Lo que inspira a Cristián Abelli

Paula 1200. Sábado 21 de mayo de 2016.

Fue unánime. Todos los miembros de la Academia Chilena de Bellas Artes votaron por su exposición Noctilux, como la mejor del año. Muestra que con cerca de 40 obras en óleo, collages, impresiones intervenidas y fotografías se exhibió a fines de 2015 en la galería Patricia Ready. Sin haber pasado por la universidad y sin adherir a ninguna corriente o moda, la pintura es la forma cómo este artista se expresa desde los 14 años. "Cuando gané este premio pensé: 'qué raro', porque yo no he sido un pintor que ha estado inmerso en el lobby del contacto. Yo soy una persona que va del taller a la casa", dice.

¿Cómo es tu proceso creativo?

El trabajo creativo es ir al encuentro de algo que uno no sabe lo que es; si supiera lo que voy a hacer, no lo haría. Soy un abstracto, entonces vivo haciendo y borrando hasta que de pronto me encuentro con lo que quiero. Nunca me detengo en la búsqueda.

¿Qué vas a pintar ahora?

No sé. ¿El viento?

¿Cómo el viento?

Esa es la pregunta: ¿cómo se pinta el viento? Una cuestión tan simple, pero que nadie pinta. Esas son las cosas que yo quiero pintar. Y no lo voy a hacer como la gente quiere que lo haga.

Su rostro: "Mi mancha, la que cubre la mitad de mi cara, es un milagro. Me obliga a ser bueno y a portarme bien, porque por ella me reconocen altiro. En la infancia fue duro, porque los niños son crueles y el bullying existe desde la edad de piedra. Pero con los años entendí que este soy yo. Mi hermano me regaló un tratamiento para intentar borrarla, fui al doctor solo por él y le dije: 'muchas gracias doctor, pero no, ya pasé la peor parte. Ya me acepté'".

"Soy inseguro cuando pinto. Me es muy difícil pintar".

Un circuito por Santiago

"Caminar por el San Cristóbal para estar en contacto con lo único que es verdad: la naturaleza. Luego ir a Nataniel Cox con Avenida Matta: ahí está la verdad de lo que somos. Más tarde a La Vega con su fruta y sus colores, una verdadera alegría. Y terminar en la Biblioteca Nacional con la Odisea de Nikos Kazantzakis".

Sobre la música

"Para pintar es Led Zeppelin y para escuchar es Wes Montgomery".

Tres exposiciones que hay que ver este mes

"Sin dudarlo la de Fernando Casasempere en el Bellas Artes y la exposición de Egipto en el Centro Cultural La Moneda. La tercera dejémosla al destino, me gustaría que todos fueran a buscar una exposición por la ciudad, porque soy testigo de cómo las galerías están vacías, ya nadie tiene tiempo para su mundo interno, están todos preocupados del día a día en medio de esta ciudad caótica. La gente no ve lo importante, porque están hasta el cuello con la supervivencia diaria".

Sobre la soledad

"Es tan difícil estar contigo mismo en soledad que por eso vivimos todos apiñados en la ciudad. Porque el sentir de verdad, el estar con uno, duele. Pero yo no tengo problema con estar conmigo, porque me entretengo, soy curioso, miro. Si hoy estoy en la ciudad, es solo por mis hijos. Yo no necesito de la ciudad para entretenerme".

Santiago es...

"Una ciudad fea que no está hecha bajo el principio de la belleza y la poesía. Los parques son hechos con el mínimo interés y recursos. Está plagada de letreros vendiéndote pura mierda y está todo intervenido con fierros y rejas. Es un desastre. Por eso vale la pena ir a Nataniel Cox con Matta para ver arquitectura con historia, con gracia, color y poesía".

<strong><em>"El tiempo para mí es… un lingote de oro. No hay tiempo".</em></strong>

De los artistas chilenos...

"Los que más me llaman la atención son los escultores. Sigo a Federico Assler y a Cristián Salineros. También me interesa la obra actual del pintor Andrés Vio y, por supuesto, Ricardo Yrarrázaval".

De las nuevas generaciones de artistas…

"Destaco al artista visual Norton Maza. Es sorprendente lo que hace, me vuela el cerebro. Es lúdico, me provoca sorpresa y alegría. Además, tiene oficio y eso es notable".

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Sobre la Fotografía: "Para mí es más difícil sacar una buena foto que pintar un cuadro. Ando siempre con alguna de mis cámaras Hasselblad, Leica o Contax. Lejos lo que más me cuesta es saber a qué sacarle fotos, lo contrario a lo que les pasa al resto con sus celulares".[/caption]

Las redes sociales son…

"Útiles y ayudan a la gente, pero se entrometen demasiado en la vida. Yo no pertenezco a eso, no es mi tema, no tengo acceso ni tampoco quiero. Si con suerte me la banco con mi familia, ¿para qué más?".

"No tengo Whatsapp, porque no quiero perder mi tiempo. Cuando necesito a alguien lo llamo por teléfono. No tengo Facebook, ni Twitter ni Instagram. Yo quiero conversar contigo y si quieres contarme algo nos juntamos en persona. No quiero ser dependiente de un teléfono. Amo mis dedos gordos de la mano y no los quiero maltratar en eso todo el día".

<em>"El arte de este país no tiene humor, porque en Chile no hay humor". </em>

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Me marcó… "la película El desierto de los tártaros, que vi a los 16 años y se convirtió en la mejor película que he visto. Para la Navidad, mi hijo Domingo me regaló el libro El desierto de los tártaros de Dino Buzzati y se convirtió en el libro más notable que he leído. Tiene que ver con mi pintura, con mi capacidad de síntesis: con poco se puede hacer mucho".[/caption]

El mejor cuadro que tengo en mi casa es…

"El de una alumna, María Teresa Covarrubias, gran artista y madre del periodista Matías del Río. Es un cuadro abstracto y muy chico. Me gusta tanto porque es sorprendentemente monumental siendo tan simple y pequeño. Eso pasa con todo en mi vida, no me quedo con las formas ni la opulencia, me interesa la verdad interna y la nobleza de las cosas y las personas".