
¿Cómo era la vida en el país hace un siglo? Dan a conocer más de 1.000 fotos inéditas de Chile del siglo pasado
Archivo perteneciente a la Fundación Enterreno revela cómo era la vida en nuestro país, con distintas construcciones, automóviles de la época e incluso cómo vestía la gente.

Estuvieron guardadas por cerca de 100 años en una caja de zapatos. Eran tiempos en en los que no existían los smartphones, y las fotografías debían tomarse con cámaras, las que inicialmente eran muy básicas.
Muchas de estas imágenes eran guardadas y almacenadas en diapositivas, para así poder proyectarlas y disfrutarlas en familia.

¿Cómo era la vida en el país hace un siglo? Dan a conocer más de 1.000 fotos inéditas de Chile del siglo pasado
Es el caso del último archivo que llegó a manos de la Fundación Enterreno, entidad que nació en 2015 con el propósito de rescatar y poner en valor los archivos visuales del país, a través del uso de tecnologías digitales.
El organismo acaba de inaugurar un nuevo sitio web, el que cuenta con el mayor registro gráfico del país, con casi 40.000 fotografías.
La fundación acaba de dar a conocer mil fotografías nuevas que revelan en detalle cómo era la vida en nuestro país desde comienzos de 1900 hasta la década de los 50 y 60.
Es posible apreciar cambios significativos en la ciudad, su arquitectura, diseño, automóviles de la época, distintas construcciones e incluso cómo vestía la gente, tanto en la ciudad, el campo y la playa.

Andrés Goycoolea, historiador y asistente de contenidos de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, señala que a comienzos del siglo XX, la vida en Chile transcurría al ritmo de la luz natural, los oficios manuales y las campanas del vecindario. En los hogares de las grandes ciudades —y más aún en el campo— se cocinaba con leña o carbón, el agua no siempre llegaba por cañerías.
En este contexto, “el desarrollo de servicios básicos que hoy conocemos avanzó muy lentamente durante las primeras décadas de la centuria pasada. Por ejemplo, recién en 1910 se inauguró el alumbrado eléctrico en Santiago, pero no fue hasta 1921 cuando Chilectra comenzó a masificar su distribución a nivel nacional. A su vez, la radio hizo su aparición en 1922 cuando en las dependencias de la Universidad de Chile se emitieron las primeras transmisiones radiales, y el teléfono empezó a instalarse en los hogares más acomodados recién un año después en 1923, aunque su uso seguiría siendo restringido por décadas”, explica Goycoolea.

Por otro lado, añade el historiador, “desde un punto de vista demográfico la sociedad chilena de hace un siglo atrás se caracterizaba porque las familias de todos los estratos sociales eran muy numerosas, en parte debido a la escasa planificación familiar y acceso a métodos anticonceptivos y también a la alta tasa de mortalidad infantil”.
En este sentido, “la estructura familiar respondía a una lógica más tradicional, con una marcada división de roles en donde los hombres dominaban el espacio público y laboral, mientras que las mujeres se dedicaban casi exclusivamente a las labores del hogar“, adiciona.
Dice que sin embargo, a partir de la década de 1940, estos patrones sociales y culturales comenzaron a cambiar debido a los cambios que se estaban empezando a introducir en el país y en muchos otros lugares del mundo. “Así, por ejemplo, la irrupción de los gobiernos radicales (1938-1952), iniciados por Pedro Aguirre Cerda y continuados por Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla, marcaron el inicio de importantes transformaciones en nuestra sociedad en diferentes ámbitos”, sostiene.
Dan a conocer inéditas imágenes: así era Chile durante el siglo pasado
En paralelo, establece Goycoolea, “la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) tuvo un fuerte impacto en la vida chilena, no solo por sus consecuencias económicas y políticas, sino también por los cambios culturales que inspiró. Uno de los más significativos fue el progresivo ingreso de las mujeres a la esfera pública, impulsadas por el acceso a la educación, el trabajo asalariado y las primeras demandas por igualdad de derechos”.
“Mientras tanto, en las calles de Santiago, Valparaíso o Concepción, los pregoneros anunciaban sus productos, los tranvías recorrían las avenidas principales y los cafés funcionaban como espacios de encuentro para intelectuales y políticos. En el campo, la vida seguía marcada por el calendario agrícola, la figura del patrón y las festividades religiosas. En la costa, la elite comenzaba a desarrollar una cultura de veraneo, con carpas o casas de descanso, sentando las bases de tradiciones que se mantienen hasta hoy en día", indica el académico.

Además, “durante la primera mitad del siglo XX, la economía chilena vivió una profunda transformación de su estructura organizativa que surgió a raíz de la crisis de la década de 1930. En este sentido, desde fines del siglo XIX, Chile dependía casi exclusivamente del salitre como fuente de ingresos fiscales. La llamada “época de oro del salitre” impulsó el crecimiento de grandes ciudades del norte como Iquique y Antofagasta, que atrajo capitales extranjeros —principalmente británicos y estadounidenses— y consolidó un modelo exportador basado en materias primas", señala.
Sin embargo, sostiene Goycoolea, “este modelo demostró su fragilidad ante la inestabilidad internacional. La invención del salitre sintético por Alemania en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, debilitó fuertemente la demanda por este fertilizante natural. Esta crisis se agravó con la Gran Depresión de 1929, que redujo drásticamente las exportaciones chilenas y dejó al país sumido en una grave crisis que tardaría muchos años en recuperarse”.

Ante este escenario, “el Estado adoptó un modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que buscaba fortalecer la producción interna y diversificar la economía. Con la creación de la Corfo en 1939, se impulsaron proyectos de infraestructura, energías, siderurgia y manufactura. También se promovieron políticas de empleo y de fomento a la pequeña industria. Esto tuvo como consecuencia que el mundo del trabajo cambiara radicalmente. Así, aparecieron sindicatos más organizados, aumentaron las huelgas y se consolidó una mayor conciencia de clase, especialmente entre los trabajadores urbanos. Se reconocieron derechos laborales básicos y se sentaron las bases de una legislación laboral moderna”, señala el historiador.
Dan a conocer inéditas imágenes: así era Chile durante el siglo pasado
Políticamente, explica Goycoolea, “Chile avanzó desde una democracia limitada —basada en el voto censitario masculino— hacia una democracia más participativa sobre todo a partir de 1925 cuando entró en vigencia la nueva Carta Magna durante el gobierno de Arturo Alessandri. Asimismo, la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria de 1920 buscó reducir el analfabetismo, facilitando el acceso al sufragio".
“Al mismo tiempo, los partidos de masas, como el Radical, el Socialista y el Comunista y la Democracia Cristina, representaron a diversos sectores sociales, desde las clases medias urbanas hasta los trabajadores. Estas organizaciones no solo competían electoralmente, sino que también expresaban visiones de país distintas, algunas más progresistas, otras más conservadoras”, sostiene.

En 1949, agrega, “con la aprobación del voto femenino en elecciones parlamentarias, se consolidó un proceso de democratización más amplio que continuo en los años siguientes, y que provoco en última instancia tensiones entre los sectores más conservadores de la sociedad y las aspiraciones de modernización y justicia social de otra parte de esta sociedad en formación como bien quedo de manifiesto en las elecciones presidenciales de 1958 y 1964 cuando salieron elegidos Jorge Alessandri y Eduardo Frei Montalva. Este periodo de cambios marcaría el inicio de una nueva etapa en la historia política chilena".
Culturalmente, “este período fue clave en la construcción de una identidad nacional moderna. Desde los años 30, la radio se convirtió en el principal medio de comunicación, conectando zonas rurales y urbanas con noticias, música, radionovelas y eventos deportivos. En paralelo, el cine se popularizó como entretenimiento masivo, y los periódicos comenzaron a tener mayor circulación”, establece.
Los cafés literarios, los teatros y las primeras editoriales fomentaron la vida intelectual y artística. “El fútbol emergió como pasión nacional, cruzando clases sociales y regiones. La expansión de la educación —con liceos públicos, colegios particulares subvencionados y universidades estatales— impulsó la movilidad social, consolidando una creciente clase media", indica el historiador de la Uandes.

Así, entre 1900 y 1960, “Chile dejó de ser un país rural, oligárquico y dependiente del salitre, para convertirse en una nación más urbana, industrializada y socialmente activa. Fue un período de transición, donde la modernidad convivió con estructuras tradicionales, y donde emergieron nuevos actores sociales y políticos que transformaron el paisaje nacional”, añade.
“Volver la mirada a estas décadas no solo permite comprender los orígenes de muchos de los desafíos actuales, sino también valorar el camino recorrido en términos de derechos, desarrollo y ciudadanía. En definitiva, entender el Chile de ayer nos permite dialogar con mayor claridad sobre el Chile de hoy”, finaliza Goycoolea.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.