“Ya no soporto a la polola de mi señora: me divorcio”

Puta Sebastián, sorry que me haya desaparecido todo este tiempo… ¿su par de semanas no? Filo, vamos al grano, ya que después de nuestra última sesión me di cuenta que no podía seguir alargando esta webada, que tenía que tomar una decisión. Y que para esto lo mejor era hablar con la Tere.
Tu hermana
Así es, mi hermana mayor (largo silencio). No fue fácil, pues cuando la involucras pierdes el control… Ella toma las decisiones que tú no tomas. Llama a las personas que no llamaste y hace las cosas que no hiciste. No se arruga, no duda y es por ello que cuando venía con su cuento de que Pilar estaba siempre con Emily, me hacía el weón (silencio).
Hablaron…
Llegó a mi casa el viernes. Así, como si nada. A lo Tere. Sin más explicaciones, me dijo que armara un bolso para irnos a la parcela de mis papás. Acto seguido abrazó y besuqueó a mis nenes y cuando Pilar se acercó a saludarla, puso la mejilla y le dijo que asumía no le importaba robarle al marido el fin de semana… Pilar se descompuso y forzó una sonrisa frente a los niños, quienes pedían a gritos irse con nosotros… Para ellos la Tere es lo máximo, es la tía chora, divertida… En fin, se agachó para hablar con ellos y les dijo que la próxima vez también se los llevaba, pero que en esta oportunidad necesitaba conversar con el papá de cosas de viejitos… Mis niños se rieron y Pilar seguía petrificada con una sonrisa.
Partieron…
Sí, hice un pequeño bolso, me despedí de los niños… y Pilar… como en una suerte de arrebato de último minuto… me abrazó. No te podría decir porqué, pero en ese momento sentí que era el fin. Sentí su desesperación y resignación, pues conoce a mi hermana y le teme.
¿Por?
La Tere es socia de un estudio grande y llegó ahí pese a que nadie la quería mucho (silencio). A diferencia mío, ella se quedó y desafió todos los prejuicios. Yo salí jugando con un par de amigos de un estudio pirulo y armamos nuestro propio cuento, pues jamás podría haber resistido todo lo que ha resistido la Tere… Se entregó cien por ciento al trabajo, no se casó, no tuvo hijos, pero ha sido como mi mamá y papá y, en cierta medida, también de mis socios y del estudio. No por nada le decimos la madrina… Además, desde que éramos chicos, nos conseguía cualquier webada que mis viejos nos negaran y se sacrificó para que ninguno terminara trabajando en los negocios de mis viejos. La Tere literalmente nos abrió el camino a la Universidad, siempre trabajando y estudiando… Claramente fue ella -la que de todos los hermanos- la que heredó la capacidad de trabajo de mi viejo… y ese trabajo y esa energía la puso al servicio de un estudio que la aceptó como socia simplemente para que no se fuera a otro estudio. Solo ahí aceptaron que la necesitaban… (silencio). Las vueltas de la vida, hoy la Tere es una vaca sagrada y con este tremendo animal me fui de copiloto a la parcela, pues ni cagando te deja manejar. ¡Ni siquiera en tu propio auto!
¿Dejaste que tomara el control?
Siempre, pero ahora más entregado que nunca. Para que te hagai una idea, no habíamos salido de mi calle y me dijo, Pablo, tú no te preocupas por nada ni por nadie más que ti. Yo me voy a ocupar de tu divorcio, de tus niños y de tu patrimonio... Nada de sentimentalismos. De ahí nos fuimos escuchando Los Prisioneros a todo volumen, recordando cómo cantábamos a todo pulmón Tren al sur cuando viajábamos con mis viejos en la parte trasera de la camioneta. Todos apiñados porque íbamos cargados hasta el techo. Y daba lo mismo si íbamos pal norte, pal sur, al este o al oeste… la webada era cantar… Esa era siempre la mejor parte del viaje, pues nunca fueron relajadas las vacaciones familiares…ni mi infancia… puta… para bien, para mal, la vida de mis hijos ha sido muy distinta. ¡Si hasta institutriz inglesa tienen los weones!
Emily
Sí… esa era la webada que más me cagaba. ¿Cómo explicarles a mis nenes que esa linda pendeja… esa que acompaña a su mamá a todos lados… es la responsable de que todo se fuera a la mierda? ¿Tú crei que se la van a comprar? Y la Tere, que tiene tan poco tacto, me preguntó si la Pili siempre había sido lesbiana o bisexual y yo me había hecho el Larry… o si yo… de tan penca en la cama… la había convertido en tortillera… Puta Tere, le dije, no me caguis y ahí la weona me dice que, aunque me va a defender con fierros y machete, estaría bueno que me hiciera una revisión técnica.
¿Por qué?
Porque a sus ojos no puedo ser más weón. ¿Te dormiste todos estos años? ¿Estabas deprimido o estabas con otras? ¿Dejaste de pescarla? ¿No hiciste las tareas? ¿Ya no se te para? No habíamos llegado a la parcela y ya estaba knock out, pues la Tere sabe que tiene manga ancha para webearme, pues una vez más, se va a encargar de mi ropa sucia. Es como la Loba de Pulp Fiction. ¿Te acordai de ese personaje que deja todo impecable después de una masacre?
Winston Wolfe
Exacto. Hasta que me casé con Pilar, la Tere era la que arreglaba todas mis embarradas con las minas y el carrete. Ella y sus contactos me salvaron demasiadas veces y a semanas de casarme, mientras veíamos Pulp Fiction en la parcela, le puso pausa a la película cuando entra el lobo a la escena del crimen. Ahí me miró fijo y me dijo, te quiero Pablo, pero eres un weón y estás a tiempo de arrepentirte. Te lo digo desde ya, pues seré yo quien te divorcie tarde o temprano.

¿Por qué te dijo eso?
Porque a sus ojos -y a los de mis papás- mi matrimonio iba a ser un desastre. La Tere amaba tener un hermano exitoso y desastroso. Gozaba con mi vida descuadrada, con mis éxitos y mis excesos. Le encantaba mentorearnos en la pega y putearnos por nuestras cagadas. Puta, suena injusto, pero la Tere vivía todas sus frustraciones a través mío. Solo conmigo y mis amigos se relajaba, pues ella es demasiado hermética. Y como estábamos siempre en deuda con ella, ella tenía nuestro silencio y nuestra lealtad garantizada. Esa era nuestra vida y apenas apareció Pilar en mi vida, la Tere y mis socios se preocuparon, pues era inminente que se venían cambios…
¿Qué cambio?
La pega al principio era una fiesta. Éramos cuatro socios, cuatro buenos amigos de la Escuela que trabajábamos y carreteábamos a la par. ¡Como enfermos! Y si bien de tanto en tanto todos teníamos nuestros bajones, ninguno se imaginó que me podía llegar a casar y menos con una pendeja como Pilar, pues para todos era evidente que hacerlo implicaba casa, niños, familia y múltiples renuncias. Y a los cuarenta estaba dispuesto a todo esto, pues estaba cansado de mi vida, de mis lujos y caídas… Además, para mis viejos, esta noticia largamente esperada, tuvo un sabor amargo, pues apenas la conocieron supieron que iban a perder un hijo (silencio). Mira, fue latero darse cuenta que para mi familia mi matrimonio fue una bofetada, pues se sintieron bastante excluidos y yo, como tantas veces, estaba arriba de la pelota para no hacerme cargo de nada (silencio). Diez años después todo es bastante evidente y esperable, menos que mi señora quisiera compartirme con una pendeja…
¿Fue el empujón final?
Yo cacho que sí. Recuerdo lo incómodo que fue cuando la Tere los conoció. Nada más salir de la casa de los papás de Pilar me dijo… Pablo…¿Estai seguro que queri este estilo de vida para el resto de tus días? ¿Preferi tomarte una copa de chardonnay todas las noches en tu terraza o preferí salir a la calle de tanto en tanto, apagar tele en cualquier parte y abrazar postes de vuelta a la cama? ¿Queri trotar y hacer actividades los fines de semana o preferí pasar la mona entre el living y la cama? (largo silencio). Ahora que estoy terapeado, cacho que en ese momento estaba deprimido y que veía en este cambio de vida la solución. Mi vida no era nada mala, pero era bien vacía y supongo que si me hubiera casado con una mina como la de Ricardo, las cosas hubieran sido más fáciles. Esa weona es psicóloga y lo tiene de paciente. Ricardo es como su guagua. Lo ama, lo admira y lo deja seguir carreteando, pues la mina valora la vida que tiene con Ricardo… Tiene razón la Tere, me iba mejor con las loquitas y era más feliz en el caos, pero volver a esa vida me aterra.

¿Esto significa que te divorcias?
Sí, la Tere ya empezó los trámites y todo ha sido más civilizado que la chucha. Pese a que somos puros abogados, hemos logrado ponernos de acuerdo. Después del finde en la parcela volví a la casa y estaba Pilar con Emily. Las dos weonas se pusieron a llorar apenas me vieron. Me abrazaron, las abracé sin decir una palabra y fui a la que era mi pieza a sacar ropa y mis relojes. Amo mis relojes. Hice un par de maletas, las subí al auto mientras el parcito se tomaba un té en la cocina y nos quedamos sentados en silencio hasta que les dije que iba ir a buscar a los niños al colegio y así hablar los tres con ellos. Se pusieron pálidas, pero eso nunca pasó. Pasé a buscar a los niños y me los llevé donde la Tere. Allí nos esperaba mi hermana con la mesa llena de cosas ricas. Los niños en llamas y ahí, entre muchos pasteles y dulces, les conté que me iba a vivir un tiempo con la Tere… Puta… me puse a llorar al toque y los niños corrieron a abrazarme… La Tere… que es seca para hablar con ellos, les explicó todo muy bien y de ahí nos llevó de vuelta donde Pilar…
Se juntaron…
Esta webada parece película de Almodovar… pero ahí… en la que era la mesa de comedor de mi casa… la Tere les contó a los niños que a partir de ahora esta era nuestra familia… Emily y Pilar en una casa… la Tere y el papá en la otra… y que ellos iban a tener piezas en los dos lados… y que podían ir de un lado a otro cuando quisieran y que todas las semanas nos íbamos a reunir todos a tomar té… Somos familia… Y así, como por psicomagia, estábamos todos llorando y sonriendo… y terminamos tomando té por segunda vez… De momento… vamos bien… pero cacho que vamos a necesitar una legión de psicólogos para todos los cambios y conversaciones que se vienen, pues de momento la única persona que cacha todo el mote es Ricardo.
¿Y qué te dijo?
Que soy un crack, que la Tere es lo máximo y que Pilar, Emily y los niños tienen mucha suerte de tenernos. ¡Y de nuevo me puse a llorar! Y no paré, hasta que la Tere me dijo que la última webada que le faltaba era tener un hermano hueco. Nos cagamos de la risa… pero la mala noticia es que me tendrás que aguantar un rato, pues la psicóloga a la que me mandó el psiquiatra me cayó como el culo.
Fin
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