Por Nelly YáñezLos rostros de la segunda línea de Kast
Desde 2017, José Antonio Kast viene abrochando lealtades. Detrás de su conocido círculo de hierro hay un grupo -en su mayoría sub40- que hoy teje el entramado para un eventual gobierno.

El borrador del Plan Desafío 90 está en su fase final. Y la primera versión, de unas 50 páginas -que tendrá más ajustes después del 14 de diciembre y que por ahora será solo de manejo interno- será entregada oficialmente esta semana a José Antonio Kast.

El boceto partió a fines de agosto, cuando el economista Bernardo Fontaine -un liberal que representó en varias ocasiones a Renovación Nacional y que fue una figura clave en el Rechazo del primer proceso constitucional- aterrizó en el comando, con una tarea: priorizar el paquete de medidas a implementar en los primeros tres meses de gobierno. Esto, porque la decisión de Kast es marcar un cambio visible desde el primer día de mandato y evitar -aunque no se socialice- un eventual y adelantado descontento ciudadano.
Con ese horizonte, el plan tiene por foco la seguridad, el crecimiento económico y las políticas sociales, junto a una serie de propuestas de proyectos de ley -entre uno y cuatro artículos, para un fácil despacho-, cambios reglamentarios y acciones de administración del Estado.
Este fin de semana se le estaban dando los últimos brochazos.
El acelerador se puso el mismo 16 de noviembre, cuando Kast pasó a la segunda vuelta. Esa noche la decisión de Fontaine y de la abogada Carmen Soza, encargada del programa de gobierno, con quien ha trabajado cada una de las propuestas, no solo fue terminar el documento antes del balotaje -pese a que contaban con plazos más amplios-, sino que activar los contactos con Chile Vamos para incorporar sus miradas. Desde esa fecha, tanto Fontaine como Soza han participado en una serie de reuniones con Juan Luis Ossa, encargado del programa de Evelyn Matthei, y también con especialistas de esa coalición, aunque aseguran que algunos venían colaborando desde antes.
Este trabajo contradice -según los republicanos- la avalancha de críticas que recibieron durante la primera vuelta por parte de sus contendores, en orden a que no tenían propuestas ni equipos.
Pero el cuestionamiento le ha penado a Kast desde que en mayo del 2016 abandonó las filas gremialistas -sin vuelta atrás- después de 20 años de militancia, y que ahora lo hacen mirar a expertos de Chile Vamos para la conformación de un posible gobierno.
No lo hizo en silencio. En esa oportunidad acusó a la UDI de haberse apartado del ideario de su mentor, el senador Jaime Guzmán, asesinado en 1991, y también de no dar espacios a las generaciones de recambio.
Uno de los afectados había sido justamente él, quien compitió sin éxito dos veces por la presidencia del partido en 2008 y en 2010, intentando destronar a los “coroneles”. En ambas versiones el poderío político de Jovino Novoa, Andrés Chadwick, Pablo Longueira y Juan Antonio Coloma, fundadores de la UDI, se impuso. Y este último -quien ofició de jefe político de la candidatura de Matthei en la reciente primera vuelta- logró el triunfo en ambas internas.
La salida de Kast estuvo lejos de provocar un cisma.
En esos días, solo fue seguido por una treintena de militantes suscriptores de una carta -la mayoría desconocidos-, por lo que la lectura en calle Suecia fue que no había que preocuparse.
Pero fuera del campo visual, la renuncia del entonces diputado se convertiría en el germen de un proyecto político que correría las cercas de la derecha hacia posiciones más conservadoras; que lo llevaría a imponerse a Chile Vamos en dos de tres incursiones consecutivas a La Moneda (Sebastián Sichel en 2021 y ahora con Matthei) y a disputarle la hegemonía en el Congreso. Lo anterior, junto a un activo reclutamiento para salir del estado de “pyme política”, como se describían en 2017, y construir un armazón institucional.
Con un partido ya establecido desde junio de 2019, el núcleo duro de Kast ha sufrido cambios durante el tiempo. Hoy son siete los personajes clave de la primera línea, que toman las principales decisiones electorales, políticas y de una eventual instalación de gobierno. Y otros 11 forman parte de la segunda línea que está armando el entramado para una futura administración.
Los originales
Los inicios del movimiento de Kast -y de su equipo más cercano- no se entienden sin la Fundación Jaime Guzmán. El año 2008 y 2010, cuando Kast desafió a los coroneles de la UDI en la interna con un discurso principista y en favor de un cambio generacional, encontró un respaldo incondicional en el entonces director ejecutivo de esta, el abogado Marco Antonio González. No solo eran compadres; también compartían el anhelo de volver a la UDI a las bases que había fundado Guzmán. Kast, entonces, tenía un fuerte ascendente en la juventud gremialista, parte de la cual trabajaba en la fundación en cuyo directorio él participaba.
De ahí que no es raro que sus dirigentes de mayor confianza hayan pasado por esa organización justo en ese periodo. Así ocurrió con el propio González y el abogado Carlos Frontaura, quien fue el experto republicano en el segundo proceso constituyente. Ambos, junto con el ingeniero comercial Julio Feres -amigo personal y también compadre del abanderado- y el abogado Patricio Dusaillant, fueron las figuras clave de sus dos intentos presidenciales anteriores (2017 y 2021), en las que levantó un perfil de derecha conservadora en lo valórico, de crítica al Presidente Sebastián Piñera (incluso se declaró de oposición a esa administración en 2020) y de defensa al régimen de Augusto Pinochet.
Ese “petit comité” mutó totalmente para esta campaña. Frontaura y González -que fue el jefe programático del 2021- están dedicados a sus trabajos. El primero en Derecho de la Universidad Católica y el segundo en la Fundación Docere. Dusaillant -a su vez- mantiene un rol secundario en el directorio de Ideas Republicanas. ¿Las razones? Algunas voces de esa tienda no ocultan un distanciamiento por la dirección pragmática que ha tomado el proyecto de Kast. Otras simplemente hablan de que prefirieron concentrarse en su desempeño laboral.
Lo cierto es que el actual núcleo lo conforman, en su mayoría, personas que son varios años más jóvenes que Kast (59), pero que también pasaron por la Fundación Jaime Guzmán. Algunos comenzaron trabajando con él en 2017, para su primera campaña presidencial, otros se integraron después.

Las dos condiciones las comparten el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella (47), y el asesor estratégico de Kast, Cristián Valenzuela (44). El primero -recién electo senador por Valparaíso- es el brazo político del candidato. Lo acompañó en su campaña de 2017 como coordinador programático del comando y, en la de 2021, dos años después de haber renunciado a la UDI, en un rol más político y de puente con Chile Vamos.
Hoy es quien fija líneas de acción, zanja conflictos, establece nexos con otras tiendas y se encarga de las vocerías en temáticas sensibles, para evitar que impacten al candidato. Si bien era el hombre para convertirse en el posible ministro del Interior de Kast, su triunfo en la senaduría lo alejó de esa posibilidad, aunque en los republicanos afirman que podría ser una suerte de “ministro Segpres” en el Senado.
Cristián Valenzuela también es ex UDI y abogado UC, al igual que Kast y Squella. Él fue la cabeza del milimétrico diseño de la actual campaña -con días, horas- y de la estrategia de que el abanderado republicano dejara de lado los temas valóricos que lo afectaron en sus postulaciones anteriores a La Moneda y en el segundo proceso constitucional, poniendo el foco solo en el “gobierno de emergencia”. En el partido lo ven como jefe de asesores del Segundo Piso, aunque hay quienes sostienen que el abogado no quiere cargos.
Las principales decisiones de la campaña las toma justamente la tripleta conformada por Kast, Squella y Valenzuela.
Junto con la periodista Carolina Araya (34), jefa de gabinete, quien se encuentra de prenatal, la directora de Ideas Republicanas, Carmen Soza (46), también comparte espacio en este núcleo. Al igual que Squella y Valenzuela, es abogada de la UC e integró la Fundación Jaime Guzmán en los mismos años que ellos. Es jefa programática de la campaña, tiene línea directa con Kast y hoy, además, ha mantenido contactos con Chile Vamos en materia de propuestas para el programa final de gobierno.
A mediados de octubre, Kast reestructuró el comando con miras a la segunda vuelta. En esa fecha, el economista Alejandro Irarrázaval (64), quien fue tesorero de la UDI y es amigo del abanderado desde sus tiempos en la UC, cuando ambos integraron el movimiento gremial, sumó a sus tareas de coordinador general de la campaña -una suerte de gerente general-, el perfilamiento de cargos del futuro gobierno. En esa tarea está trabajando junto al ingeniero comercial Sebastián Figueroa (42), director ejecutivo de Acción Republicana y exintegrante del Consejo Constitucional, quien viene acompañando a Kast desde el 2009, tras conocerlo en el programa Jóvenes al Servicio de Chile, de la Fundación Jaime Guzmán.
En simultáneo están las nuevas funciones asignadas al ingeniero Martín Arrau (46), quien tras dirigir el equipo programático de infraestructura, fue nombrado por Kast como jefe de la campaña de segunda vuelta. También es un ex UDI. Fue intendente de la Región de Ñuble entre marzo de 2018 y noviembre de 2020 y hoy -desde su nuevo rol- es quien sostiene reuniones telemáticas diarias -a las 8.30, estén dónde estén- para pasar revista a lo que viene, coordinar a los equipos de acuerdo al diseño trazado y evaluar brevemente lo realizado en la jornada anterior.
Los rostros tras el círculo de hierro
La segunda línea republicana es más diversa. No todos vienen de la UC, ni de las facultades de Derecho, como es el círculo más cercano a Kast. Muchos de ellos tampoco pasaron por la UDI, aunque sí lo hicieron por alguno de los gobiernos de Piñera. Una parte participó en los programas de formación que tempranamente generó Kast, primero, en su movimiento Acción Republicana, y luego en su partido. Son, también, más jóvenes que la primera línea. Y de a poco han ido tomando protagonismo. Pues en el entorno más cercano a Kast afirman que la decisión del abanderado es darle espacio a las nuevas camadas.
En ese sitial se ubican varios rostros que vienen trabajando con Kast desde la contienda de 2017 y que han transitado en distintas funciones. Entre ellos, el abogado de la UC y exconsejero constitucional Antonio Barchiesi (35), jefe operativo de la campaña, que se encarga de la producción, pero también de enlaces políticos, y el abogado de la Universidad de los Andes Ignacio Dülger (32), jefe de la Avanzada, quien en 2018 fue coordinador del área de jóvenes de Acción Republicana y en 2021 fue jefe territorial de la campaña.
También está María Jesús Wulf (35), socióloga de la UC y subdirectora de Acción Republicana. Trabajó en la Fundación Jaime Guzmán, participó en la ONG Influyamos, de Kast, y en el Mineduc de Piñera 2. Apoya actualmente a Soza en los temas de corte social e integró el equipo “Habla Chile”, una consulta realizada por el Partido Republicano para conocer las urgencias de la gente en distintas materias. Y Beatriz Hevia (33), expresidenta del Consejo Constitucional, quien es vista -a su vez- como parte del corazón del Partido Republicano y hoy dirige la comisión de seguridad -la principal bandera de la campaña- junto a Soza.
Al grupo se suman Vicente Bruna (29), quien fue presidente de la juventud republicana. Viene trabajando con Kast desde 2017 y hoy es jefe territorial y prosecretario del partido; la abogada Catalina Ugarte (41), encargada de la logística de las salidas a terreno, quien además es vicepresidenta del partido y concejala por Las Condes y el cientista político José Ignacio Palma (30) que es el brazo derecho de Sebastián Figueroa y que en 2019 fue perjudicado en su candidatura a la presidencia de la FEUC con una funa por acoso sexual que resultó ser falsa. Junto con Wulf, ve temas sociales y apoya a Pía Adriasola, esposa de Kast. Benjamín Jadue (31) -por su parte- ayuda en la coordinación de giras, y Tomás Bunster (32), trabaja con Jorge Quiroz en el área económica. Ambos son los fichajes más recientes.
Junto a ellos se ubican dos rostros de fuerte cercanía con Kast. Julio Feres (61), administrador electoral, quien es amigo del abanderado desde la época universitaria y su compadre, y el abogado Claudio Osorio (51), encargado del Servel y tesorero del partido. Abandonaron juntos la UDI, trabajó con Kast en el Congreso y fue parte de la Fundación Jaime Guzmán.
El staff lo cierra comunicaciones, equipo que está a cargo de Cristián Valenzuela y que integran María Paz Fadel, jefa de comunicaciones; Mara Sedini, vocera; Uziel Gómez, periodista; Felipe Costabal, encargado creativo; Adiel Ayala, encargado de la franja; María Ignacia Porcille, jefa de prensa; María José Céspedes, quien era la encargada de prensa del partido y hoy está a cargo de las métricas de redes sociales; Sergio Turra y Carlos Soublette en el equipo digital y el abogado Tomás Bengolea, encargado de comunicaciones del partido.
Pese a que desde el 2017 Kast ha ido solidificando su equipo de colaboradores, en republicanos hay conciencia que la llegada a La Moneda exige una musculatura mayor y que, por tanto, como lo ha dicho Squella “en ningún caso se podría gobernar sin Chile Vamos”.
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