Reforma Tributaria: Dudas sobre gradualidad en normas antielusión y del impuesto a las utilidades retenidas marcan nuevo debate con expertos

La subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza, y el coordinador de política tributaria de la cartera, Diego Riquelme, participaron en un seminario organizado por el Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad de Chile.


Una nueva ronda de conversaciones entre expertos del mundo tributario y representantes del ministerio de Hacienda se dio esta mañana, luego que el Gobierno introdujera un segundo set de indicaciones al proyecto de reforma tributaria.

Esta vez fue en un seminario organizado por el Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad de Chile, quien junto a Deloitte reunió a la subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza; el coordinador Política Tributaria de la cartera, Diego Riquelme; el decano de la Facultad de Economía y Negocios, José De Gregorio; el académico de la facultad y exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Micco; y al socio líder Tax & Legal Deloitte, Hugo Hurtado.

En la ocasión, el expresidente del Banco Central fue el encargado de dar las palabras iniciales, donde remarcó la necesidad de que Chile alcance “una consolidación fiscal”, ya que “con la tendencia de los gastos actuales, obviamente no alcanza con los impuestos que tenemos y la deuda pública podría seguir creciendo”

En esa línea, afirmó que “la reforma tributaria es muy importante para cumplir esta consolidación fiscal” y planteó que debe cumplir con condiciones, que permitan “aumentar lo recaudado, no solamente aumentar las tasas”.

“Subir impuestos tiene costos en nivel de actividad y de crecimiento, por lo tanto sabemos que hay un punto en el cual esto puede ser incluso negativo para la recaudación porque la base cae más fuerte de lo que sube la tasa”, remarcó.

Al respecto, la subsecretaria Sanhueza reconoció la necesidad de avanzar en un aumento de la carga tributaria que sea acompañado de responsabilidad fiscal. “Tenemos una regla fiscal donde el gasto público depende de los ingresos permanentes”, afirmó.

Sanhueza repasó entonces los dos set de indicaciones ya ingresadas a la iniciativa, donde reconoció que “muchas de ellas tienen un efecto en la recaudación esperada”, donde apuntó que la caída neta de 0,48% del PIB en régimen, requerirán encontrar una manera de “ver cómo compensar”.

Sin embargo, planteó que ante el reciente inicio de la discusión en particular del proyecto, aún “queda camino por recorrer todavía” y que " tenemos tiempo” para seguir dialogando “con todos los sectores, no solo con los asesores técnicos sino que también con personas del mundo empresarial”

Con todo, afirmó que si bien “hay holguras fiscales que se desprenden de la regla fiscal y de las metas de balance estructural”, ellas “no son suficientes para financiar las necesidades del Chile de hoy y menos necesidades que son también gasto permanente”, ya que los espacios para la eficiencia del gasto “son sensibles al ciclo económico y por lo tanto no son la forma de financiar al menos coherentemente con la regla fiscal”.

Las dudas del panel de expertos

La discusión de los expertos se centró tanto en la necesidad de alcanzar acuerdos para establecer un sistema impositivo estable en el tiempo como aspectos que marcan el debate en torno a la iniciativa: el impuesto a la riqueza, los gravámenes a las utilidades retenidas y las modificaciones a la Norma General Antielusión (NGA).

Riquelme remarcó que la necesidad, a juicio del Ejecutivo, de que “se mantenga el objetivo de que el sistema tributario en su totalidad sea más progresivo”, y reconoció que lo valorable de la discusión legislativa es que se van “haciendo los ajustes cuando se producen efectos indeseados” ya que ello permite que las reformas “se vayan mejorando para en definitiva tener un sistema tributario más estable”.

El asesor de Teatinos 120 dijo entender que haya propuestas que requieran una gradualidad en su implementación, como la desintegración del sistema que “está pensada para el 2025″, pero remarcó que en las normas antielusivas ese no es el caso.

Las medidas antielusión pueden entrar de forma inmediata, porque en definitiva ahí no necesitamos tantos ajustes y ahí el SII está mucho más preparado, está haciendo un esfuerzo muy importante, quizás el más sustancial de los últimos 15 años, de la forma en cómo está realizando su fiscalización”, dijo Riquelme.

Respecto a la tributación de las utilidades retenidas, el asesor comentó que las indicaciones “recogieron el punto de quienes incluso estaban a favor del instrumento” y decidieron cambiar la base al 22% de las utilidades pendientes de tributación, manteniendo la tasa en 2,5% por tomar como referencia las tasas de interés de largo plazo.

Por su parte, Micco puso el acento en la necesidad de aprovechar la oportunidad para incrementar la carga, ya que dicho espacio “no es ilimitado” y no iría más allá del 4,5% del PIB.

Para la exautoridad, “es super importante que en este momento pensemos realmente cuáles son las cosas que son más fáciles de avanzar en la reforma que son más efectivas en términos de recaudación sin generar grandes distorsiones que puedan ralentizar el crecimiento económico”. En esa línea, mencionó que en el royalty “se puede alcanzar un acuerdo razonable”.

Agregó que, a su juicio, las medidas antielusión “son fundamentales que se saquen rápidamente”, destacando que uno de los aspectos claves pasa por “darle más atribuciones al Servicios de Impuestos Internos”, ya que en el corto plazo, enfrentará dificultades para aprender cómo a hacer la nueva recaudación.

En tanto, aseguró que el impuesto a la riqueza “de lo que sabemos es que recauda bastante poco y ha generado bastante ruido”, por lo que pidió evitar que se genere “mucho ruido y pocas nueces”.

Sobre los impuestos a las utilidades retenidas, Micco afirmó que dado el actual escenario económico “le daría una gradualidad muchísimo más grande” para no afectar la inversión. También puso en duda la utilidad de gravar las rentas pasivas ya que “estamos presionando a que las estructuras corporativas de Chile cambien completamente”, ya que habría incentivo a bajar los pasivos hacia las empresas productivas para evitar el pago de dichos impuestos.

“En esta transición, vamos a tener el problema de que para algunos holdings va a ser fácil hacerlo pero para otros va a ser muy complicado, sobre todo donde haya inversionistas minoritarios, porque cuando se vayan bajando (las utilidades) podemos ir esquirlando a los minoritarios paso a paso y eso es un riesgo muy grande”, planteó.

Por su parte, si bien Hurtado mostró su acuerdo en aumentar la carga tributaria, centró sus reparos en torno al impuesto a la riqueza, donde el abogado aseguró que ve “mucha falta de consenso”.

“Cada vez que Hacienda hace una presentación, se radica mucho en la riqueza, percibida no sé si como algo malo pero como algo en lo que se tiene que trabajar. (...) Yo creo que está bien que aquellos que ganan más, paguen más. Pero la mayor brecha de tributos que existe hoy con la OCDE está en los tributos personales”, planteó.

El abogado se sumó al llamado de Micco a encontrar los puntos de consenso “para destrabar esto” pero remarcó que en el análisis de Deloitte “vemos algunos impuestos que podrían afectar fuertemente al crecimiento, como el impuesto a las utilidades retenidas que vemos con preocupación”.

A lo anterior sumó reparos al impuesto al patrimonio y la desintegración del sistema tributario, y aseguró que “si trabajas con el royalty, con impuestos correctivos, y mayores impuestos personales, creo que podemos llegar a cifras (de recaudación) bastante similares a las que señala Hacienda, pero más gradual”.

Sigue en Pulso

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.