
Evelyn Matthei: entre la espada y la pared
Una semana para el olvido tuvo la exministra. Su segunda ofensiva en contra de los republicanos abrió una caja de Pandora en su propia coalición, desde donde emergieron voces de apoyo a José Antonio Kast incluso en primera vuelta. Ayer el consejo general de RN respaldó cerradamente a la candidata.

“Si sigue bajando, ¿qué hacemos?“, consultó el diputado Jorge Alessandri (UDI).
Hace dos semanas, durante una comida de camaradería -en la que participaron distintos dirigentes del sector, entre ellos Luciano Cruz Coke (Evópoli), Guillermo Ramírez (UDI) e Issa Kort, quienes suelen conversar sobre el escenario político-, el parlamentario planteó una inquietud que comenzó a extenderse y profundizarse en Chile Vamos: el rumbo de la candidatura de la abanderada del sector, Evelyn Matthei.

La caída sostenida de la exalcaldesa en las preferencias presidenciales de distintas encuestas de opinión a esas alturas era evidente.
Lo que partió a fines del año pasado como una candidatura con una amplia ventaja respecto de su principal contendor en la derecha, el líder republicano José Antonio Kast, comenzó a desmoronarse semana a semana, desde mayo, con el primer empate.
Desde esa fecha las alarmas no han dejado de estar encendidas en la coalición, pues a medida que avanza el cronómetro los guarismos se hacen más difícil de revertir.
En ese grupo, que habitualmente se reúne debido a la amistad que los une, no llegaron a un plan concreto para lograr un repunte, pero sí se instaló el temor que esta semana comenzó a cristalizarse con mayor fuerza: que si seguía la tendencia a la baja comenzarían los descuelgues en Chile Vamos en favor de Kast. Un evento que, a toda costa, tenían que evitar.
En el bloque están conscientes de que son múltiples los factores que cambiaron el rumbo de la campaña de Matthei. Los más importantes son tres: la falta de relato, los errores propios de la candidata y un diseño “limpio” del líder republicano, quien hasta ahora no ha tenido casi ningún traspié.
El punto de inflexión
El domingo 27 la preocupación entre los integrantes del comité político del comando de Matthei, que se iban conectando a la reunión semanal por Meet, era notoria. Para todos era claro que la ofensiva contra republicanos -con la denuncia de una campaña “asquerosa”, que ponía en cuestión la salud mental de la exedil- no había obtenido los resultados esperados. Las encuestas de ese fin de semana la seguían dejando en tercer lugar.
A juicio de Matthei, había llegado el momento de dar un paso más.

Quienes participaron de la cita confidencian que la abanderada llegó con una decisión tomada. Les comunicó que iba a endurecer el tono y que los senadores de Renovación Nacional iban a presentar una denuncia criminal en contra de quienes resultaran responsables de las 70 cuentas bots que la atacaban.
La idea tenía su origen en el Congreso.
Pocos días después de que Matthei hiciera público el caso, el jueves 17 de julio, el senador Rafael Prohens (RN) se acercó a su par Francisco Chahuán (RN) en los pasillos de la sede parlamentaria en Valparaíso.
“Tenemos que hacer algo; esto es muy grave”, le dijo.
La decisión derivó en una denuncia criminal. Una iniciativa que fue socializada con la exalcaldesa, quien en un principio solo se limitó a tomar nota. Y, también, con el presidente del partido, Rodrigo Galilea (RN), mientras que en el Parlamento Prohens y Chahuán seguían concitando adherentes, entre ellos la independiente Carmen Gloria Aravena y María José Gatica (RN), basados en la transgresión a la Ley 21.459, que regula la alteración de datos informáticos y que está vigente desde febrero pasado.
Al interior de Chile Vamos la molestia era creciente por la falta de una acción decidida de parte de Kast para llamar a terminar con esas prácticas, por lo que la noche del domingo -comentan algunos- no hubo mayores discrepancias con la ofensiva.
El vuelco vino el lunes. Porque, para sorpresa de muchos, Matthei anunció que también estaba evaluando querellarse.
“Esto no lo voy a dejar pasar, es suficientemente grave como para que yo no esté dispuesta a callarme (...); eso significa que va a haber una denuncia por parte de los senadores de RN, probablemente entre mañana o pasado, después veré yo si también me querello en contra de quienes resulten responsables”, dijo en radio Infinita.
No solo eso. También se resistió a comprometer su apoyo a Kast si ella no lograba pasar a segunda vuelta. El 2021 fue una de las primeras en respaldarlo, pero ahora no ha ocultado lo difícil que le es dar ese paso.
“Me han tratado como enemiga, no como contrincante; los republicanos me han tratado como enemiga, me han tratado de destruir. Entonces, es muy lindo mandar a los bots a destruirte y después pedirte por los diarios que seamos buenitos, todos juntitos y damos por superado el problema. El problema no está superado”, sentenció.
Matthei -para algunos- había presionado el botón del todo o nada.
La crisis rebotó con fuerza en el comité político del martes, donde afloraron esta vez las voces discrepantes. No por el fondo -porque todos estuvieron de acuerdo en que había sido afectada por una campaña de difamación inaceptable-, pero sí por la forma.
Una de las más críticas con el mecanismo fue la senadora Ximena Ossandón (RN), junto a Galilea y Ramírez, quienes también presentaron objeciones.
Esto, porque la judicialización sacaba el tema del ámbito político y abría la puerta a una investigación de impredecibles consecuencias, con el riesgo de llegar a la confiscación de computadores y de celulares en los comandos de Matthei y Kast, y citaciones a declarar de los propios candidatos y sus equipos, en medio de la campaña.
Pero no solo eso. También desencadenaba una suerte de guerra civil en las filas de las derechas, que ponía en riesgo las incipientes coordinaciones parlamentarias y los apoyos cruzados para un balotaje. Una escena que nadie quería ver.
“Eso no era un error, era un horror político”, resume una fuente de Chile Vamos.
Todo en medio de filtraciones que hablaban de un eventual recorte de recursos del empresariado en represalia por la falta de unidad.
“Hay suficiente independencia de la candidatura de Evelyn Matthei para no tener que rendirle cuentas a nadie en particular”, asegura el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli).
Las últimas cifras del Servel, hasta el 25 de julio, certifican que la abanderada ha recibido aportes por más de 113 millones de pesos. Uno de los últimos, el de Magdalena Piñera, por ocho millones de pesos, que se unieron a los entregados por Rafael Guilisasti Gana (ocho millones), Javier Paulsen Naulin (nueve millones), Karen Saphores (3,5 millones), Patricio Parodi (dos millones), Wolf von Appen (19 millones), Pablo Piñera (un millón) y María Josefina Sutil (dos millones). RN, a su vez, ha aportado 16 millones. La nómina no registra aportes de la UDI ni de Evópoli.
El temor inconfesado es que el flujo se corte a nivel presidencial y se concentre básicamente en la parlamentaria, para no perder las mayorías en el Congreso, donde desde Chile Vamos se insiste en la lista única, ante un oficialismo dispuesto a ir en una sola planilla.
“Estamos en días clave. Espero que desde todos los sectores de oposición estén disponibles a calibrar lo que significa ir unidos versus ir separados. Ir unidos significa ganar en el Senado y en la Cámara. Ir separados significa perder la Cámara”, afirma el diputado y secretario general de la UDI, Juan Antonio Coloma.
La decisión política fue hacer un urgente control de daños. El propio presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, se comunicó con su par de la UDI, Guillermo Ramírez, con quien es amigo desde sus tiempos en la FEUC, para hacer presente los efectos negativos de un clima de beligerancia para el sector. Y lo propio hizo Cristián Valenzuela, el estratégico asesor de Kast, con algunos parlamentarios, entre ellos el diputado RN Diego Schalper.

Así, el miércoles, después de tres días de una fuerte tensión, que quedó visibilizada en el frío saludo entre ambos abanderados en un encuentro en el Hogar de Cristo, Matthei cedió.
A las 19.50, después de una extensa reunión con Chahuán en el comando, la exalcaldesa subió a su cuenta X un video. El diseño era que saliera sola. Pero al final apareció escoltada por un silente senador. Ahí llamó a los candidatos a poner fin a estas prácticas y sentenció: “Que no decidan los bots, que decidan los chilenos”.
“Yo estuve en el proceso en que ella tomó la decisión de retirar la denuncia y puedo asegurar que lo hizo por convicción, no por presión”, afirma Chahuán.
Pero el análisis intramuros es que el caso generó una grieta en las filas de la coalición.
Las compuertas -sostienen- las abrió la propia Cecilia Morel, viuda del expresidente Sebastián Piñera, quien en una entrevista en La Tercera transparentó que votaría por Kast en segunda vuelta.
Con ese piso -ahora en medio de la polémica y de una estancada coordinación parlamentaria- algunos congresales y figuras de Chile Vamos no dudaron en afirmar lo que no habían sincerado: que estaban dispuestos a alinearse con Kast: algunos para el balotaje, otros para la primera vuelta.
Quien abrió los fuegos fue el diputado Andrés Celis (RN), al afirmar en radio Universo que “si el candidato Kast está mejor aspectado que la candidata Matthei, yo creo que él debiera ser el candidato del sector”. Un punto que generó revuelo y que luego el propio parlamentario morigeró en un video diciendo que “en segunda vuelta tenemos que apoyar a un solo candidato o a una sola candidata” y que “voy a apoyar y voy a votar por Evelyn Matthei”.
En una línea más drástica, el expresidente de RN, Carlos Larraín, del ala conservadora de esa tienda, sostuvo que “mi candidato es José Antonio Kast, pero no quiero hablar de eso, porque me van a pegar”.
A la lista de declaraciones también se había sumado una advertencia de Miguel Mellado, diputado RN, en orden a que si la campaña continúa en la actual senda -la que muchos no comparten-, “después de inscritos los candidatos es muy probable que algunos no estén en la foto con ella”.
Lo que encendió todas las alarmas fue que el diputado Jorge Alessandri (UDI) apareciera en un adelanto de una entrevista en Sin Filtros planteando que “yo estoy seguro y no me cabe duda que ella está dispuesta a un sacrificio muy grande por Chile (...). Estoy pensando en una segunda vuelta, estoy pensando en una primera vuelta, estoy pensando en una encuesta favorable y en encuestas adversas”. Frase que rectificó diciendo que fue sacado de contexto y que el “sacrificio” estaba relacionado a “emprender una presidencial por segunda vez”, aunque confirmó su apoyo a Kast si pasa al balotaje.
“Ya se perdió el pudor”, advierte una fuente de la UDI.
Otros aseguran que el ruido principal proviene de los parlamentarios que van a la reelección, que temen perder sus escaños. Esto, aunque la tarde del viernes llegó una cincuentena de postulantes hasta la sede central del comando, en Enrique Foster, a tomarse la foto de campaña con Matthei, proceso que sigue el 20, 21 y 22 de este mes.
La evaluación en Chile Vamos es que -ad portas de la inscripción de las candidaturas, el próximo 18 de agosto- el fantasma del descuelgue está presente, tal como le sucedió a Sebastián Sichel en 2021, hecho que pone a prueba la manija política de Galilea y Ramírez.

Conscientes de su rol, ambos salieron el viernes -sin demoras- a alinear las filas, en privado y en público. El presidente de RN publicó un video diciendo que “Evelyn Matthei es nuestra candidata y no hay ninguna doble mirada” y que esa determinación es “un compromiso a fuego”. Posición que fue avalada por Ramírez al afirmar que una eventual bajada de la exalcaldesa “nunca ha estado en la mesa” y que “eso no lo haríamos jamás”.
No fue lo único.
Ayer, el gremialismo expresó -en un comunicado oficial- su “respaldo firme, unánime y sin ambigüedades a la candidatura presidencial de Evelyn Matthei”, porque representa “con responsabilidad, liderazgo y convicción los valores y principios de nuestro sector”.
La estrategia de la tensión
Pero la ofensiva de Matthei corresponde -afirman en Chile Vamos- a una definición en el plano táctico de tensionar la campaña, marcando diferencias claras con Kast, tras el diagnóstico de que si la candidata solo se moviliza en torno a las propuestas -tarea que igual va a intensificar, tal como lo estampó esta semana en una visita al barrio Meiggs-, los números no se van a mover de aquí al 16 de noviembre.
Uno de los impulsores de esa estrategia es el publicista ecuatoriano Daniel Pérez Pallares, que asesoró con éxito a Daniel Noboa en su ruta al Palacio de Carondelet -mostrándolo como una figura lejana a los conflictos, pero con carácter, en contraste con la “agresividad” del correísmo-, y que se integró hace un par de meses a la campaña, junto al publicista Patricio del Sante. A él adjudican la performance que lució Matthei en el debate de Salmón Summit, donde no ingresó a la confrontación Kast-Jara, pero sí los responsabilizó por su rol en los dos procesos constitucionales fallidos.
Un plan que sigue vigente, aunque tuvo un traspié esta semana con la cuestionada ofensiva judicial en contra de republicanos. Y que demostró, para muchos, que la abanderada no está bien asesorada, que sigue con falencias de relato y estrategia. Y que, incluso, el comité de asesores “senior” -conformado por el exsubsecretario del Interior Rodrigo Ubilla (RN), el exministro Segpres y de Interior Gonzalo Blumel (Evópoli), el empresario agrónomo y doctor en economía de Stanford César Barros, la exasesora política de Sebastián Piñera Fernanda Otero, el exministro Segpres Claudio Alvarado (UDI) y el extimonel UDI Ernesto Silva- no es citado hace un par de meses.
En la coalición se admite que el asunto que enfrentan es de fondo, pues hacen ver que las diferencias con los republicanos no están circunscritas solo a esta campaña, sino que tienen un sustrato más profundo a nivel político y valórico, tal como lo demostró el segundo proceso constitucional. Y que tienen que ver con el tipo de gobierno que plantean a futuro.

A esa visión obedece que en el consejo general de RN de ayer, Matthei -quien recibió un respaldo cerrado- llamara a creer en su candidatura y no dejara de apuntar a los republicanos, sus reales adversarios en primera vuelta. “Quiero pedir a todos -les dijo- que tengamos la sabiduría de creer en nuestro proyecto, el coraje de ofrecerle a Chile un espacio que le gane a la izquierda radical y la prudencia para sortear los ataques que seguiremos recibiendo de aquellos que no quieren dejar la polarización atrás, porque profitan de la polarización”.
Esto, aunque desde los republicanos afirman que ni por acción ni por omisión están dispuestos a ingresar a ese debate y que su proyecto no pasa por la confrontación de las derechas. “Nuestro adversario es el oficialismo y en eso no nos perdemos”, enfatiza una fuente.
El punto más complejo en Chile Vamos es que -a pesar de esta postura- observan en la tienda de Kast un intento por lograr la hegemonía del sector.
Un sentimiento que transparentó la propia Matthei el miércoles pasado en radio Pauta con la siguiente advertencia a su propio sector: “Lo peor que podemos hacer es hacer lo mismo que la Concertación, que bajó el moño y se dejó arrasar“.

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