Muere Julio Villalobos, guitarrista y el fundador “perdido” de Los Blops

Fue uno de los tres integrantes que dieron forma a Los Blops y durante ocho años la principal fuerza creativa del conjunto pionero del rock chileno. Ausente de las últimas actividades del grupo y alejado de la música y la luz pública desde la década del 70, a causa de una grave enfermedad mental, el artista que en algún momento se creyó desaparecido murió en las últimas horas debido a un cáncer generalizado.


Durante décadas, salvo para sus más cercanos, Julio Villalobos pareció no existir en este mundo. Se decía que había abandonado el país, que vivía como ermitaño en un lugar desconocido, incluso que había muerto joven.

En los últimos años, un grupo de jóvenes músicos e investigadores dio con una dirección y conocieron la verdad: el guitarrista y compositor en realidad seguía viviendo en su casa de Providencia, frente a la parroquia de la calle Los Misioneros, el mismo lugar donde había creado las primeras canciones de los Blops medio siglo antes. Lo encontraron flaco y canoso, todavía interesado en la creación musical y con las secuelas de la esquizofrenia que padecía desde su juventud.

Recluido del mundo exterior y ausente de todas las actividades recientes del conjunto pionero del rock chileno -como reuniones y reediciones de sus discos-, Villalobos murió en las últimas horas, según confirmó la SCD este mediodía. Si bien el organismo no entregó mayores detalles, la causa de su fallecimiento había sido un cáncer ya ramificado en su cuerpo. Tenía 73 años.

La muerte de Villalobos vuelve a abrir una de las historias más singulares del rock chileno: la de un artista que dio forma y sonido a una de las agrupaciones clave de la música popular del país, para luego desaparecer del mapa por medio siglo.

“Julio estaba enfermo hace 50 años”, comenta Eduardo Gatti, excompañero de Villalobos en la banda, a la que se integró formalmente en 1970. Seis años antes, el guitarrista había creado el grupo junto a Alejandro y Pedro Greene. Con la llegada de Gatti, el conjunto edita su primer disco, aquel que trae el clásico Los momentos pero también algunas de las piezas emblemáticas de Villalobos, como Vértigo y Santiago oscurece el pelo en el agua.

“Estamos tristes porque es la pérdida de alguien con quien trabajamos muy intensamente. Se siente que fue poco tiempo, fueron dos o tres años, pero por Dios que fueron significativos”, añade Gatti sobre el guitarrista, a quien visitó en un par de ocasiones en los últimos años y con quien formó la dupla creativa principal del grupo, sobre todo para sus dos primeros discos.

“En realidad, Julio fue el fundador de los Blops”, continúa el cantautor. “Y contribuyó en los primeros elepés con canciones muy, muy bonitas y muy significativas además.

La canción Vértigo, por ejemplo, que es casi profética de lo que está pasando hoy. Y canciones preciosas como El río dónde va, donde manejaba toda la complejidad de la guitarra de forma genial. Yo participé cuando ya grabamos discos, pero él partió el 64 y fue sin duda el motor de toda esa época, el que escogía repertorio. Tenía esta búsqueda, una forma muy particular de tocar la guitarra. Cuando yo me integré a los Blops, en 1970, teníamos ya muchas cosas en común”.

Tras su salida de los Blops a fines de 1972, antes de la grabación y lanzamiento del tercer disco (La locomotora, 1973) y a causa de sus problemas siquiátricos, Villalobos se alejó del mundo exterior y de la música, al menos para el ojo público.

Tampoco se hizo parte de las reuniones de la banda, ni de los eventos en los que esta ha presentado las reediciones de su material. De alguna forma, no pudo vivir el reconocimiento ni el redescubrimiento que tuvo su música en épocas recientes.

“Es que él no podía participar, tan simple como eso. No podía tener actividades normales. A una persona se le ocurrió llevarlo al lanzamiento reciente del primer disco de los Blops y tuvo una pequeña crisis”, detalla Gatti.

En paralelo, Ilich Rojas en 2011 comenzó a visitar al guitarrista en su casa para un libro llamado El Proclive Necesario: La historia de los Blops, conociendo de cerca la intimidad del músico y su vida de ostracismo en los últimos años, acompañado por un cuidador a cargo de su salud y sus necesidades. A partir de esos encuentros lo fue convenciendo de volver a tocar, de improvisar junto a instrumentistas jóvenes e incluso de volver a grabar algunas composiciones.

“Definir al Julio no es tarea fácil. Ir de visita a su casa es sinónimo de sorpresas inesperadas. Su genial capacidad para generar melodías lo acompaña todo el día, dando vida al sonido con lo que haya a mano en el momento. Hay gente que dice que debe tener alrededor de 500 canciones inéditas”, relata Rojas en un artículo de 2017 en El Mostrador.

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