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Informe advierte que nueva región de Ñuble tendría de los peores indicadores del país

Hace un mes que la Presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que crea la región de Ñuble y éste ya está en carpeta para ser analizado por las comisiones de Gobierno, Descentralización y Regionalización, y de Hacienda del Senado.

La nueva división administrativa que nace a partir de la región del Biobío albergará aproximadamente unos 465 mil habitantes en una superficie de 13.178 km2 y quedará constituida por 21 comunas, tal como es hoy la provincia de Ñuble.

Si bien la escisión de esta comuna es un anhelo de sus habitantes, la iniciativa no ha  estado exenta de críticas. Se cuestiona que más regiones no significa necesariamente más descentralización y desarrollo productivo.

En 2014 la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) recibió un estudio de la Universidad de Concepción (UdeC) que sugiere propuestas técnicas para determinar la pertinencia de crear la nueva región de Ñuble.

Según el informe, la inversión necesaria para crear  esta  nueva estructura administrativa alcanzaría los $21.064 millones (instalación de 3 provincias), mientras que los gastos adicionales para el Estado llegarán a $224.371 millones. Acá está, por ejemplo, gasto de nuevo personal, mobiliario y edificios públicos, entre otros.

Aparte de lo anterior, el informe de la UdeC evalúa la situación en que nacería esta nueva región en términos de ciertos indicadores económicos y sociales relevantes, concluyendo que, en general, dichos índices estarían entre los peores del país. Así por ejemplo, en materia de diversidad económica, precisa que al crearse la región de Ñuble “dejaría a este territorio administrativo como el menos diverso económicamente, incluso por detrás de aquellas regiones que hoy están en la parte más baja”.

Para llegar a esta conclusión el documento utilizó el índice de Gibbs y Martin, el cual mide la diversidad de la actividad económica: entre más cerca del valor  1  más actividad económica equitativamente repartida existe entre los sectores de una región. En caso contrario, el valor se acerca a cero. Realizado el cálculo, la nueva Ñuble arroja un índice de 0,8653, concentrando su actividad en el sector agrícola, mientras que en la región del Biobío este índice  alcanza un valor de 0,8917 con actividades en sectores agrícola, ganadero, silvícola y de comercio. “Una nueva configuración regional dejaría a la región de Ñuble como la menos diversa económicamente, incluso por detrás de O’Higgins (0,8727) y Tarapacá (0,8737)”, puntualiza el informe, sólo superando a la del Maule.

Tras la separación, en tanto, el índice de la VIII región quedaría en 0,8925.

Asimismo, en participación en actividades terciarias (comercio, servicios o administración pública), lo cual mide qué tan desarrollada es la actividad económica de la región, el informe de la UdeC asegura que en el Biobío “un 53,49% de la población activa se dedica a actividades terciarias mientras que en la Provincia de Ñuble sólo un 52,78%. En tanto, para la región del Biobío, una vez separado el nuevo territorio el índice llega a 53,71%”.

Pese a esta menor diferencia, el estudio dice que es relevante notar que las actividades de servicios “se concentran principalmente en las comunas de Chillán, Chillán Viejo y Quillón, mientras que en lugares como Ñiquén o Portezuelo menos de un cuarto de la población participa en el sector terciario”.Todas las comunas mencionadas pasarían a formar parte de la nueva región de Ñuble. En interacción económica, es decir personas económicamente activas que trabajan en la misma comuna donde viven, y por ello es considerada polo de atracción, el indicador arroja que “un 48,15% de las comunas del Biobío tienen la condición de polos de atracción económica, mientras que en la Provincia de Ñuble serían un 47,62%”.

Desarrollo humano

El informe también abordó el Índice de Desarrollo Humano (IDH) a partir de tres indicadores: salud, educación e ingresos, cuyo promedio es una medida del bienestar de la población más allá de la pobreza o el ingreso.

La investigación arrojó que la actual región del Biobío presenta uno de los índices más bajos del país (0,5928) superando sólo a Maule, Araucanía y Los Ríos, y muy por debajo de otras como la Metropolitana y de Antofagasta, que lideran la lista. Pero además advierte que “la posible separación de las regiones dejaría a Ñuble como la menos desarrollada con un índice de 0,5607, elevando a la parte restante de la  VIII región a 0,6023”.

Respecto a la inversión municipal -capacidad de las administraciones locales para ofrecer infraestructura pública- el documento detalla que “la inversión municipal per cápita promedio en Biobío es 18,96% superior al promedio nacional, más que las regiones aledañas; pero más atrás que Copiapó y Aysén (67% cada una). En tanto, las comunas de la futura Ñuble obtendría una inversión municipal sólo un 6,17% superior al promedio nacional. En ese caso, el resto de las comunas de Biobío aumentaría su inversión a un 22,86% del promedio”.

Respecto a la contratación de personal para hacer funcionar la nueva región, el informe UdeC precisa que se requerirán 2.432 nuevos funcionarios tanto de planta como de contrata, por lo que será necesario construir o adquirir infraestructura pública por el equivalente a 48.640 mt2, puntualizando que “ de acuerdo a lo estipulado por el Ministerio de Vivienda se requerirá invertir $19.067 millones en edificaciones”.

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