Cartas al Director

FES y la realidad fiscal

Escala polémica por financiamiento del FES: Dipres rechaza cuestionamientos de la Contraloría y pide reconsideración

SEÑOR DIRECTOR:

El pronunciamiento de la Contraloría General de la República respecto del tratamiento contable que deberán tener los recursos entregados a los estudiantes por concepto del FES permite relevar la falta de rigurosidad del gobierno para tramitar este proyecto de ley y el mayor costo que, en definitiva, aquel llevará aparejado en el caso de aprobarse.

En efecto, según la Dirección de Presupuestos (Dipres) este proyecto representaría un ahorro neto para el Fisco, lo cual siempre pareció muy poco realista, por los erróneos supuestos empleados en las estimaciones realizadas. Así, por ejemplo, resulta ingenuo suponer que los alumnos que pedirán financiarse con FES serán los mismos que lo hacen con el CAE actualmente, considerando que muchos de ellos no querrán terminar pagando varias veces más que el monto que se les preste. En ese sentido, un comportamiento natural por parte de ciertos estudiantes será evitar el FES -recurriendo incluso al endeudamiento en la banca- para no tener que pagar un impuesto que les resultará muy oneroso por el plazo de 20 años. Pero, además, las proyecciones de la Dipres consideran que no existirá, en la práctica, ninguna morosidad en el pago, por lo eficaces que serán los mecanismos de recaudación. A lo anterior se debe agregar que uno de los pilares de esta supuesta “autocontención” financiera del FES es la postergación de la gratuidad para los alumnos pertenecientes al séptimo decil, cuestión que resulta contradictoria con la dura posición que los actuales líderes políticos mantuvieron hace algunos años para impulsar la gratuidad universal. ¿Quién habría podido predecir que aquellos que rasgaron vestiduras con la gratuidad universal hoy estén proponiendo su postergación?

Por último, erróneamente no se ha considerado en el costo del FES el incentivo que supondrá su aprobación para que ciertas instituciones decidan adscribir a la política de gratuidad, pues no parece razonable creer que esas instituciones optarán por mantenerse fuera, considerando el perjuicio económico que les causará el FES.

En suma, que la Contraloría venga a ratificar que el FES significará verdaderamente un gasto para el Estado -y no un ahorro, como se nos ha querido hacer ver- no debiera constituir ninguna novedad. Parece ser tan solo un nuevo “error de cálculo”.

Juan Eduardo Vargas

Rector Universidad Finis Terrae

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