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Alexander Vik elude la crisis vitivinícola: “Hemos tenido mucho crecimiento en nuestros vinos caros”

El empresario de 70 años y su esposa, Carrie, controlan la viña Vik, distinguida como la mejor del mundo, y el hotel del mismo nombre en el valle del Cachapoal. Admite que los últimos años han sido difíciles, pero que su viña ha seguido creciento 15% al año. "Yo siempre he pensado en Chile como un éxito", dice, tras casi dos décadas de presencia en el país.

16 Diciembre 2025 Entrevista a Alexander Vik, empresario Noruego Uruguayo dueño de la Viña Vik. Foto: Andres Perez Andres Perez

El 1 de diciembre, el ranking The World’s 50 Best Vineyards 2025 distinguió por primera vez a una viña chilena como la mejor del mundo. La galardonada fue Viña VIK, fundada en 2006 en Millahue, cuando se plantaron las primeras vides en este valle de 4.500 hectáreas rodeado de cerros en la cuenca del Cachapoal.

Sus dueños, Alexander y Carrie Vik, complementaron la oferta con un hotel que inauguraron en 2014 y que, en ese momento, se hizo conocido por ser el único “siete estrellas” en Chile, con habitaciones que ya en ese tiempo se ofrecían a $1 millón la noche. Desde esos días que viajan de tres a cuatro veces en el año al país, pues residen en Nueva York y Mónaco. En estos días están en Chile y luego pasarán las fiestas de fin de año en Uruguay.

Es que literalmente son ciudadanos del mundo. Alexander (70), que habla seis idiomas, cuenta en perfecto español que es noruego, porque su padre -un acaudalado empresario financiero y hotelero- era de ese país y su infancia la pasó allí, pero su madre es uruguaya. Nació en Estocolmo, Suecia, de adolescente vivió en las Islas Canarias y luego estudió economía en Harvard. En esta universidad estadounidense conoció a su esposa, estudiante de sociología pero emprendedora antes que él: Carrie instaló una pequeña heladería y Alexander fue su empleado.

Trabajó en el banco de inversión Lehman Brothers por un par de años, para luego iniciar una carrera individual en los negocios.

En el boom de las punto com creó la empresa Xcelera, que invertía en empresas de internet y cuya valoración bursátil logró un récord en Escandinavia al subir 74.000% en un año, hasta superar los US$10 mil millones. Pero cuando la burbuja tecnológica reventó en 2000, se llevó a su empresa y a varios en el camino. Este golpe le significó una dura lucha judicial con el Deutsche Bank, que casi 20 años después terminó ganando. De hecho, a raíz de este caso la revista Forbes lo caracterizó como “El hombre más interesante del mundo (mientras no le debas dinero)”. Hoy reparte su tiempo entre sus inversiones en empresas de tecnología, su cadena de hoteles de lujo Vik Retreats (Bahía Vik, Estancia Vik, Playa Vik y Wanderlust, en José Ignacio, Uruguay; Gallería Vik, en el bulevar Vittorio Emmanuelle de Milán; y Puro Vik y Vik Chile, en este país) y su viña.

Deportista empedernido -fue bicampeón de golf de la Ivy League y salvó de una avalancha de nieve cuando practicaba heliesquí-, fue trotando por Burdeos, Francia, entrenando para el triatlón, cuando se interesó por los vinos. Con los años, dio con el valle de Millahue, en la Región de O’Higgins, donde instaló una viña y luego un hotel, con un objetivo: hacer el mejor vino del mundo en la mejor viña del mundo. Ha invertido cerca de US$ 30 millones aquí. Es en este lugar, en mapudungún “lugar de oro”, donde concede esta entrevista.

16 Diciembre 2025 Entrevista a Alexander Vik, empresario Noruego Uruguayo dueño de la Viña Vik. Foto: Andres Perez Andres Perez

Hace siete años, buscando quién era el dueño de la Viña VIK y de este hotel “siete estrellas”, di con su nombre. Y me pregunté, ¿quién será este señor?

-Un loco- responde sonriendo.

Es que llamaba la atención venir desde tan lejos a encontrar un valle tan escondido como este.

-A fines de los 90, yo corría mucho, en esa época estaba en maratón y triatlón, y por casualidad fuimos como cuatro veces en dos años a Bordeaux, en Francia. Corría 10 a 20 kilómetros como a las 7 de la tarde, y veía un chateau (finca vinícola) famoso por su vino, luego tres desconocidos, y luego otro famoso. Entonces, me pregunté: ¿cómo es posible que aquí se haga el mejor vino del mundo y aquí al lado, nada? Empecé a estudiar lo del terroir, y unos años más tarde, formamos un equipo para encontrar el mejor terroir del mundo para hacer un vino al estilo Bordeaux, y acabamos aquí.

¿Cómo llegaron?

-Hay pocas regiones donde se puede hacer esto. En Sudamérica está el sur de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Miramos Napa y Sonoma en California, y Francia también. Pero allá todo era mucho más reglamentado y más caro, y súper difícil de encontrar superficies grandes. Y una gran parte del terroir es el trabajo del hombre, no es sólo la naturaleza. Entonces, hay que tener la libertad para hacer esto y Chile estaba mucho más abierto.

¿Y por qué este era el mejor lugar?

-Aquí se produce un túnel de viento que va del mar a los Andes, y eso reduce la temperatura, y vuelve de noche y hay una temperatura fresca. En el verano, hay mucho sol. Además, hay seis o siete terroirs diferentes, con lo que intentamos darle complejidad y diversidad a lo que producimos. Tenemos como 400 parcelas, que cuidamos individualmente, después viene la vinificación por separado, la barrica por separado, y solo al final se mezcla. Tenemos como 50 cabernet sauvignons distintos, porque cada uno tiene su carácter, aunque estén al lado.

Millahue significa “lugar de oro”. ¿Encontraron el oro?

-Esperemos que sí; si hay suerte, a lo mejor.

Se podría decir que hallaron una mina de oro con la viña.

-Si económicamente va a producir eso en el futuro, vamos a ver. Porque después del Covid, el negocio ha sido difícil.

¿Ganan dinero con la viña y el hotel?

-Sí. El hotel tuvo bastante éxito desde el principio, la viña empezó antes y tardó más.

Además de los hoteles y las viñas, usted participa en empresas de tecnología, ¿cuáles y cuánto venden?

-Sobre todo de softwares, IA, energía para IA, blockchain. Con ventas de entre US$50 millones y US$500 millones anuales.

Hace unos años, Forbes calculó su patrimonio en US$1.000 millones. ¿Está bien o no?

-No lo sé, la verdad es que no lo calculo. Sólo me importa el día en que vaya a vender.

¿Hay negocios de los cuales no se desprendería?

-Por ahora, ninguno.

¿Pero habrá algunos, como la viña o el hotel de Uruguay, que no vendería nunca? ¿O no?

-Es que hay algunos que les llamo negocios por amor. No es sólo una decisión económica.

16 Diciembre 2025 Entrevista a Alexander Vik, empresario Noruego Uruguayo dueño de la Viña Vik. Foto: Andres Perez Andres Perez

Tres vinos para 100 puntos

Después de conseguir que su viña fuera elegida la mejor del mundo este año y en 2024, su vino ícono VIK tuviera 100 puntos por el experto James Suckling. ¿Cuál es la expectativa ahora?

-Siempre estamos innovando y construyendo. Aquí estamos ampliando el hotel con 13 nuevas habitaciones y un centro wellness que va a ser increíble. Y en los vinos, queremos seguir mejorando para levantar el nivel promedio de todos. Tenemos tres candidatos a los 100 puntos: uno es VIK, después el Stone Vik, que es el vino más natural del mundo, hecho sin intervención humana, pues la vinificación se hace sola en medio de un bosque de robles. Y el carmenere de La Piu Belle, que es un blend que queremos seguir mejorando para que sea de ese nivel.

Hace un año adelantaron que entrarán a los vinos blancos. ¿Qué esperan de ellos?

-No se sabe. En 2026 va a ser la primera cosecha.

Porque no van a trabajar con las cepas típicas en Chile, sauvignon blanc, chardonnay y semillón, sino que con marsanne, roussane y vermentino.

-Sí, es que todo este terroir fue buscado para vino tinto de Bordeaux. Y allá atrás en el fondo (apunta al oriente) está un poco en altura y además refresca. Entonces ahí es el lugar para hacer vino blanco. Lo que estamos intentando es usar cepas del Mediterráneo, porque la idea es hacer un vino súperelegante. Pero todavía no sabemos lo que va a salir.

La tendencia pasa por el lado

Vik no es muy abierto a dar a conocer cifras de la viña o del hotel. Sin embargo, sus producciones de vino son acotadas, dado que apuntan a un vino exclusivo y de alto valor. Un 80% de su producción se va al negocio exportador, donde Brasil es su principal destino, seguido por China y Estados Unidos.

Actualmente, la viña cuenta con un catálogo de ocho vinos. El ícono es VIK, cuyo precio supera los US$ 150 la botella, el mismo valor que su nueva apuesta StoneVik, un vino hecho bajo técnicas naturales, y La Piu Belle Champagne, un champagne auténtico originario de Francia con etiqueta de Vik. Sus vinos de entrada son Omega y La Piu Belle Rosé, de US$ 20 la botella, y luego está Milla Calla, de US$35.

En el mundo se está tomando menos vino, lo que ha afectado a la industria vitivinícola chilena. ¿Cómo lo están enfrentando?

-El futuro no se sabe. Los últimos años han sido difíciles, pero nosotros seguimos creciendo.

¿A qué ritmo crecen en ventas?

-Como 15% por año, en ventas y utilidades. Lo único que podemos controlar es hacer el mejor producto posible, para venderlo lo mejor posible.

O sea, la idea es que el vino sea cada vez más premium, apunte a un circuito más cerrado, con precios más altos.

-Naturalmente uno quiere eso, es la meta de todos. Pero también en los vinos de entrada queremos hacer un producto increíblemente bueno para ese nivel de precio.

Su vino de entrada (La Piu Belle) no es barato.

-No, pero por debajo de eso no vamos a ir.

El mercado no está dando para eso, tampoco. Hay muchas viñas vecinas que han debido arrancar vides. ¿Ustedes lo han hecho?

-No.

¿No han sentido que quizás están apostando demasiado?

-No, hemos tenido este año mucho crecimiento en nuestros vinos caros. VIK ha crecido muchísimo.

En nuevos proyectos, ¿están pensando en algo más en Chile?

-Por ahora, estamos súper enfocados en seguir mejorando y agrandando lo que tenemos. No estamos mirando activamente para expandirnos en otros lugares.

Están abriendo en Sao Paulo un hotel, también con el concepto del vino.

-Pero es más lifestyle del vino que el vino mismo, porque allá no se puede producir.

¿Otros proyectos en hotelería?

-Sí, vamos a hacer dos o tres proyectos (de hoteles) en Puglia, al sur de Italia. Y en el oeste de Estados Unidos, pero más enfocado en la naturaleza.

Viña Vik 6 ok la-tercera

“Chile es un éxito”

Chile tiene un escenario político polarizado, pasando de un gobierno de izquierda a uno de derecha. Hace cinco años, en una entrevista dijo que Chile seguía siendo un gran destino para la inversión. ¿Lo sigue pensando?

-Yo siempre he pensado en Chile como un éxito. Con fallos, como en todos los países, pero ha sido un éxito tremendo con su sistema. Y cuando uno tiene algo que funciona muy bien, debe tener mucho cuidado en hacer cambios importantes. Y no sólo para las inversiones de extranjeros, sino también para que los chilenos quieran invertir. Un país siempre avanza más si todos los que están trabajando están motivados. Si fuera chileno, estaría orgulloso del desarrollo del país. Y no siendo chileno, estoy orgulloso por eso.

¿Hay algo que le gustaría que se hiciera mejor en Chile? Hay una gran discusión respecto a la dificultad para obtener permisos.

-Generalmente, yo estoy a favor de más libertad y menos permiso. Pero una cosa me impresionó mucho aquí. Cuando llegamos, todo estaba abandonado, empezamos a limpiar y unos vecinos fueron a quejarse al gobierno. Y el gobierno nos puso un pleito porque habían cortado un árbol a 50 metros de un arroyo. Y perdieron. Eso me impresionó mucho: que la justicia es tan independiente que tiene la fortaleza de ir contra el Estado. Después, el Estado nos vino a pedir disculpas.

En las elecciones había candidatos que señalaban que Chile “se caía a pedazos”. ¿Usted lo cree?

-No sé cómo será la situación, pero mi experiencia personal es que no se está cayendo a pedazos.

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