Chile y China: una relación ejemplar

Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Expresidente de Chile.

Chile es uno de los países latinoamericanos que desarrolló en forma más rápida, temprana y con mayor determinación sus vínculos con China. Una senda que se comenzó abrir hace 50 años y que hoy tenemos el deber de preservar, promover y profundizar.


Dentro de unos meses Chile y China celebrarán 50 años desde que decidieran establecer relaciones diplomáticas, período que ha sido un largo y continuo proceso de construcción de vínculos políticos, comerciales y culturales, que hoy tienen un carácter de asociación estratégica. Dos países lejanos, que, a pesar de estar separados por un inmenso océano, han logrado cimentar una amistosa relación basada en la confianza recíproca, en una estrecha cooperación y en un profundo respeto.

Constancia y progreso

A lo largo de estas cinco décadas nuestra relación con China se ha caracterizado por su constancia y progreso en múltiples áreas, lo que nos permite exhibir logros concretos y múltiples hitos y reconocimientos mutuos.

Principalmente, en los últimos treinta años ambos países comenzaron a dar importantes pasos en el ámbito político y económico.

Pero, sin duda, fue la firma del Tratado de Libre Comercio el rostro más visible

y célebre de la amplitud que han alcanzado las relaciones entre Chile y China.

A partir de ese momento, el comercio bilateral creció en forma explosiva.

China poco a poco fue aumentando su participación en el mercado chileno y cuatro años más tarde, el 2010, estaba convertida en el primer socio comercial de nuestro país, posición que mantiene hasta el día de hoy.

El intercambio comercial registró un alza

A saber, a pesar del complejo panorama económico provocado por la pandemia del COVID-19, durante el primer semestre de este año el intercambio comercial con China registró un alza de 1%, en comparación a similar período del año 2019, alcanzando un valor de 18.213 millones de dólares. Las exportaciones crecieron un 7,5%, lo que implicó un aumento de 827 millones de dólares en relación con igual ejercicio del año anterior.

Asimismo, China se mantuvo como nuestro principal comprador con un 35% de participación sobre el total de las exportaciones que hizo Chile en esta primera mitad del año.

Por su parte, las importaciones desde el gigante asiático sí acusaron el impacto del Coronavirus, ya que solo llegaron a los 6.733 millones de dólares CIF, cifra 8% menor a la registrada en igual período del año 2019. Pese a esta contracción, China se posicionó como el principal abastecedor con un 25,5% de participación. Las inversiones chinas, en tanto, han experimentado un explosivo crecimiento.

A lo largo de estas cinco décadas nuestra relación con China se ha caracterizado por su constancia y progreso en múltiples áreas, lo que nos permite exhibir logros concretos y múltiples hitos y reconocimientos mutuos.

Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Expresidente de Chile.

El año 2019 registraron un alza de 31%, alcanzando los US$ 18.448 millones, siendo las áreas de mayor interés para los asiáticos la minería, la energía, el negocio forestal, los vinos, la fruta fresca y también la infraestructura.

Sin embargo, debemos ser más ambiciosos y ampliar la cooperación en distintos dominios para enfrentar juntos las grandes demandas de la agenda global como el desarrollo científico tecnológico, la biotecnología, la infraestructura para la conectividad e integración, la seguridad alimentaria, la astronomía, energías renovables, las telecomunicaciones para el desarrollo de las fibras ópticas austral y del Pacífico, además del 5G, etc. Se trata, en definitiva, de pasar de la minería, la fruta y los vinos, a los temas que ya están marcando el desarrollo de nuestros países.

Chile es uno de los países latinoamericanos que desarrolló en forma más rápida, temprana y con mayor determinación sus vínculos con China. Una senda que se comenzó abrir hace 50 años y que hoy tenemos el deber de preservar, promover y profundizar porque ha traído beneficios concretos para ambas naciones. Por eso invito a sacar lecciones de lo vivido y proyectarnos al futuro, para que los próximos cincuenta años sean mucho más prósperos y memorables para Chile y China.

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