Salud asfixiada

SEÑOR DIRECTOR:
Hace pocos días, exministros y subsecretarios de Salud advirtieron sobre la gravedad de la deuda hospitalaria. Ya no es solo un problema de gestión, es una amenaza inminente para la continuidad del sistema de salud: cerca del 50% de las compras de dispositivos médicos permanecen impagas, con facturas que superan los 250 días de atraso y una deuda oculta no reconocida que distorsiona las cuentas públicas y erosiona la confianza en la institucionalidad.
Los hospitales, sin presupuesto para emitir órdenes de compra, han dejado de adquirir insumos críticos. Esto significa cirugías postergadas, equipos obsoletos en uso y un congelamiento de la innovación. La consecuencia es clara: los pacientes reciben una atención más precaria, con diagnósticos y tratamientos tardíos.
Al mismo tiempo, los proveedores enfrentan un cuadro insostenible: operar sin liquidez, asumir costos financieros crecientes y soportar la presión de una logística internacional cada vez más cara. El riesgo de desabastecimiento y de salida de empresas del mercado chileno ya no es una advertencia, sino una posibilidad concreta.
La salud pública no resiste más parches fiscales ni opacidad en las cuentas. Urge reconocer la totalidad de la deuda, transparentar su trazabilidad y establecer un calendario de pago realista. De lo contrario, el costo lo seguirán pagando los pacientes, con listas de espera más largas, diagnósticos y tratamientos cada vez más tardíos y una red asistencial más frágil.
Gabriela Garnham
Asociación de Dispositivos Médicos de Chile
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
4.
⚡ Cyber LT: participa por un viaje a Buenos Aires ✈️
Plan digital +LT Beneficios$1.200/mes SUSCRÍBETE