Christian Breinbauer: "Soy traumatólogo y fanático de los LEGO: armé el correo nacional con 6 mil piezas"

15 DE JUNIO DEL 2018 CHRISTIAN BREINBAUER (42203550)
Crédito: Luis Sevilla.

"Empecé a construir naves y personajes de Star Wars; después seguí con edificios y no lo solté más. Armar el edificio de la oficina del correo nacional que está en Plaza de Armas me tomó un año. Desarmarlo me dolería el alma. Antes, hice a su vecino: el Museo Histórico Nacional".


Tengo 41 años, soy traumatólogo y mi pasión es jugar con LEGO. Pero esta historia comenzó muchísimo antes. Con los rompecabezas.

De chico siempre me gustó armar puzles. Poco a poco empecé a ponerme mayores metas y cada vez hacía puzles más grandes. El mayor fue uno que tenía 12.000 piezas y medía 3 por 1,5 metros.

En el 2006, cuando falleció mi papá, con mi mamá nos fuimos a un departamento más chiquitito. Yo necesitaba espacio para construir mis puzles, pero no podía. En ese tiempo ya trabajaba como traumatólogo, entonces tenía mis lucas. Recuerdo que salió LEGO Star Wars y empecé a armar las naves y casi todos los personajes de esta saga. Luego seguí con edificios y no lo solté más. En el del correo nacional que está en Plaza de Armas me demoré un año y usé más de 6 mil piezas. Desarmarlo me dolería el alma. Antes hice a su vecino: el Museo Histórico Nacional.

Me gusta Star Wars, tengo muy buena onda con las comunidades de fanáticos. Soy de la generación de Star Wars y esta película fue parte importante de nuestra niñez. Que haya revivido cuando somos adultos ha sido una gran cosa. Es parte de nuestra esencia. Por eso partí con LEGO Star Wars tan fuertemente. Me gustaban mucho las naves, sobre todo las más grandes. Era un desafío armarlas. Después hice las escenografías, bosques y lo que estuviera en la película.

Me acuerdo que para el terremoto del 2010 yo ya vivía solo y tenía en el living todas mis naves de LEGO de Star Wars. Yo estaba durmiendo y cuando desperté se movía todo. Empecé a sentir que se rompían vidrios en el living, y era raro porque no tenía nada de vidrio. Al rato me di cuenta de que eran mis naves que se cayeron al suelo y estaban todas rotas y mezcladas. Las volví a armar todas.

Las redes sociales también han incidido en este hobby mío. Por Facebook conocí a tres amigos: Lucas, Miguel y Sergio. En el verano del 2012 formamos ChileLug, que es la agrupación de adultos en Chile reconocida por la marca LEGO en Dinamarca. Empezamos a reunirnos, a crecer como agrupación, a tener la necesidad de mostrarle a la comunidad nuestros logros.

Organizamos la primera Brick Fest en 2013, en la plaza Los Dominicos. Eventos así en el mundo hay por montones y quizás mucho más grandes, porque llevan más años de experiencia. Yo siempre veía esos eventos y decía: qué rico sería que la gente acá pudiera tener acceso a ver eso, pero no tengo cómo llevarme a todos los fanáticos de LEGO a una feria en EE.UU. o en Europa. Así que la armamos en Chile.

La sexta versión de la Brick Fest fue hace dos semanas en la Estación Mapocho y logramos alta afluencia de público, poco más de 10.000 personas. Vi cómo la gente salía feliz porque es un evento donde se muestra lo que creamos, coleccionamos y compartimos.

Trabajo en urgencia de la Clínica Las Condes y en el Hospital del Profesor. Tengo cuentas que pagar y una familia que alimentar, entonces este trabajo afortunadamente cubre todas mis necesidades económicas y me permite dedicarme a mi hobby. Estoy felizmente casado y tengo dos hijas de seis y dos años a las que les gusta mucho construir con LEGO, sobre todo a la más grande.

Una vez monté las vitrinas de la tienda LEGO y me pidieron que les dijera algo. Les dije lo primero que pensé: "Cuando yo juego LEGO con mi hija, siento que hago de este un mundo mejor". Eso resume todo lo que yo siento cuando juego con esto. También una vez diseñé la portada de la revista de Lan: hice un pac-man con piezas de LEGO, porque el tema de esa edición era videojuegos.

Cuando uno comienza un proyecto de construcción de LEGO se deben hacer muchas cosas antes y durante. Primero se debe diseñar lo que vas a construir. Hay algunos que usan el diseño digital, pero a mí no me gusta. A mí me gusta el contacto con la pieza. Mi manual de instrucciones es así: tomar una foto del edificio, trazar un par de líneas para ubicarme espacialmente, decir por acá hay una ventana, por ejemplo, y empezar a armar. Si luego me doy cuenta de que me quedé corto, desarmo, amplío y vuelvo a armar. Las piezas las encargo por internet. Existe un mercado que es BrickLink.com, una especie de eBay, pero exclusivo de LEGO: ahí se pueden comprar 4.000 piezas de un mismo tipo que se necesitan para armar el edificio sin ningún problema. Tengo dos bodegas llenas y parte de la casa invadida con estas piezas.

Empecé a tener un blog del tema. Hablaba de productos y cosas así. Hoy es un Register Lego Fan Media; es decir, un medio de fanáticos reconocido por LEGO. Por eso el año pasado fui a la preapertura de Lego House en Dinamarca, un gran museo interactivo. Ahí estuve con otros fanáticos y me di cuenta de que el blog no me estaba dando el dinamismo que vivimos hoy en las redes sociales. Pensé en el video como la mejor opción. Cuando regresé, caché que tenía un editor de videos en mi computador. Fue un trabajo superartesanal, pero lograba un producto que subía a mi canal de YouTube.

Meses después me contactó Alonso Oyarzún, el creador de Fábrica de Medios. De a poco empezamos a darle forma al programa, que ya no era un video artesanal. Eso me obligó a darle un formato, entonces creamos segmento de noticias, otro de reviews y otro de construcción. Grabamos todas las semanas y salimos al aire para entregar información y nutrirse de esta cultura.

La gracia del LEGO es que honestamente uno se puede equivocar: si el producto final no quedó como tú querías, puedes desarmarlo, poner otras piezas y volver a construir. No es como un queque que se te quemó y ya no hay vuelta atrás.

Envíanos tus historias a: cosasdelavida@latercera.com

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