SEÑOR DIRECTOR
El resultado de la PSU refleja nuestra inequidad y desigualdad social: altos puntajes de los estudiantes de sectores acomodados y colegios particulares pagados, y malos puntajes de quienes vienen de sectores vulnerables y colegios públicos. Los primeros seguirán reproduciendo para sí privilegios y oportunidades; los segundos, marginación, discriminación y falta de oportunidades.
El problema no es la PSU, es la pésima calidad de la educación parvularia y escolar pública. Y ésta, en parte importante, se debe a que en 1981 se cercenó de la Universidad de Chile su Instituto Pedagógico, formador de profesore(a)s para una educación pública de excelencia, laica y de pensamiento libre y crítico, que lo hacía políticamente peligroso; por eso se lo violentó y aisló como Universidad de Ciencias de la Educación (UMCE), que hoy apela su acreditación por tres años.
Siendo esto parte dolorosa de su historia, es inentendible que la Universidad de Chile lo haya olvidado, y que además no tenga una Facultad de Educación, pues ha “trozado” la formación de profesores y la investigación en educación entre varias facultades y centros.
El Instituto Pedagógico debe retornar a la “U” como su Facultad de Educación, de calidad internacional. Mientras más demore ese retorno, peor será la calidad de la educación pública y mayor la responsabilidad en ello de las instancias de gobierno de ambas instituciones.
Víctor Pérez Vera
Ex rector de la Universidad de Chile Cátedra UNESCO “La universidad pública del s.XXI”
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