
Los dados están echados

Jeannette Jara no será elegida y solo está pendiente si el próximo Presidente será José A. Kast o Evelyn Matthei. Quienes mejor lo saben son los partidos políticos, sus dirigentes y candidatos. Se preparan en consecuencia para una batalla electoral cuyo resultado presidencial en lo principal ya conocen; pero no así su resultado parlamentario: ignoran si será estrecho o se prolongará en él un castigo a la izquierda.
No deja de rondarme la reciente elección boliviana, en la que un desastroso período de gobiernos de izquierda trajo el predominio de alternativas más de derecha. Terminó ganando en primera vuelta el candidato más moderado de derecha, al que todas las encuestas y “expertos” daban en un distante tercer lugar. Mientras, en la parlamentaria, se desfondó el MAS de Evo Morales que pasó de 75 a 2 diputados y las tres listas de derecha suman 114 diputados en un total de 130.
Se nota en la derecha nerviosismo ante la opción Kast–Matthei. No es raro que ella concentre sus desvelos en el tiempo que queda y Jara sea más bien un adversario de referencia y fuente de votos otrora de izquierda. Si la elección fuera mañana ganaría Kast, pero es en noviembre; y en estos meses decantarán las preferencias de ese electorado obligatorio, más distante de la política, que suele interesarse y definirse cerca de la fecha de elección.
En tanto, no puedo leer las declaraciones de Lautaro Carmona, presidente del PC, sino como anticipo de futuros. Sabe que Jara perderá, reafirma sus identidades propias apostando a la elección parlamentaria y a un gobierno de derecha en 2026, no le acomodan liderazgos diluidos como el de Jara, marca distancias con el desprestigiado gobierno de Boric, asociándolo en Tohá y Marcel, con la izquierda socialdemócrata. Puedo equivocarme, pero veo en su conducta el anuncio del fin de esa coalición oficialista que, fracasada la refundación en el plebiscito constitucional, se fue deslizando hacia una mera administración de progresismo tibio y realizaciones escasas. El PS y el FA quedan con tarea pendiente sobre su futuro, pero lo que no pueden eludir es una cruda evaluación del fracaso en que terminan este período iniciado en Bachelet II.
No veo malo para Chile que esa izquierda otrora renovada, sincere y recupere la bifurcación de caminos con el PC que la marcó en sus exitosos primeros 20 años de vuelta a la democracia. Ayudaría a abrir espacio al renacimiento de un reformismo democrático y liberal hoy disperso o sumiso. Al converger con PC y FA, evidenciaron carecer de un proyecto compartido para el post concertacionismo y terminaron como gestores de un gobierno de otros, además, muy mal evaluado.
Así las cosas, hoy, una ciudadanía con demandas insatisfechas nuevas y antiguas, vira su mirada hacia la derecha. Se abre un tiempo donde es ésta quien debe demostrar capacidad para dar respuestas que interpreten a mayorías.
Por Óscar Guillermo Garretón, economista
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.
Este septiembre disfruta de los descuentos de la Ruta del Vino, a un precio especial los 3 primeros meses.
Plan digital + LT Beneficios$3.990/mes SUSCRÍBETE