Leonardo, un millonario, influencer y activista ecológico: libro relata cómo se adelantó cinco siglos

Italy Leonardo Da Vinci

Sin quererlo, el artista y científico deambuló en oficios muy del siglo XXI.


¿Por qué después de 500 años Leonardo Da Vinci sigue generando tanta fascinación? Es la pregunta que intenta descifrar una nueva publicación sobre el genio renacentista, que busca demostrar cómo su perpetua longevidad se sustenta en haberse anticipado a fenómenos propios del sigo XXI.

Escrito por los periodistas Mercedes Ezquiaga y Hector Pavón, Todo lo que necesitas saber sobre Leonardo da Vinci en el siglo XXI, es un texto que desde una mirada global, explica cómo no es posible entender su arte sin su ciencia, ni viceversa.

Según la publicación, La Gioconda es una influencer. La pintura más famosa de la historia no cesa de ser hashtag, y su autor, un community manager -el encargado de redes sociales de una empresa o institución-, alguien con múltiples competencias y habilidades, que fusione lo creativo y lo analítico, como parte de una estrategia integrada, tal como demandan hoy la mayoría de las empresas del mundo, que entendieron la importancia de posicionarse también en redes.

Otro de los capítulos que muestran cómo Leonardo fue un adelantado, es su inclinación ecológica. En lo que él mismo llamó El libro del agua, Da Vinci profetizó sobre la desaparición de la especie humana y cómo el planeta será "convertido en un desierto". Por su pasión por la naturaleza, algunos especialistas bautizaron a Leonardo como el primer pensador con conciencia ecológica.

Leonardo millonario

Otro de los capítulos del libro muestra el poder de recaudación del artista. Salvator mundi, una pequeña pintura de Da Vinci, fue rematada el 15 de noviembre de 2017 en 450 millones de dólares, un récord casi obsceno que la convirtió en la obra de arte más cara de la historia, pese a que la tela apenas mide 60 centímetros de alto.

¿Cómo fue el vínculo de Da Vinci con el dinero?  Nunca fue su desvelo: sólo le preocupaba tener lo suficiente para subsistir, pero muy lejos de cualquier especulación financiera.

No aparentaba -dice el libro sobre la base de sus manuscritos- ser una persona codiciosa ni avara. Solo invertía su dinero en poder comprar más cosas para seguir pintando o experimentando.

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