SEÑOR DIRECTOR:

La primera cuenta pública del Presidente Gabriel Boric fue una señal de esperanza para las 81 mil familias que entonces vivían en campamentos. En la ocasión mencionó visitas a las comunidades “Las Mulatas” de Valdivia y “Puño en Alto” de Punta Arenas, y a las comunas de Alto Hospicio y Lampa, que ya encabezaban las cifras de déficit habitacional.

Ante el Congreso, anunció “Construyendo Barrios” como parte del Plan de Emergencia Habitacional (PEH) para urbanizar 339 campamentos, beneficiando a 4.500 familias por año. Además, comprometió 260 mil viviendas, de las cuales más de 28 mil serían para campamentos.

¿Qué ha pasado desde entonces? El Catastro Nacional de Campamentos 2025 de TECHO-Chile muestra un aumento preocupante: entre 2021 y 2025 los campamentos crecieron de 969 a 1.428 y las familias de 81.643 a más de 120 mil.

Los lugares visitados por el Presidente han cambiado durante el mismo periodo. Mientras “Las Mulatas” disminuyó de 100 a 90 hogares, lo que era “Puño en Alto” aumentó de 156 a 223. Asimismo, en Lampa creció en 23% el número de familias en campamentos y en Alto Hospicio en 47%, superando hoy las 11 mil familias.

Si bien lo más probable es que se alcance la meta de 260 mil viviendas del PEH, Déficit Cero indica que el avance no está ocurriendo en las regiones con mayor déficit. Maule, Ñuble, Biobío y Magallanes muestran 100% de avance, pero concentran 10,5% del déficit y menos de 20% de los campamentos. En cambio, Arica, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Valparaíso y la Metropolitana, que representan el 79,5% del déficit y reúnen más de 60% de los campamentos, no superan 65% de ejecución.

Sería injusto atribuir esta situación solo al actual gobierno, que ha reconocido la magnitud del problema y propuesto un plan con diversas herramientas. Pero incluso con dicho esfuerzo, el PEH no está funcionando para las familias en campamentos y logros parciales se han combinado con fracasos de alto costo social como el alza de desalojos.

Las cifras vuelven a evidenciar la necesidad de replantear la acción del Estado en campamentos, asumiéndolos como un problema que no se resuelve solo con viviendas, sino que requiere una estrategia intersectorial.

A un día de la Cuenta Pública, es urgente que el Presidente defina qué legado dejará en materia de campamentos, tomando en cuenta que el saldo final no será positivo. Aún puede honrar el compromiso que le hizo a las familias que visitó cuando asumió su cargo, pero, sobre todo, fijar un camino para los más de 350 mil habitantes del país que hoy enfrentan la cara más cruda de la crisis habitacional.

Gonzalo Rodríguez

Director ejecutivo de TECHO-Chile