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Por qué estas zapatillas Nike se han vuelto tan populares

Las Nike P-6000, inspiradas en históricos modelos de running, sirven para correr pero más para vivir: tienen tanta comodidad como estilo y un fino equilibrio entre nostalgia y novedad. Y sin ser baratas, son más accesibles que otros pares de moda.

Por qué estas zapatillas Nike se han vuelto tan populares.

La moda siempre se ha tratado de aparentar, pero últimamente la simulación ha ido demasiado lejos. Gente que se viste de basquetbolista cuando no sabe ni lo que es un rebote, o personas que usan zapatillas de running y no corren ni para subirse al metro. Alguien dirá que esto no es nuevo —¿acaso trabajabas en la construcción cuando tenías bototos CAT a fines de los 90?—, que la moda se basa en resignificar y reapropiar, pero lo cierto es que el fenómeno nunca fue tan masivo y transversal como hoy.

El límite entre la tendencia y el disfraz es fino, y solo algunas prendas consiguen transitar esa cuerda floja y no caer estrepitosamente, primero en el ridículo y luego en el olvido.

Una de ellas es la zapatilla Nike P-6000, un modelo ambiguo y por eso también versátil, que según cómo se la mire puede resultar futurista en su apariencia o vintage en su diseño; deportiva para quienes no se ejercitan, casual para los runners, suficientemente llamativa como para llevarlas en una fiesta, tan cómodas que dan ganas de usarlas hasta para ir al baño.

Lanzado el 2019, nació como una mezcla de dos modelos de running de la histórica línea Air Pegasus, el Peg 25 y el Peg 2006, pero con un sello más cargado al estilo y la comodidad. Desde entonces, con sus distintos colores pero sin abandonar su silueta ni sus detalles característicos, consiguió posicionarse como una zapatilla flexible, que combina nostalgia, modernidad y atemporalidad, el cenit de cualquier diseño.

Nike P-6000: una zapatilla de running para la vida

No son una ganga ($122.990 cuesta el par en la tienda especializada The Line) pero sí más accesibles que otros modelos en boga, como las Nike Air Jordan o las EA7, que superan los $200 mil. Este precio más bajo también se alinea con su amplitud de rango, combinable con prendas deportivas, urbanas o incluso formales.

La malla transpirable que está en su parte superior —el upper, que le llaman— la hace cómoda y fresca como una zapatilla para correr. Pero sus revestimientos horizontales y verticales de cuero, que entregan más protección y forma, también le dan ese look dosmilero hoy tan codiciado, la vibra Y2K que persiguen jóvenes y no tanto.

Técnicamente, puede ser usada como calzado de running: tiene una mediasuela de espuma Phylon que entrega una amortiguación ligera pero decente y mucha comodidad desde el primer uso. Así lo dice este análisis del medio especializado RunRepeat, que identificó una suavidad por sobre el promedio. Su talón de casi 30 milímetros, ni corto ni alto, ofrece confort pero no esa sensación, a veces vertiginosa, de estar parado sobre unos zancos de etilvinilacetato. La suela de goma entrega un buen agarre, tanto en asfalto seco como en veredas húmedas.

Pero sabemos que ese no es su objetivo: aunque aparenta ser una zapatilla deportiva, Nike siempre la pensó como un modelo de moda, síntesis de una época como esta, por un lado confusa de su destino pero por el otro convencida de no querer sacrificar conveniencia en la búsqueda de estilo. Para ser bella ya no hay que ver estrellas: eso la marca lo entendió desde el principio y en las P-6000 consiguieron su obra maestra.

Además, a diferencia de lo que decíamos al comienzo, este modelo no te hace parecer un corredor ni un deportista frustrado: si se le sabe sacar provecho, solo aportará comodidad y una apariencia actualizada, un delicado balance entre novedad y homenaje al pasado reciente, cuando aún se cultivaba alguna esperanza.

Si son negras, como las que venden en The Line, se alinean fácil con personalidades más serias o artísticas, incluso capaces de reemplazar a los zapatos en una tenida formal. Si son blancas, grises o con tonos coloridos, el perfil se vuelve más juvenil pero también amplio, compatible con pantalones anchos, como dictan hoy las redes sociales, o faldas, shorts o incluso un jeans de corte regular.

Todo parece posible con las P-6000. ¿Qué sugerimos nosotros? No usarla para correr. Aunque cumplirá con dar amortiguación o agarre, el trajín solo le acortará la vida útil a unas zapatillas que brillarán mucho más en el día a día —o en la noche-noche— y que, con seis años en el mercado, se mantendrán vigentes por mucho tiempo más.

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