Frédéric Chambert se despide del Municipal con West Side Story

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El director del teatro, que deja el cargo dentro de un mes, definió la programación hasta el 2021. El próximo año destacan el musical de Leonard Bernstein, el retorno de 33 horas bar, con Los Tres, y El lago de los cisnes.


Frédéric Chambert, el hombre que sucedió a Andrés Rodríguez en el Teatro Municipal en el 2016, estuvo menos tiempo de lo que indicaba su contrato por seis años, pero dice que al menos está contento de haber encargado una ópera chilena en su gestión. Comenta que es lo que más le gusta hacer como director de teatros líricos y que el estreno en el 2018 de El Cristo de Elqui, basada en la novela de Hernán Rivera Letelier, es un logro no menor.

Agrega que durante su carrera en la música clásica ha solicitado alrededor de 15 óperas nuevas. Sin embargo, ese afán es al mismo tiempo la espina que el ejecutivo carga cuando queda alrededor de un mes para su salida, a mediados de noviembre.

"Quizás es lo único que me hubiera gustado haber hecho más en el Teatro Municipal, pero por múltiples razones, entre ellas las económicas, no se pudo. Me parece una labor apasionante, desde escoger el material, que puede ser la adaptación de un libro o una obra teatral, hasta encontrar los cantantes, los tipos de voces, etcétera".

El hombre nacido en Aix-en-Provence en 1960 no quiere darle demasiadas vueltas a su abrupta salida. Concede esta entrevista porque dice que quiere hablar de la programación del próximo año y, asegura, "ya habrá tiempo para hablar de lo otro".

Lo otro es un concepto bastante amplio, pero por lo pronto indica el fin de su trabajo en Chile tras un año muy difícil que remató con el despido en julio de 59 trabajadores de las áreas musicales y técnicas del teatro. Fue parte de un plan de ajustes que buscar sanear una deuda que llega a los 7 mil millones de pesos.

Todo eso caerá ahora en manos de Carmen Gloria Larenas, la ex directora artística del Teatro del Lago, que sucederá a Chambert al frente del recinto lírico más importante del país y ya está instalada en el coliseo a modo de transición. "Mi sucesora es una persona extremadamente seria y le deseo lo mejor de lo mejor", manifiesta Chambert.

Durante sus casi cuatro años de gestión, el ex director del Teatro Capitolio de Toulouse aprovechó de estrenar algunos títulos en el país, entre ellos Lulú de Alban Berg y Rodelinda de Handel. "No sé si tenga que estar orgulloso o no de las temporadas que programé en el Teatro Municipal, pero me voy con el sentimiento profundo de haber hecho un buen trabajo", sostiene.

"Creo que logramos ampliar el repertorio y no estoy seguro, por ejemplo, que hace tres años hubiéramos podido tener el éxito que logró este año el estreno de la ópera Rodelinda de Handel", expresa a modo de balance.

Como todo director de teatro lírico que se precie de tal, los títulos venideros ya están definidos. "Programé la temporada del 2020 y parte de la del 2021. En Toulouse, fue igual. Cuando me fui en el 2016, siguieron con una programación elegida por mí hasta el 2018. Y cuando yo llegué a Chile, toda la temporada del 2016 había sido diseñada por Andrés Rodríguez", detalla.

Luego, se permite un momento de auto ironía: "Temo que los chilenos no se desharán tan fácilmente de mí. Ya no estaré dirigiendo el Teatro Municipal, pero probablemente venga en alguna oportunidad del 2020 a Chile. No por mucho tiempo, pues tampoco me voy a quedar desocupado en Francia", dice con confianza.

De Chicago a Chile

Justo en el año en que a las pantallas del mundo llegará la versión cinematográfica de Steven Spielberg sobre el clásico musical West Side Story de Leonard Bernstein, el Teatro Municipal de Santiago lo programará en su temporada. No es un evento cualquiera: la obra ha sido representada en las óperas de Houston, Atlanta o Sydney, pero el Metropolitan de Nueva York o el Covent Garden de Londres no lo han hecho jamás. Más bien se resisten a hacerlo y tal vez no lo consideran al "nivel" de una ópera.

Chambert la defiende así: "West Side Story está hecha por tres genios: música de Leonard Bernstein, coreografía de Jerome Robbins y letras de Stephen Sondheim. Si una obra así no es adecuada para una casa de ópera, no sé realmente qué lo es".

A continuación explica la propuesta que se dará en el país: "Esta es una producción de Francesca Zambello que se ha dado en la Lyric Opera de Chicago, en el Festival de Glimmerglass (Nueva York) y en la Opera de Houston. Tiene la coreografía de Jerome Robbins. Por contrato, se exige que los cantantes sean también bailarines, o al menos cumplan con las condiciones de poder bailar a altas exigencias. Afortunadamente los personajes principales no bailan tanto. A María la interpretará la soprano chilena Yaritza Véliz, mientras que Tony estará a cargo del tenor argentino Santiago Burgi. Gran parte del resto de los intérpretes son estadounidenses, vienen de allá".

Si la creación de Bernstein, Robbins y Sondheim (conocida por la película Amor sin barreras, con Natalie Wood) estará cerca del final de la temporada, la apertura de la programación lírica le corresponderá a La flauta mágica de Mozart, en una producción del chileno Rodrigo Navarrete, el mismo ex barítono que por estos días dirige La italiana en Argel.

Los otros títulos en orden cronológico durante el 2020 serán Nabucco de Verdi, Lucia Di Lammermoor de Donizetti, El buque fantasma de Wagner y Macbeth de Verdi.

Como se ve se trata de una programación bastante tradicional y más bien "popular", acorde a los tiempos de estrechez económica y en busca de público. En ballet los títulos son aún más globales, con retornos de grandes éxitos y una selección de hits invencibles. Estos últimos son los tres ballets de Tchaikovsky: El lago de los cisnes, La bella durmiente y, como siempre, Cascanueces.

El trío ganador es acompañado de Giselle, de Adolphe Adam, otro clásico del repertorio. Entre los antiguos estandartes, el Ballet de Santiago repondrá Carmen, la versión dancística de la ópera a cargo de Marcia Haydée, y 33 horas bar, aquella incursión de Los Tres en el Teatro Municipal con coreografía de Eduardo Yedro, que en el 2008 debió agregar varias funciones.

A propósito del coreógrafo Eduardo Yedro, el próximo año también regresará La casa de los espíritus, su versión de la novela de Isabel Allende.

En la temporada de conciertos también se respira un aire más "masivo", con la presencia de dos conciertos "de película": el italiano Giuseppe Grazioli dirigirá la música de La strada y El gatopardo de Nino Rota, y Juan Pablo Izquierdo conducirá la cantata Alexander Nevsky de Sergei Prokofiev.

Además, al conmemorarse los 250 años del nacimiento de Beethoven habrá bastante del genio de Bonn, incluyendo su celebérrima Sinfonía N°9 "Coral", la Sinfonía N° 3 "Heroica" y la música de Egmont, que casi no se toca en el país.

Chambert asegura que la temporada de conciertos lo tiene particularmente satisfecho para el año 2020, cuando ya no esté en Chile: "La programación del próximo año es clásica, pero es porque la aventura no siempre está donde uno cree. La idea es abordar los títulos más tradicionales, pero desde una perspectiva novedosa. O, poner en relación obras como West Side Story, con conciertos de música de películas".

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