
Victoria táctica, dilema estratégico: el verdadero saldo del ataque de EE.UU. a Irán

Por Daniel Zovatto, director-editor de Radar Latam 360 e investigador senior del instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La diferencia entre táctica y estrategia es clave para entender el conflicto actual entre Irán e Israel y, en particular, el significado del ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares iraníes.
Táctica vs. estrategia: definición operativa
Táctica: Se refiere a las acciones concretas, inmediatas y de corto plazo en el campo de batalla. Es el “cómo” se pelea una guerra: operaciones militares, ataques selectivos, defensa de posiciones, uso de tecnología y despliegue de fuerzas.
Estrategia: Es el plan de largo plazo, el objetivo político-militar global. Es el “para qué” se pelea: cambiar el equilibrio regional, asegurar la supervivencia de un régimen, impedir el acceso al arma nuclear o ampliar una esfera de influencia.
¿Qué representa el ataque de EE.UU.?
El ataque de este sábado, según fuentes israelíes y estadounidenses, fue quirúrgico, coordinado y de alto impacto. A nivel táctico, representa una victoria importante para Estados Unidos e Israel:
- Golpeó tres objetivos nucleares clave en territorio iraní con precisión.
- Evidenció las debilidades en los sistemas de defensa aérea de Irán.
- Mostró una coordinación estrecha entre Estados Unidos e Israel, pese a los mensajes públicos previos de distanciamiento.
Desde esta perspectiva, Estados Unidos e Israel logran una ventaja táctica: humilla militarmente al régimen iraní, daña su infraestructura y reafirma su capacidad de disuasión.
Pero en el terreno estratégico, el panorama es más incierto y peligroso:
- El ataque puede empujar a Irán a insistir y tratar de acelerar su programa nuclear como garantía última de supervivencia.
- Teherán podría redoblar sus vínculos con Rusia, China y sus aliados regionales (Hamás, Hezbolá y los hutíes).
- El conflicto se internacionaliza aún más, con riesgos de arrastrar a Estados Unidos a una guerra directa o a una escalada regional.
- La posibilidad de un cambio de régimen en Irán, buscado por Israel, sigue siendo incierta, y podría incluso provocar un cierre de filas interno.
Conclusión
Estados Unidos e Israel ganan la batalla táctica, pero la guerra estratégica sigue abierta. El régimen iraní, herido, pero no derrotado, puede optar por resistir, reformarse o incluso radicalizarse. La región, mientras tanto, queda en vilo: lo que hoy parece una victoria militar puede transformarse, en el mediano plazo, en el detonante de una nueva fase del conflicto -más imprevisible y peligrosa-. Las guerras en Afganistán e Irak son un trágico recuerdo de ello.
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