¿Está Santiago preparado para un aumento de la tendencia del teletrabajo?

Teletrabajo
Foto referencial de teletrabajo.

Con la modalidad del trabajo a distancia, el gobierno busca generar 93.130 empleos formales que no solo presentarán el desafío para adoptar la normativa laboral, sino que también debería llevar a un cambio de mirada sobre cómo se peinsa la ciudad bajo este nuevo escenario.


El gobierno actualmente impulsa el proyecto de teletrabajo que busca principalmente que las personas en discapacidad, adultos mayores, estudiantes o gente que no pueda estar mucho tiempo fuera de su casa tenga la oportunidad de realizar su jornada laboral desde el lugar que más le acomode y sin la necesidad de ir día a día a una oficina o una empresa.

Lo que en un principio suena como una oportunidad de generar empleo en sectores tradicionalmente relegados o una solución para que más personas se ahorren las largas horas de desplazamiento, también presenta el desafío de repensar la ciudad para que esto funcione.

Para quienes viven en comunas más céntricas no habría mayores problemas, pero el desafío -según los expertos- es darle otra mirada a la periferia de la ciudad, para que aquellos futuros teletrabajadores que vivan en las zonas más alejadas puedan acceder a los mismos servicios que ofrecen los actuales polos laborales.

El urbanista y académico de la Universidad del Desarrollo (UDD), Julio Nazar, plantea que si todos eso sectores siguen sin contar con los servicios que tiene el centro de la ciudad, "va a significar que aquellos que puedan optar por trabajar en la casa no lo hagan, dado que igual en su día a día tendrán que estarse moviendo para satisfacer su requerimientos funcionales, educacionales, de esparcimiento o lo que sea tenga cierta gratificación social", plantea.

Por su parte, el urbanista y académico de la Universidad de Chile, Jorge Inzulza, prevé que quienes vivan en lejos del centro y opten por este tipo de trabajo tendrán que considerar la necesidad de "tener ciertos servicios mínimos que deben seguir consolidándose, tanto que se acerque a la misma experiencia de como ocurriría si desempeñaran su trabajo en su oficina habitual" y al igual que su par de la UDD, estima que en caso de no lograrlo, estas personas abandonarán rápidamente la idea de trabajar a distancia.

Hoy con la actual normativa de teletrabajo 48.689 personas cumplen su jornada laboral a distancia y representan el 0,54% de la fuerza laboral actual, según la última Encuesta Nacional de Empleo (ver gráfico).

Desde el gobierno, el ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, plantea la necesidad de impulsar esta iniciativa ya que "la tecnología hoy permite trabajar desde prácticamente cualquier parte, y hacerlo bien, aumentando la productividad y la eficiencia, además de permitir que las personas puedan conciliar su vida laboral, personal, cultural, recreativa y deportiva", dice.

Con esta norma, la actual administración busca que se creen 93.130 empleos formales y con la posibilidad de que 3.621.566 personas podrían sumarse al mundo del trabajo.

Un camino poco viable

El director del Observatorio de Ciudades de la Universidad Católica, Ricardo Truffello, es crítico y poco optimista respecto al futuro del teletrabajo y cree que no funcionará como se espera. "No va a pasar ni en un corto o mediano plazo. Evidentemente que hay ciertos trabajos -probablemente vinculados más a temas tecnológicos- que pueden darse a través de teletrabajo, pero será un porcentaje menor y correspondiente a una parte de la elite de la población", platea el urbanista.

Además,Truffello cree que otro elemento que juega en contra para el desarrollo de la iniciativa a un nivel significativo, es la necesidad que tendrían las personas por reunirse a la hora de realizar sus labores y que plantea que "finalmente estas aglomeraciones o polos de trabajo son necesarios como para poder desarrollar las actividades laborales en general".

Mientras que en el caso de funcionar esta modalidad, según Nazar, se perdería parte importante de población flotante que hoy concurre y consume en el sector del comercio, alimentación o servicios.

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