Misión Imposible alcanza un nuevo peak de la mano de Tom Cruise

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La sexta entrega de la cinta, titulada Repercusión y que se estrena mañana, ha sido alabada por la crítica, calificándola como la mejor de la franquicia. Ello, entre otros factores, gracias a la entrega y dedicación de su protagonista.


Hay momentos en Misión Imposible: repercusión en que la expresión de Tom Cruise captura la esencia de las inmortales palabras de Danny Glover en Arma mortal: "me estoy haciendo muy viejo para esta mierda". Pero si Glover, quien tenía tan sólo 41 años cuando se estrenó la primera película de esa saga, lo hacía con un tono de cansancio, la expresión de Cruise y de su personaje Ethan Hunt es más de sorpresa, como si no pudiera creer de lo que sigue siendo capaz a los 56 años.

Porque la tónica de la sexta entrega de Misión Imposible, que llega mañana a los cines, es similar a la que ha marcado la franquicia: si uno ve a Hunt realizando una escena de acción que desafíe la lógica, es probable que Cruise en persona haya realizado dicha acción. ¿Se ve a Hunt lanzarse de un avión a más de 7 mil metros de altura? Cruise efectivamente lo hizo. ¿Hunt realiza una persecución a pie por los tejados de Londres? Cruise no sólo hizo la escena, sino que se quebró un tobillo en el proceso.

Pero que la estrella de Repercusión haya arriesgado su vida en pos de la entretención no es novedad (Cruise suele hacerlo en sus películas). Lo que eleva a la cinta, y tiene a la prensa especializada catalogándola como la mejor película de acción del año (y la mejor de la franquicia) es en lo mucho que cuida cada detalle con tal de ser disfrutada por el público, desde secuencias sencillamente increíbles hasta una fotografía atípicamente excelente para las superproducciones, y, por sobre todo, el cariño que tiene por sus personajes y su protagonista.

Repercusión actúa como una secuela directa de Nación secreta (2015), con Hunt y su equipo de agentes aún lidiando con las consecuencias de las acciones del anarquista Solomon Lane (Sean Harris), cuyos discípulos han robado plutonio para realizar un atentado nuclear. Mientras Hunt recorre el mundo intentando mermar esos planes, es perseguido por el recuerdo de su ex esposa (Michelle Monaghan) a quien debió apartar con tal de protegerla. En su misión, el protagonista es acompañado de caras conocidas (Ving Rhames, Simon Pegg y Rebecca Ferguson vuelven a interpretar sus papeles de entregas anteriores), mientras enfrenta nuevos rostros, como el agente de la CIA August Walker (Henry Cavill), que no da muchas luces de si es aliado o enemigo. Es uno de los puntos sorpresivos de la cinta: la misma rigidez actoral que ha hecho de Cavill un Superman olvidable lo transforma en un imponente y hasta carismático rival de Cruise en la pantalla.

La crítica ha comparado el efecto de Repercusión a otros hitos del cine de acción de esta década, como Mad Max: Furia en el camino y 007: Operación Skyfall. Pero si esas cintas tenían más subtexto y drama, lo de Misión Imposible es más la entretención pura en tiempos difíciles. La cinta sí plantea una serie de preguntas éticas y le entrega una mayor profundidad a su protagonista, pero nunca se toma tan en serio a sí misma como para hacerse abrumadora. La película disfruta tanto de sí misma y de la entrega casi sobrehumana de su estrella que la sonrisa resulta contagiosa.

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