Estado social y democrático de derecho, el aseguramiento universal y garantizado de los derechos sociales, la paridad de género, la profundización de la democracia y un sistema político participativo y capaz de hacerse cargo de las demandas ciudadanas por mayor bienestar, enfrentar la crisis climática y descentralizar el poder a las regiones como principales objetivos. Ello requiere poner término a la Constitución de Pinochet y abrir un nuevo capítulo en nuestra historia, marcada por la voluntad soberana expresada en un nuevo pacto social.

Sobre todos estos asuntos, el progresismo y las izquierdas tenemos un acuerdo matriz muy importante, que se ha trabajado en mesas temáticas y también en el debate político que llevamos varios meses compartiendo. Este acuerdo se expresa todavía con más fuerza cuando las fuerzas conservadoras expresan lo que ya sabemos: un Estado mínimo, marcado en su debilidad por la subsidiaridad que ha traído endeudamiento crónico a las familias de Chile y que expresa intereses económicos minoritarios.

Cuando distintas tradiciones y generaciones confluimos en una alianza política, podemos trabajar para hacer de dicha diversidad y amplitud una potencia y no una debilidad. Nuestros adversarios siempre buscarán lo segundo, debilitarnos. El momento histórico que transitamos nos exige diálogo, generosidad, debatir francamente reconociendo nuestras diferencias pasadas y matices presentes, y también fundamentalmente nuestros puntos en común, que son muchos más, sobre todo ante un escenario fragmentado, tratándose de escribir una nueva Constitución que permita una democracia más fuerte y un país de derechos sociales garantizados.

En consecuencia, es viable y necesario presentarnos con unidad en la diversidad en la elección de mayo próximo, con vistas a lograr juntos y con toda nuestra potencia común las propuestas que representan las ideas de libertad, democracia y justicia social.

Por Ximena Peralta, vicepresidenta CS, y Camilo Escalona, secretario general del PS

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.