
El modelo Anglo para aprovechar sinergias en distritos mineros: “Un nuevo paradigma”
El presidente ejecutivo de Anglo American, Duncan Wanblad, ha llevado adelante una manera de hacer negocios que busca crecer al menor costo posible: encontrar distritos mineros donde se pueda ahorrar por sinergias. Así lo quiere hacer con Teck para su fusión, en Collahuasi y Quebrada Blanca, y con Codelco, en Los Bronces y Andina.

El 2 de diciembre de 2015, la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi y y la Compañía Minera Teck Quebrada Blanca suscribieron privadamente un memorándum de entendimiento (MoU, por su sigla en inglés) para facilitar la operación y coordinación de ambas minas permitiendo la utilización conjunta de fuentes de agua, energía y caminos con el fin de reducir los crecientes costos de la industria en un ambiente de baja de precios del cobre.
Casi diez años después, este acuerdo operativo parece convertirse en un antecedente crucial para entender el anuncio de fusión entre Anglo American y Teck, tomando en cuenta que, según los especialistas, el mayor activo que exhibirá la combinación de la empresa anglosudafricana con su símil canadiense corresponde justamente a estas dos minas vecinas, las que, de concretarse la unión, podrían generar millonarias sinergias.
Porque pese a ser yacimientos distintos, por su cercanía pueden compartir instalaciones e incluso contar con planes mineros complementarios.
Por un lado, está Collahuasi, en la que Anglo American posee el 44% de la propiedad asociada con Glencore, con igual porcentaje, y un consorcio japonés liderado por Mitsui, con el 12% restante. Por el otro, Quebrada Blanca, en la que Teck posee un 60%, la nipona Sumitomo, un 30% y Codelco, un 10%.
Dos minas separadas por unos 15 kilómetros, donde ya se está pensando instalar al menos una cinta transportadora para integrarlas.
En el acuerdo de 2015 y en el de 2025 hay un ejecutivo que se repite. Quizás por coincidencia. Hace una década, quien encabezaba la división Base Metals de Anglo, de la cual dependían los negocios de cobre, era Duncan Wanblad, quien hoy es su presidente ejecutivo global.
Wanblad es, sin lugar a dudas, el gran impulsor del acuerdo anunciado la semana pasada, que, según quienes conocen la historia, se comenzó a fraguar en serio este mismo año, en aquellos foros masivos donde anualmente se encuentran los CEO mineros. En 2025 se realizaron la Conferencia Global de Metales, Minería y Minerales Críticos de BMO en Miami en febrero y la Conferencia Global de Metales, Minería y Acero que organizó Bank of America en Barcelona en mayo.
Es más, en paralelo y en esos mismos eventos, Wanblad avanzaba en otra negociación, de menor envergadura, pero que también incidirá directamente en la producción cuprífera de Chile: el largamente esperado acuerdo con Codelco para el desarrollo de un plan minero conjunto de sus minas Los Bronces y Andina.
En ambos casos, Collahuasi-Quebrada Blanca y Los Bronces-Andina existen similitudes que hablan ya de un modelo para trabajar las adyacencias, como le llaman los mineros, es decir, aquellas operaciones que por ser contiguas pueden generar ganancias para sus respectivos dueños si existen acuerdos para acometerlas coordinadamente.
De hecho, Wanblad también aplicó este modelo, aunque de manera distinta, en Brasil. Allá, Anglo American se asoció con Vale en febrero de 2024 para adquirir e integrar el yacimiento de mineral de hierro Serra da Serpentina, vecino a su operación Minas Río.
“Wanblad está repitiendo un modelo: ya lo aplicó en Brasil con Minas Río y ahora intenta algo parecido en Chile, buscando crecer a través de asociaciones y del uso de infraestructura común, en lugar de iniciar proyectos nuevos muy costosos”, comentó Asiah Hekmat, profesora de Economía Minera en Ingeniería en Minas de la Universidad de Concepción.
Justamente el problema financiero es la base para entender este modelo, dado que la inflación de costos que ha sufrido la minería en la última década ha provocado que los proyectos nuevos dupliquen o hasta tripliquen la inversión presupuestada inicialmente.
Algo así pasó, por ejemplo, con el mayor proyecto de inversión minera de los últimos años en Chile, precisamente Quebrada Blanca II de Teck, cuyo monto de gasto inicial rondaba los US$4 mil millones y terminó costando más de US$8 mil millones, aunque algunos en la industria creen que esa cifra aún se queda corta.
“(Wanblad) es un activo impulsor de esta visión de búsqueda de sinergias en la industria minera. Creo que es una tendencia en crecimiento y que está presente en otras iniciativas (en Chile) como en Capstone Copper, con el proyecto Santo Domingo”, que pretende integrar con la mina Mantoverde, en la Región de Atacama, recuerda Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining.
Mantoverde, ubicado en la Región de Atacama, cerca de Chañaral, perteneció hasta 2015 a Anglo American y el fundador de la empresa que la adquirió y que quiere llevar adelante el proyecto de adyacencia con Santo Domingo, Capstone Copper, es John Mackenzie, exCEO del negocio de cobre de la misma empresa anglosudafricana, quien reportaba a Wanblad.
Mandato: crecer
Anglo American enfrentó el año pasado un intento de adquisición hostil por parte de BHP, al tiempo que la minera anglosudafricana intentaba cumplir un mandato de su directorio que hablaba de acometer tres prioridades para hacer una empresa más sólida: excelencia operacional, optimización del portafolio y crecimiento, sobre todo en minerales clave como el cobre.
Anglo resistió la presión de BHP y continuó con esta estrategia. Tras hacer mejoras en la operación de sus respectivas unidades y la venta de negocios que ya no convencían, como el carbón metalúrgico, el platino o los diamantes, Wanblad se encauzó en la tercera prioridad: crecer. Pero crecer en minería hoy en día no es fácil, no sólo en términos de costos, sino también en tiempo, por permisos y problemas con comunidades. Para desarrollar y construir un nuevo proyecto desde cero, o greenfield, se requiere al menos entre 10 y 15 años. Por eso, incrementar el tamaño de sus actuales operaciones -proyectos brownfield- podría ser una opción, pero acotada, y la adquisición de minas en el mundo estaba prácticamente descartado porque no existen activos disponibles, sobre todo en cobre.
Por tanto, la opción que quedaba era crecer mediante una combinación con empresas que estuviesen dispuestas a asociarse. Y desde hace años que analistas y bancos de inversión venían hablando de la complementariedad que representaban Anglo y Teck, dado que poseían pocas superposiciones (overlaps) y muchas oportunidades de sinergias.
Ahora, ambas empresas debieron pasar antes por sus propios ajustes, que las dejara aptas para una eventual fusión. Mientras Anglo realizaba su reorganización, para focalizarse en cobre y hierro, Teck también se desprendió de su unidad de carbón metalúrgico, para centrarse en cobre y zinc.
Un distrito millonario
En cobre, Anglo posee el 44% de Collahuasi, que produce anualmente cerca de 600 mil toneladas de cobre fino, el 51% de Los Bronces -que entrega unas 180 mil toneladas- y El Soldado -que aporta 48 mil toneladas, según sus producciones del 2024.
Teck inauguró en 2023 Quebrada Blanca II, su mayor proyecto minero de la historia, que expandió su operación desde 14 mil toneladas de cobre fino a una producción esperada de 320 mil toneladas anuales cuando alcance su capacidad de diseño.
En 2024, las minas de cobre combinadas de Anglo American y Teck sumaron una producción de 1,2 millón de toneladas. Con ese nivel, ambas fusionadas se ubicarían en el quinto lugar de las mayores productoras de cobre del mundo.
De producirse la combinación y acelerar las sinergias, tienen el objetivo de alcanzar las 1,35 millones de toneladas en 2027.
Por eso, uno de los activos de cobre al menos que más sinergias ofrecía a la fusión Anglo Teck era el depósito situado a más de 4 mil metros de altitud en la cordillera de la Región de Tarapacá, donde se emplazan Collahuasi y Quebrada Blanca.
Este distrito minero está considerado como uno de los tres con mayores reservas de cobre del mundo, compitiendo con Escondida y con el cordón Los Bronces-Andina.
Las nuevas instalaciones de Quebrada Blanca II otorgan una oportunidad para que Collahuasi extraiga más mineral, que cuenta con mejor ley, y lo puede procesar tanto en sus propias máquinas como en las de su vecina. Con mejor ley y más maquinaria, se puede producir más cobre y aprovechar antes el auge que vive el metal rojo en el mundo. Además, Quebrada Blanca tiene acceso a agua, lo que ha sido un problema persistente para Collahuasi.
“En Collahuasi tienes dos yacimientos: por un lado Rosario y, por el otro, Ujina, y tienes Quebrada Blanca, a una distancia aproximada de 12 kilómetros. Collahuasi tiene recursos y reservas tremendos: en Rosario, más de 3.200 millones de toneladas de cobre con leyes superiores al 0,8%, que hoy son extraordinarias, y en Ujina, casi 1.000 millones de toneladas con leyes bastante interesantes. Por el lado de Quebrada Blanca, son 1.400 millones (de toneladas de reservas), con leyes de sobre el 0,6%”, explicó Patricio Hidalgo, CEO de Anglo American, a Pulso.
“También es importante la sinergia industrial. La planta en Collahuasi procesa sobre las 170.000 toneladas por día y, por permiso, puede llegar a 240.000 toneladas. Y la planta de Quebrada Blanca tiene 140.000 toneladas por día. Además, hay sinergias sustanciales del punto de vista medioambiental y de infraestructura, pues hay puertos y dos desalinizadoras colindantes. La planta desaladora de Collahuasi está en la parte final de construcción y la de Quebrada Blanca ya está”, agregó.
Según el comunicado de ambas empresas, esperan “un aumento de US$1.400 millones en su Ebitda subyacente promedio anual (flujo de caja operacional), debido a las sinergias entre las operaciones adyacentes de Collahuasi y Quebrada Blanca entre 2030 y 2049″. Esto, debido a un aumento de producción de aproximadamente 175 mil toneladas de cobre al año, “a partir del procesamiento de mineral de Collahuasi, más blando y de mayor ley, en la planta de Quebrada Blanca”.
Quebrada Blanca cuenta con una ley promedio de mineral de 0,52%, mientras que la de Collahuasi es del 0,96%.
Las compañías explicaron que esta solución representa ser más eficiente en costo en US$11 mil por tonelada que la de realizar una inversión adicional para elevar la producción de estas operaciones.
Esta es una manera de aprovechar las llamadas adyacencias, una estrategia parecida pero obviamente no igual que la que negoció Wanblad con el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, para aprovechar al máximo el depósito que explotan las aún más contiguas minas Los Bronces y Andina.
Este acuerdo, anunciado en febrero y cuya versión definitiva se suscribió a inicios de esta semana tras ser aprobado de forma unánime por ambos directorios, permitirá explotar coordinadamente ambas operaciones como si fueran una.
Y aprovechando al máximo sus condiciones: Por un lado, la mejor ley de mineral de Andina, que posee eso sí maquinarias antiguas, y las líneas de producción más nuevas de Los Bronces, que tienen poco más de una década, pero cuya ley de mineral es más baja.
Son soluciones, como se dice en el mundo de los negocios, win-win, porque ambas empresas siguen produciendo con su gente, y las ganancias de la explotación se reparten 50 y 50.
“Este acuerdo es una cosa que yo creo que va a crear un nuevo paradigma para la minería mundial. Así lo he escuchado de muchos grandes ejecutivos. El que las compañías mineras, que en este caso somos vecinas, trabajemos esto de manera coordinada, colaborativa y con cooperación, es algo nuevo. A la industria minera en general le ha costado trabajar de esta manera”, comentó Pacheco esta semana en Tele13 Radio.
Las dificultades
Claro que no todo es tan fácil. Además de las dificultades legales que les puede significar sellar la fusión, existen elementos prácticos que podrían no facilitar del todo esta sinergia.
Porque para llevar a cabo la idea de Anglo y Teck en este distrito, deberán contar con la anuencia de sus socios. Especialmente en el caso de Collahuasi, dado que Anglo no es el accionista mayoritario sino que es paritario con la suiza Glencore (ambos con 44%), que ya tiene una historia accidentada con Teck. En 2023, Teck se defendió de un intento hostil de Glencore por adquirirla.
Fuentes que conocen de la lógica de este negocio explicaron que el poder de mercado de la nueva compañía Anglo Teck en la mesa debiera facilitar la negociación. Más aún, apelando a la lógica de negocio, puesto que una eventual operación coordinada y conjunta podría generar ganancias no sólo a Anglo y a Teck, sino que también a los demás accionistas de Collahuasi y Quebrada Blanca, llámense Glencore, Mitsui, Sumitomo y Codelco.
“Esperamos que la lógica de negocios impere”, dijo un consultado, quien llamó la atención que Glencore, por ejemplo, atraviesa por un momento financiero no tan brillante, por lo que requiere mostrar mejores números para que su acción repunte. Hace dos años, el papel de Glencore en la Bolsa de Londres costaba 575 libras, hoy está en 310 libras.
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