Durante los últimos 15 años, Israel ha diseñado un sistema de defensa antiaérea que incluye varias capas y que tiene el objetivo de interceptar misiles que se acercan a su territorio.

Está compuesto, principalmente, por tres partes: la Cúpula de Hierro, la Honda de David y el sistema Arrow (II y III).

La primera, que también es la capa inferior del sistema, funciona desde 2011 y tiene la capacidad de interceptar cohetes de corto alcance, morteros y artillería.

La Honda de David, que se encuentra a nivel intermedio, opera desde 2017 y puede interceptar misiles balísticos y de crucero, así como cohetes de mediano y largo alcance.

El sistema Arrow, que también funciona desde 2017, puede interceptar misiles de largo alcance que incluso vuelan por fuera de la atmósfera.

Israel también tiene en su arsenal el Rayo de Hierro —que funciona con rayos láser— y baterías Patriot y THAAD facilitadas por Estados Unidos, su principal aliado.

Pese a que Israel posee uno de los sistemas de defensa más avanzados del mundo y a que desde 1992 ha obligado por ley a que las construcciones en su territorio cuenten con refugios para enfrentar potenciales amenazas, el conflicto con Irán ha presentado ciertas dudas sobre qué tan alta es su efectividad.

Desde que Israel inició su ofensiva contra Irán el pasado viernes 13 de junio, este último país ha respondido con más de 400 misiles y cientos de drones.

La contraofensiva iraní ha provocado al menos 24 muertos en Israel, además de daños materiales en edificios e infraestructuras críticas como instalaciones militares o la refinería de Haifa, en donde hubo al menos tres bajas.

De esa veintena de personas fallecidas, algunas estaban en sus refugios.

Por su parte, la campaña israelí ha provocado al menos 224 muertos en Irán, según han denunciado las autoridades locales.

Desde Israel han sostenido que sus ataques buscan evitar que Irán pueda desarrollar armas nucleares, mientras que desde Teherán han rechazado esas acusaciones y han insistido que su programa nuclear tiene fines civiles.

Cómo los proyectiles de Irán pueden penetrar los escudos antimisiles de Israel

El investigador del grupo de expertos británico Royal United Services Institute (RUSI), Sidharth Kaushal, explicó en declaraciones rescatadas por El País que Irán está tratando de elevar al máximo el nivel de estrés sobre los sistemas de defensa que protegen Israel.

Según el experto, los resultados obtenidos por los ataques iraníes sugieren que hay espacios por los que pueden provocar daños en el territorio.

En sus palabras: “Ningún sistema ofrece una defensa infalible, y si un sistema está saturado con suficientes misiles, algunos lograrán pasar”.

A pesar de las amenazas que plantea esto último, Kaushal agregó que “la tasa de éxito iraní no es tan alta”.

Datos citados por el especialista del RUSI afirman que las defensas israelíes han interceptado aproximadamente el 90% de los misiles balísticos de medio alcance que ha disparado Irán desde el 13 de junio.

Sin embargo, el investigador del Institute for National Security Studies (INSS) de Israel, Yehoshua Kalisky, declaró al citado periódico que entiende la “preocupación” de los israelíes, ya que “los misiles iraníes son más potentes” y pueden llevar ojivas de entre 500 y 1.000 kilos.

A esto se le suma que tienen “una velocidad y una precisión excepcionales”.

Aún así, Kalisky enfatizó a El País: “Estamos bien protegidos y luchamos por nuestra supervivencia”.

Kaushal detalló que, para provocar daños en Israel, las tropas iraníes requieren de misiles de alcance intermedio, es decir, con la capacidad para recorrer de 1.000 a 3.500 kilómetros de distancia.

De acuerdo al investigador del RUSI, entre los proyectiles con estas características que tiene Irán se encuentran el Shahab-3 y el Emad, a los que se podrían haber sumado otros más nuevos como el Hajj Qasem y el Fattah-1.

Se trata de misiles balísticos que pueden viajar por encima de la velocidad del sonido y alcanzar el territorio israelí en unos minutos.

De la misma manera, su velocidad dificulta que puedan ser interceptados cuando se lanzan en oleadas.

Frente a las dudas que han surgido sobre los refugios, un funcionario militar israelí declaró a Haaretz, un periódico local, que “las habitaciones seguras siguen siendo la opción más segura y salvan vidas”.

“Que la gente pierda la confianza en ellas es lo peor que podría pasar”, enfatizó.

Las habitaciones seguras que mencionó el funcionario se caracterizan porque tienen puertas, paredes y ventanas reforzadas, para así proteger a la población ante potenciales amenazas.

Pese a que estas instalaciones son fundamentales para la seguridad de los habitantes, Kalisky precisó que “ningún refugio es seguro” si se presenta el “impacto directo de un misil balístico con una ojiva de 500 kilos, volando a 7.000 kilómetros por hora”.

En este sentido, dijo que “los refugios israelíes ofrecen la protección mínima necesaria”.

Mientras el conflicto continúa y amenaza con desencadenar una guerra más amplia, las autoridades israelíes anunciaron este martes un cambio en el protocolo de su sistema de alertas a la población, luego de que se reportaran algunos fallos.

Previo a que se implementara la medida, la primera advertencia era una media hora antes de la llegada de los proyectiles y luego un minuto y medio antes.

Ahora el aviso, que se da a través de mensajes a los móviles y aplicaciones, será uno de aproximadamente 10 minutos antes, para que así los ciudadanos se dirijan a los refugios.