Un Beethoven virtual recorre el mundo

El proyecto de realidad inmersiva Symphony, conducido por Gustavo Dudamel, parte el lunes en Barcelona y llegará a 100 ciudades en una década.


El antecedente era la llamada “Van Beethoven”, una experiencia de realidad inmersiva que llegó a todos los rincones de Los Angeles y cuyo nombre era un juego de palabras entre el apellido del compositor alemán y la muy pedestre camioneta o “van”. Aludía al carácter itinerante de una tarea de difusión cultural que se valió de la tecnología para que el público no acostumbrado a los conciertos se sintiera parte de una orquesta dirigida por Gustavo Dudamel.

Ahora se podría decir que el célebre conductor venezolano ha entrado a la fase mundial del proyecto. No sólo lo hará con música de Beethoven, de quien en el 2020 se cumplen 250 años de su nacimiento, sino que con Gustav Mahler y Leonard Bernstein. La iniciativa se llama Symphony y fue anunciada ayer en España.

La gira comenzará este lunes en Barcelona en el CosmoCaixa, museo perteneciente a la Fundación La Caixa. Permanecerá en la ciudad catalana hasta el 8 de octubre y luego viajará a Santander y Valladolid para recalar en Madrid en Navidad.

El plan es de largo aliento y contempla un tour por 100 ciudades (en principio, de España y Portugal) durante los próximos 10 años. Latinoamérica está en la eventual ruta del itinerario de Symphony, aunque no hay claridad en torno a las urbes específicas.

Pero, ¿qué es Symphony? Todo transcurre en dos grandes salas de 100 metros cuadrados cada una, comunicadas por un túnel flexible. Cada una de estas unidades se puede desplegar a lo largo, pero también en forma plegada: de manera perpendicular o en ángulos.

Las salas o carros poseen pantallas de 10 por 3 metros con diferentes contenidos. En la inicial se ve una película tradicional con tres músicos que se desplazan en su entorno hacia un lugar desconocido: son la chelista catalana Rut Mateu, la intérprete colombiana de tuba Manuela Díaz y el flautista neoyorquino Daniel Egwurube. Rut camina cerca de la Costa Brava al son de la música de Maurice Ravel inspirada en las habaneras de Cuba, Manuela respira y escucha los sonidos de los trabajadores del pueblo cafetero de Salento, y David se mueve entre Brooklyn, el metro y un club de jazz de Manhattan.

Los tres quieren tocar en la Mahler Chamber Orchestra, la prestigiosa agrupación formada por músicos del mundo y que regularmente dirige Gustavo Dudamel. Es ahí cuando se ingresa a la segunda parte de Symphony: los espectadores se ponen sus lentes de realidad virtual y se sumergen en el torrente sanguíneo de la orquesta.

Esta es la experiencia mayor de la obra: estar, a través de la tecnología inmersiva, en una orquesta. Las cuerdas, maderas y bronces se ven y escuchan al lado, al frente y por detrás, al ritmo de tres obras: la Quinta sinfonía de Beethoven, la Primera sinfonía de Mahler y el Mambo de West Side Story de Leonard Bernstein.

Symphony tiene una duración de 40 minutos, sobre el promedio de otras creaciones virtuales, donde la norma es de 10 a 15 minutos. El director escénico es el español Igor Cortadellas y el escenario escogido para la película es el Gran Liceo de Barcelona.

Pero, ¿cuál es la palabra de Gustavo Dudamel? En el dosssier de prensa lo explica así: “Nos animan tres creencias principales: la música puede transcender nuestras diferencias, propicia el empoderamiento individual y promueve la integración social. Este proyecto ofrecerá a miles de personas acceso a la música sinfónica y espero que suscite una mayor apreciación de esta forma de arte”.

El carácter divulgativo de un espectáculo que pretende llegar a dos millones de personas se expresa en su acceso libre y sólo mediante inscripción previa. Eso sí, hay que ser rápidos: en Barcelona se agotaron los cupos hasta el 8 de octubre en un solo día.

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