En Fregona, un pequeño pueblo italiano ubicado a una hora de Venecia, muchas cosas han desaparecido en la última década: supermercados cerrados, restaurantes abandonados, una peluquería que no volvió a abrir.

Sin embargo, lo que más le preocupa a Giacomo de Luca, alcalde de la localidad, es un posible cierre de la escuela primaria del pueblo. Con apenas cuatro niños inscritos en el primer año, el curso corre el riesgo de ser clausurado.

“La caída de la natalidad y de la población ha sido muy, muy aguda”, dijo De Luca a la BBC. Para recibir financiamiento estatal, se necesitan al menos diez estudiantes.

Fregona, un pueblo de poco menos de 2.700 habitantes, ha perdido casi una quinta parte de su población en los últimos diez años. En lo que va del año, solo han nacido cuatro bebés.

El alcalde ha intentado todo para evitar el cierre de la clase: ofrece transporte gratuito en minibús, jornadas extendidas hasta las seis de la tarde y todos los gastos cubiertos por el municipio.

Incluso ha visitado fábricas vecinas para convencer a las familias de que lleven a sus hijos a la escuela del pueblo. “Estoy preocupado. Poco a poco, si las cosas continúan así, el pueblo morirá”, advierte al medio británico.

Una crisis que afecta al país

El caso de Fregona es solo una muestra de una tendencia que preocupa a toda Italia. En los últimos 16 años, los nacimientos han caído de manera sostenida y la población se ha reducido en 1,9 millones de personas.

Las italianas tienen en promedio 1,18 hijos, la cifra más baja jamás registrada en el país y muy por debajo del 2,1 necesario para mantener la población estable.

En Chile se vive una situación similar a la italiana, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas, la tasa de natalidad fue de 1,16 hijos por madre en 2023.

Intervención estatal en la natalidad

Pese a las políticas natalistas del gobierno de Giorgia Meloni, como bonos por nacimiento y subsidios mensuales, muchas mujeres aseguran que las ayudas no alcanzan.

Para quienes tengan hijos nacidos en 2025, el gobierno creó un Bono de Bebé que otorga €1.000 (poco más de $1.100.000 pesos).

“Hay un poco de ayuda, pero no es suficiente para tener bebés”, dijo a BBC Valentina Dottor, madre de una niña de 10 meses, quien no alcanzó el bono de este año, pero recibe unos €200 (cerca de $220 mil) al mes durante el primer año de vida de su hija.

Asimismo, la madre teme no poder volver al trabajo por falta de acceso a jardines infantiles.

Empresas toman iniciativas

Ante la falta de soluciones estatales, algunas empresas en la región de Veneto han comenzado a actuar por su cuenta.

Irinox, una fábrica de congeladores, creó junto a otras compañías una guardería cerca del lugar de trabajo. Aunque no es gratuita, ofrece tarifas rebajadas y ha sido clave para retener al personal de la empresa.

“Sin la guardería, habría tenido dificultades para volver a trabajar”, cuenta Melania Sandrin, ejecutiva de finanzas en la firma.

“No quería ponerles una carga a mis padres, y las guarderías estatales casi no aceptan niños por jornada completa”, agregó a BBC.

Para Katia da Ros, directora ejecutiva de Irinox, la solución requiere más que bonos: “Si queremos cambiar la situación, necesitamos acción firme. No son los pagos de €1.000 los que hacen la diferencia, sino servicios reales como guarderías gratuitas”, asegura.