Cuando le conté al conserje del hotel en Los Ángeles que manejaríamos tres horas rumbo al desierto, me dirigió una mirada preñada de malos augurios, torció el gesto y dijo: -No vaya al desierto. Es peligroso. Hace demasiado calor. No le hice caso. Yo quería ir al desierto. Llevaba años deseando conocer el desierto de Palm Springs.
14 jun 2025 08:36 PM