GeroFeminismo: “El movimiento feminista tiene una deuda histórica con las mujeres mayores”




“Ser mujer en este mundo es una experiencia particular. La violencia patriarcal capitalista nos maltrata día a día por su modelo político económico y social que secundariza y precariza la vida de las mujeres, especialmente la de las mujeres mayores. Porque hay que ser enfáticas, ser mujer y mayor en esta sociedad, da como resultado una vivencia diferente. Las discriminaciones se entrecruzan y tienen un impacto directo en las vidas de estas mujeres”. Con este párrafo parte el manifiesto de GeroFeminismo, una nueva rama del feminismo que nace al alero del GeroActivismo, movimiento que promueve una visión positiva del envejecimiento y la vejez.

El viernes 10 de julio fue lanzado este documento con la bajada “Nadie se jubila de esta lucha”. El texto fue creado por el colectivo Cofradía Latina, constituido por mujeres latinoamericanas con formación en gerontología y pertenecientes a diversas organizaciones que trabajan con personas mayores. “El objetivo es abogar por la reivindicación de las vejeces femeninas, de hecho, el GeroFeminismo –un nuevo neologismo– tiene la intención de visibilizar las necesidades particulares de las mujeres mayores, profundizar acerca del entrecruce de discriminaciones que sufren a lo largo de la vida, además de invitar a reflexionar acerca del propio envejecimiento futuro de forma colectiva en un espacio de contención, acompañamiento y hermandad”, dice Agnieszka Bozanic, fundadora de la Cofradía Latina.

Según Bozanic, las mujeres estamos vulnerabilizadas desde que somos niñas y en la vejez pasa lo mismo. “Tenemos más lagunas previsionales por la maternidad, nuestros trabajos son más informales, nos pagan menos. Todas esas cosas inciden en que la vejez femenina sea diferente a la masculina. Podemos observar mayores enfermedades mentales y cardiovasculares también. Y está el tema del maltrato: el 40% de las mujeres mayores de 65 años que ha sufrido violencia de género lo ha hecho por más de 40 años. Estamos hablando de una población que ha sido violentada casi toda su vida, que sigue viviendo con su agresor, porque a estas alturas son dependientes. Y así muchas cosas más. Las mujeres están doblemente penalizadas: por ser mujeres y por ser mayores”, agrega.

La mexicana Monserrat Duarte, licenciada en Gerontología y parte del colectivo, añade que “visibilizar la actualidad de las mujeres y de las mujeres adultas mayores, especialmente de aquellas que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad –indígenas, en situación de pobreza y analfabetismo, marginadas, con discapacidad, en situación de abandono, entre otras– sirve para sensibilizar a la sociedad en general y mejorar en la medida de lo posible sus condiciones de vida, además de ofrecer la posibilidad de un mejor futuro a las generaciones que vienen por detrás envejeciendo”.

“Desde mi experiencia profesional y mi encuentro con el feminismo he podido percibir que dentro del movimiento feminista y los estudios de género así como en el campo gerontológico, hay una deuda con las mujeres mayores, deuda en relación a la visibilidad de la cuestión social que las afecta y limita su vida, así como un abordaje crítico y reivindicativo en el marco del reconocimiento de derechos”, agrega la peruana Haydee Chamorro, trabajadora social y diplomada en Gerontología Social. Cuestión que comparte Jazmín Camacho, mexicana, licenciada en gerontología e integrante del colectivo. “El gerofeminismo o la gerontología feminista permite visibilizar las brechas de género intersectando la variable edad a partir de una mirada de curso de vida. Es también una forma de revalorar a nuestras ancestras, muchas veces silenciadas en la historia familiar y social”, dice.

Sororidad también con las mujeres mayores

La panameña María del Pilar Leis, psicogeriatra con una maestría en envejecimiento y demencias, dice que la lucha feminista igualitaria ha dejado a un lado la discriminación por edad, en especial de las mujeres mayores. Se ha centrado en las niñas, adolescentes y jóvenes. “Nos hemos preguntado qué pasa con las mujeres mayores, por qué son obviadas por las propias organizaciones feministas o por qué se “jubilan” las activistas y dan paso a las más jóvenes. No tengo claro si es porque están cansadas del patriarcado o porque se dan cuenta de que es una lucha que ya no es la suya”, complementa la argentina Carolina Iglesias .

Explican que es importante sensibilizar en temáticas de vejez también a las generaciones de feministas más jóvenes. “Surge como un feminismo contra hegemónico que se atreve a ser crítico con los feminismos actuales y que, a su vez, es capaz de reconocer y sintetizar su herencia, con el objetivo de ganar un mundo inexplorado por el feminismo como son las vejeces. La erradicación del edadismo es urgente, especialmente dentro del mismo movimiento feminista. Existe una deuda histórica con las mujeres mayores en estos espacios y en la teoría que urge saldar”, apunta la psicóloga de la Universidad de Tarapacá, María José Ron.

La psicóloga y parte de la Fundación GeroActivismo, Patricia Pinto, concluye: “Es fundamental que se valore y respete a la persona como individuo no solo por su sexo, en todos los ámbitos posibles. La lucha por la igualdad de género es inclusiva, abarca todas las discriminaciones como la raza, religión, opción sexual y sobre todo, la edad. Por eso, el feminismo debe abrazar al GeroFeminismo”, concluye.

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